Adis Urieta Vega con el Sr. Steinberg
Adis Urieta Vega con el Sr. Steinberg
Foto: AJN
Imagen representativa de niño caminando.

La embajadora de Panamá en Israel logró el reencuentro de primos sobrevivientes de la Segunda Guerra

La embajadora de Panamá en Israel, Adis Urieta Vega, investigó una gran historia de vida, la del señor Steinberg. Él le compartió los acontecimientos de su niñez en Uruguay, lo que marcó la vida y mente de Adis, llevándola a ir un poco más allá de lo que sus oídos habían escuchado.

Adis Urieta Vega | AJN - Adaptado por Maura Silva |
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Todo comenzó cuando este hombre, que entonces era un niño, fue retirado de la escuela primaria por su madre, lo que es poco usual, para llevarlo al puerto de Montevideo y esperar a sus parientes de Alemania.
Primero fueron días, después semanas, luego meses…se convirtió en una caminata rutinaria, que por supuesto hizo que el niño dejara de ir a la escuela para acompañar a su mamá. Paso tras paso, llovía, hacía frío, o en otras ocasiones calor, pero no importaba la condición climática, nada iba impedir su camino de destino único, el puerto.
Después quedaba esperar y esperar por horas. El último barco y la noche llegaban al mismo tiempo, lo que indicaba que era momento de volver a casa. Pero nunca nadie llegó al puerto, ni su tía, sus abuelos, primos, nadie.
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Imagen representativa de niño caminando.
Imagen representativa de niño caminando.
Imagen representativa de niño caminando.
(Foto: Daiga Ellaby, Unsplash)
Un día, madre e hijo vieron frente a sus ojos como fue dinamitado el Admiral Graf Spee (crucero fuertemente blindado de la Segunda Guerra Mundial) y echado a pique en la bahía. Esto pasó porque los nazis trataban de cerrar las rutas de suministro de alimento a los aliados desde Sudamérica.
Un día su madre le dijo que ya no harían más sus viajes al puerto, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial.
Ella volvió a Alemania.
Un día regresó a Montevideo, pero se había convertido en una completa desconocida. Una mujer muda, demasiado tranquila, silenciosa…hasta que rompía el ambiente cuando de repente comenzaba a llorar del miedo, o tenía ataques de pánico por tener la sensación de que la estuvieran espiando. No le contó nada a su hijo.
Al crecer el niño, entendió que era mejor no preguntarle lo que averiguó en Alemania.
En la lista del holocausto, habían muertos en campos de concentración, cámaras de gas o ejecuciones en bosques oscuros, y los nombres de su familia. Nadie sobrevivió, explicando por qué nunca nadie llegó a aquel puerto sobre el Río de la Plata.
Ella en silencio, trató de vivir sin nombrar los hechos ni los nombres de su familia. Todo este trauma causó que desarrollara una enfermedad neurodegenerativa y terminal. Lo que la llevó a su muerte, en Montevideo, donde fue sepultada.
Tras haber quedado impactada con esta historia, Adis Urieta Vega decidió buscar los nombres de esta familia, ya que hoy en día, internet es una fuerza potencial.
Y sí, era cierto, aparecían muertos en los campos de los nazis, casi todos exterminados. Pero había nombres que no estaban en las listas, sobre todo jóvenes y niños pequeños que no eran contabilizados. “Les seguí la pista y sí, ¡eureka! unos primitos habían escapado como el niño Steinberg, de las garras del enemigo”, comentó Adis.
Estaban en Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Rusia, Israel, etc. Muchos se habían cambiado el nombre e incluso la religión. Tristemente, ellos también crecieron pensando que toda su familia había muerto. Pero sus tíos antes de ir cautivos a los campos donde serían exterminados, lograron salvar a algunos de los niños poniéndolos en los trenes, en manos de desconocidos o de algún pariente lejano en el extranjero. Así fue como se salvaron, pero creyendo como el niño de Uruguay, que estaban solos.
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Adis Urieta Vega con el Sr. Steinberg
Adis Urieta Vega con el Sr. Steinberg
Adis Urieta Vega con el señor Steinberg.
(Foto: AJN)
Luego de toda esta motivadora, y hasta milagrosa investigación, Adis decidió poner en contacto a estos primos, hoy en día muy mayores. Algunos han ido falleciendo, pero tuvieron la oportunidad de encontrarse con esos primos perdidos.
Actualmente se escriben e intercambian fotos, armando el rompecabezas de vida de cada uno.
Ayer fue el cumpleaños de “el Niño del puerto de Montevideo”. “Por ello le deseo un ¡Alles Gute zum Geburtstag! (feliz cumpleaños).
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