Israel Otmazgin, residente ultraortodoxo de Elad, se enteró recientemente que gracias a la médula ósea que donó se pudo salvar la vida de Hadi, un bebé estadounidense musulmán.
Voluntario de la organización Unión de Salvación, Otzmagin realizó la donación hace un año y su médula, dentro de un grupo de 44 millones de donantes, resultó 100% apta para Hadi. Tiempo después fue la familia del bebé quien pidió conocer la identidad del donante.
“La familia del niño quiere ponerse en contacto y sé que usted también está interesado, así que por favor venga a firmar un formulario de confidencialidad”, le expresaron desde el hospital Hadassah de Jerusalem, y un día después de cumplir con ese trámite Israel ya disponía del nombre de los padres, una dirección de correo electrónico y número de teléfono de la familia.
Si bien Otzmazgin estaba entusiasmado por esa comunicación, como desconocía si el bebé había respondido favorablemente al trasplante optó por un mensaje de presentación cauteloso: “Me identifiqué simplemente como el donante”, le contó a Ynet y se emocionó al recordar la respuesta que recibió en su móvil pocos minutos después: “Gracias, Israel, por salvar la vida de mi hijo. Nunca voy a poder agradecerte lo suficiente.”
Al día siguiente acordaron una videollamada, para la cual consiguió la asistencia de un traductor, aunque las palabras sobraron: “Antes de empezar a hablar ya se nos caían las lágrimas”, relató. Cuando el llanto lo permitió, la madre de Hadi le contó que su hijo había nacido con una falla severa en su desarrollo inmunológico que lo volvía muy vulnerable a cualquier bacteria o virus.
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Otzmazgin realizó su donación de médula ósea en el hospital Hadassah de Jerusalem.
(Ynet)
“Si no se encontraba un donante de médula ósea, al bebé le habían pronosticado solo un año de vida. Es tu hijo también, vive gracias a ti”, le expresó la madre desde Michigan. Además, la mujer contó que luego del trasplante el cuerpo del niño respondió bien a tres enfermedades estacionales.
“Lloramos con entusiasmo desde ambos lados. Les presenté a mi familia y ellos me presentaron al pequeño Hadi, un hermoso niño estadounidense, de una familia árabe, dulce y lleno de alegría”, relató el donante. “Toda esta conexión no puede ser accidental. Yo, Israel desde la tierra de Israel, salvé la vida de Hadi. Me pone muy feliz y espero que sirva como un mensaje para todos los pueblos del mundo”, completó.
