Campamento de al-Khatun en la zona de Idlib, último bastión rebelde en Siria.
Campamento de al-Khatun en la zona de Idlib, último bastión rebelde en Siria.
AFP
Abd a-Razak al-Khatun.

10 años de guerra en Siria: el hombre que perdió 13 hijos

Hoy se cumple una década desde el estallido de la guerra civil siria, que arrastra un saldo de 387.000 vidas humanas y millones de desplazados. Un hombre pagó un precio alto en esa cuenta. Perdió a la mitad de sus 27 hijos y pasó de ser campesino a refugiado en tiendas de campaña en Idlib, uno de los últimos bastiones rebeldes.

AFP - Adaptado por Adrián Olstein |
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Cuando comenzó la guerra civil siria hace una década, Abd a-Razak al-Khatun era un simple granjero con un buen pasar económico y la posibilidad de brindar sustento a su familia en la gobernación de Hama, uno de los 14 subdistritos que componen el territorio sirio. Diez años pasaron desde ese momento y ahora vive como un indigente en una carpa en Idlib, en el norte del país.
La situación empeora con su relato. Perdió en estos años al menos a 13 de sus hijos, el mayor de los cuales tenía 27 años y el menor solo 13. Algunos lucharon en las filas rebeldes contra las fuerzas del dictador Bashar al-Assad y cayeron en el campo de batalla, otros murieron en bombardeos de poblaciones civiles. Una mañana un misil impactó contra su casa de Hama. En ese ataque murió su esposa y él logró salir de debajo de los escombros.
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Abd a-Razak al-Khatun.
Abd a-Razak al-Khatun.
Abd a-Razak al-Khatun.
(AFP)
El mundo cumple hoy diez años desde el comienzo de la guerra civil siria. Lo que comenzó como un levantamiento popular de los oponentes de Assad bajo la influencia de las revoluciones de la "Primavera Árabe" en Túnez, Egipto y Libia, pronto se convirtió en una serie de protestas generalizadas que derivaron en un enfrentamiento sangriento entre las fuerzas alauitas de Assad y sus aliados chiitas y sus oponentes sunitas, junto a las organizaciones yihadistas que les sirvieron de base en el país.
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Al-Khatun junto a todos sus nietos.
Al-Khatun junto a todos sus nietos.
Al-Khatun junto a todos sus nietos.
(AFP)
El 15 de marzo de 2011 se considera el día en que comenzó la guerra y desde entonces más de 387.000 personas murieron en Siria y millones se convirtieron en refugiados dentro y fuera de su país. Assad se encontró a mitad de la década pasada con el control de solo una pequeña parte del territorio del país. Rusia intervino y con su ayuda, junto a la de Irán y Hezbollah recuperó el control de más de 60% del territorio. Los rebeldes fueron empujados a pequeños enclaves, principalmente en la zona de Idlib.
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La vida de la familia de al-Khatun en las carpas.
La vida de la familia de al-Khatun en las carpas.
La vida de la familia de al-Khatun en las carpas.
(AFP)
Al-Khatun, de 84 años, se encuentra en territorio controlado por Turquía y, a pesar de la aparente derrota de los rebeldes, se niega a rendirse. "Cualquiera que tenga un poco de sentido común debe entender que los rebeldes no tienen más remedio que oponerse al régimen de Assad", afirma el hombre en un campamento que consta de cuatro tiendas de campaña en las cuales viven él y su familia. "He entregado a mis mártires y no me arrepiento", sostiene en referencia a sus hijos.
Al-Khatun tuvo 27 hijos, con tres mujeres diferentes. Cuando comenzaron las protestas en marzo de 2011, rápidamente se unieron a ellas. En el primer año ya habían muerto tres de los hijos. Cuando la revuelta se convirtió en una guerra declarada, otros de sus hijos salieron al campo de batalla y allí murieron.
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Al-Khatun junto a sus nietos, que estudian de un libro de texto.
Al-Khatun junto a sus nietos, que estudian de un libro de texto.
Al-Khatun junto a sus nietos, que estudian de un libro de texto.
(AFP)
A pesar de haber huido a Idlib, la guerra no terminó para al-Khatun. Entre abril de 2019 y marzo de 2020, las fuerzas sirias y rusas ingresaron al área. Cientos de personas murieron y más de un millón fueron nuevamente desplazadas. Un misil alcanzó la casa donde se alojaban y murieron en el ataque otros siete miembros de la familia. Junto a sus más de doce nietos y las esposas de sus hijos fallecidos, al-Khatun vive en las tiendas de campaña.
Otros de sus hijos abandonaron Siria en busca de una vida mejor en Líbano y Turquía. Al final de sus días, todo lo que pide al-Khatun para sus nietos es una vida digna. “Yo era granjero y ahora no tengo nada. Pero aún así le agradezco a Dios. Perder hijos es terrible, pero proteger la propia tierra requiere sacrificio. Estoy orgulloso de ellos", concluye.
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