Mendy Itzhaki, de 26 años y oriundo de Beer Sheva, vivía hasta hace poco en un departamento alquilado y amueblado. Al finalizar el contrato, la dueña le dijo que podía llevarse un viejo sofá a su nuevo hogar. Dentro del mueble se escondía un tesoro que ninguno de los dos sabía.
“Un día mi esposa perdió un aro y buscándolo encontramos los sobres, e inmediatamente dijimos: ´Esto es de Polina´”, contó Mendy sobre la dueña original del sillón, una anciana que decidió regalarlo tiempo atrás. “Me dijo que me los lleve para que no se lo coman las termitas, y resulta que las termitas casi se comen el dinero”, relató.
Como judío creyente y observante, Mendy afirmó que en ningún momento pensó en quedarse con el dinero y relató la emocionante conversación que mantuvo con Polina para contarle del hallazgo. “Ella habla ruso e idish, así que fue necesario un traductor. Cuando entendió que habíamos encontrado mucho dinero me respondió: ´¿Y por qué los devuelves?´”
Los sobres que contenían los billetes tenían escritas cifras de euros y dólares, pero Mendy no sabe la cantidad exacta de dinero que contenían. “Creemos que eran unos cien mil shekels”, estima, y resalta que el tesoro sumado a sus ahorros le hubiera bastado para comprarse un departamento propio. “Pero no es nuestro dinero”, recalcó.