Yuval Carmi, vendedor de falafel de Ashdod, se hizo famoso en Israel luego de que relatara con profunda emoción sus padecimientos económicos provocados por la crisis del coronavirus.
“Abrí el negocio y vino la policía a advertirme que si no hacía envíos no podía vender. No tengo cómo vender. Tengo familia, tengo chicos en casa, no sé qué hacer. Me da ganas de prenderme fuego. ¿Hasta cuándo vamos a quedarnos así? Amo este país, tengo 56 años y hasta hoy sigo haciendo mi servicio como reservista del ejército, pero en esta situación no recibo ninguna ayuda del Estado”, contó quebrado por las lágrimas.
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Yuval Carmi, vendedor de falafel de Ashdod, conmovió al primer ministro de Israel con su relato.
(Ynet)
Las imágenes se difundieron ayer y llegaron hasta el primer ministro Benjamín Netanyahu, que en las primeras horas del lunes se comunicó telefónicamente con Carmi. “Te vi y me conmoviste mucho, te ayudaré a ti y a todos”, le expresó el mandatario a uno de los tantos propietarios de pequeños comercios del país que desde hace semanas no pueden trabajar.
“Entiendo que hay lagunas, cosas que no se hicieron correctamente y nos ocuparemos de ellas”, le prometió, y admitió que su historia “describe la dura realidad de muchos comerciantes israelíes”.
El comerciante agradeció el contacto y le aclaró que no responsabilizaba directamente a Netanyahu por su situación, sino a “tus asesores que aparentemente no te cuentan qué le está pasando a la gente”.
Carmi relató que tras las repercusiones que generó su historia “mucha gente quiere comprarme 200 o 300 porciones y pagar por adelantado”. Al respecto, aunque agradeció los gestos, el hombre afirmó: “Yo no quiero donaciones, quiero sentir al cliente, hace 30 años que le doy el falafel en la mano a la gente y siento que es mi misión en la vida”.
Horas atrás, pese a que había implementado un sistema de distanciamiento con los clientes, la policía le clausuró su local porque solamente está permitida la comercialización a través de envíos a domicilio. “El falafel es para comer en la calle, si no se come parado y con tjina escurriéndose entre los labios no es un verdadero falafel”, manifestó en una entrevista al Canal 13.
