Aylin Sedighi Gabbaizadeh.
Aylin Sedighi Gabbaizadeh.
Cortesía de la autora/JTA
Aylin Sedighi Gabbaizadeh durante su infancia en Irán y la mesa de Haft-Sin, en la que los iraníes celebran Nowruz, el año nuevo persa.

Crecer como judía en Irán: “Pensé que todo el país celebraba Pésaj”

En su infancia, a la escritora Aylin Sedighi-Gabbaizadeh se le hacía difícil distinguir entre Pésaj y el año nuevo persa, festividades que se suelen celebrar casi simultáneamente y tienen algunas características similares. En este artículo cuenta cómo solía llevar a cabo el Séder en Irán para recordar la forma en que los judíos esclavos huyeron de Egipto, antes de que ella y su familia escaparan de un país que los trataba como ciudadanos de segunda clase.

Aylin Sedighi-Gabbaizadeh - Adaptado por Leandro Fleischer |
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Al crecer en Irán, nunca pude realmente diferenciar entre la limpieza de primavera, el Año Nuevo persa y los preparativos para la cena de Pésaj. La festividad judía tiene lugar casi simultáneamente con el Año Nuevo persa, conocido como Nowruz, cuando todo el país se embarca en un frenesí de preparativos.
Nowruz (Un nuevo día en persa), que marca el comienzo de la primavera, es la fiesta más alegre y colorida de Irán. Persas, judíos, musulmanes, zoroastrianos e incluso bahaíes compran ropa nueva, hacen galletas tradicionales y participan en 12 días de celebraciones.
Estas celebraciones incluyen el establecimiento de una mesa especial, conocida como Haft-Sin, que consta de varios elementos que significan renovación, suerte y bendiciones. Las siete S, como se las conoce, ocupan sus lugares ceremoniales en el mismo número de platos: sabzeh (un plato verde de trigo cultivado); seeb (manzanas rojas); samanoo (un plato a base de trigo); senjed (una fruta del árbol de loto); seer (ajo); serkeh (vinagre) y sekkeh (monedas puestas en agua). Ninguna mesa estaría completa sin peces de colores nadando, un espejo elaborado para reflejar alegría al espectador, huevos pintados a mano y un libro sagrado.
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Aylin Sedighi Gabbaizadeh durante su infancia en Irán y la mesa de Haft-Sin, en la que los iraníes celebran Nowruz, el año nuevo persa.
Aylin Sedighi Gabbaizadeh durante su infancia en Irán y la mesa de Haft-Sin, en la que los iraníes celebran Nowruz, el año nuevo persa.
Aylin Sedighi Gabbaizadeh durante su infancia en Irán y la mesa de Haft-Sin, en la que los iraníes celebran Nowruz, el año nuevo persa.
(Cortesía de la autora/JTA)
Donde nuestros vecinos musulmanes colocaban un Corán en su mesa de Haft-Sin, nosotros poníamos una Torá o un Sidur. Donde nuestros vecinos musulmanes molían trigo, nosotros cultivábamos lentejas, dada la proximidad de la festividad de Pésaj, cuando retirábamos el trigo de nuestras casas.
Durante años creí que Pésaj marcaba el inicio del calendario judío porque era sinónimo de todas las cosas nuevas y una promesa de un nuevo comienzo. Dado el clima templado del país, cuando llegaba la festividad, los cerezos florecían y el aroma de las flores de jazmín llenaba nuestras narices.
Justo cuando todo llevaba a cabo la limpieza de primavera para la festividad nacional, los judíos se deshacían del hametz (alimentos elaborados con harina de trigo, cebada, centeno, avena o escanda) y de productos fermentados con levadura. En nuestra casa, todos los armarios se vaciaban y se reorganizaban. Todas las alfombras se llevaban al patio y se lavaban con agua caliente y jabón para eliminar todo el hametz. Sabía que Pésaj se acercaba cuando mi abuela sacaba una olla de hierro que era más grande que su tamaño habitual y comenzaba el proceso de kasherizar cada artículo en su cocina en agua hirviendo.
Mi abuela me contaba cómo solía rellenar su colchón y sus mantas con algodón limpio, algo que agradecí que ya no tuviéramos que hacer. No obstante, las tareas seguían siendo interminables y todos los miembros de la familia participaban en el proceso.
Dado que no había tiendas kosher para Pésaj (o tiendas kosher en general), cada pastel y galleta tenía que hacerse desde cero, una tarea que implicaba lavar, secar y mezclar todas las nueces necesarias. La semana antes de la festividad, el aroma de las nueces tostadas y el dulce olor de las galletas llenaban la casa. Dada la falta de productos kosher, apenas consumíamos lácteos durante los ocho días, nuestras dietas consistían en huevos, carnes y, según la costumbre judeo-iraní, arroz.
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Un judío en Irán.
Un judío en Irán.
Un hombre judío en Irán.
(Ynet)
Nuestros vecinos musulmanes también estaban ocupados limpiando, preparándose para la llegada de la primavera. Una familia musulmana con la que éramos particularmente amistosos venía cada Pésaj para probar la matzá, y nos decía cómo la esperaban todo el año. Los compañeros de trabajo de mi padre sabían que era una época del año auspiciosa para él y le deseaban especialmente lo mejor cuando se tomaba unas vacaciones para las cenas de Pésaj. En el mercado y en las calles, sin embargo, guardábamos silencio sobre los preparativos para la festividad. No dialogábamos acerca del asunto con extraños y con aquellos con quienes no teníamos una conexión.
El propio Séder (cena de Pésaj) estaba acompañado de costumbre propias. Al final de cada comida festiva, cuando nos despedíamos de otra festividad y cantábamos “El próximo año en Jerusalem”, las palabras tenían un significado profundo para nosotros. Nuestra mesa del Séder se volvía menos numerosa, debido a que año que pasaba, más familiares y amigos se iban al exterior. Todos nos preguntábamos en voz alta cuándo llegaría nuestro turno de dejar un país que nos trataba como ciudadanos de segunda clase, cuándo encontraríamos seguridad y paz en otras tierras.
Con el tiempo, toda nuestra familia huyó a Israel y Estados Unidos. Mi familia inmediata fue la última en hacerlo, en septiembre de 1990.
La historia de la antigua comunidad judía de Irán se desarrolla a lo largo de más de 2.700 años, desde cuando los judíos fueron exiliados de Jerusalem hasta hoy, después de que la mayoría de los miembros de la comunidad se diseminaran por todo el mundo. Hoy quedan menos de 10.000 judíos en Irán, la comunidad judía más grande del Medio Oriente fuera de Israel.
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