Noam promueve el estudio de talmud para todos.
Noam promueve el estudio de talmud para todos.
Vered Noam recibió el Premio Israel en talmud.

"A las mujeres se les robó el conocimiento de la torá desde niñas"

La catedrática Vered Noam, quien recibió el Premio Israel (el más importante del país) en talmud, se transformó en la primera mujer que lo obtiene en dicha categoría. Noam afirma que aspira a que el talmud se estudie cada vez más en todos los colectivos, y agrega: “No tenemos derecho a arrebatarles el conocimiento a ningún niño o niña judíos”.

Tali Farkash y Adir Ianko - Adaptado por Beatriz Oberlander |
Published:
“El libro es de todos”, señala Noam. El ministro de Educación, el rabino Rafi Peretz, anunció semanas atrás que la catedrática Vered Noam - de la Universidad de Tel Aviv - es quien obtuvo el Premio Israel en el campo de la investigación del talmud. “Estoy colmada de alegría y de gratitud”, comenta Noam tras el anuncio.
“Siento que es un gran privilegio, y me alegra y me emociona por tratarse de un premio que otorga el Estado de Israel. Para mí también es un privilegio vivir aquí, y con el premio, el Estado rinde un tributo y un reconocimiento a lo que hago. Es un privilegio excepcional que no tuvieron muchas generaciones”, afirma Noam, en alusión a que es la primera mujer en recibir la distinción.
Entre los argumentos de la comisión que otorga el Premio Israel - encabezada por el rabino y catedrático Daniel Sheferber - se indicó que le fue otorgado a Noam debido a “sus numerosos logros, que demuestran, en primer lugar, una excelencia impresionante en investigación”.
También se precisó que para los miembros de la comisión, además de ser una investigadora de renombre internacional y cuyos estudios se consideran muy importantes, Noam es asimismo “un modelo” por hacer que la literatura rabínica sea accesible a todos en Israel. Y el deseo de Noam es que el estudio del talmud se profundice y se extienda.
Noam es madre de seis hijos, y vive en el asentamiento judío de Maalé Adumim. Nació en Jerusalem, en el seno de la familia Elitsur, que le transmitió el amor a los libros y a las escrituras judíos. Los libros de su madre Rivka Elitsur, escritora de cuentos sionistas para niños, tratan de la vida cotidiana judía y del amor a Israel. Su padre Yehuda Elitsur, catedrático e investigador de la Mikrá (una forma de referirse al antiguo testamento), fue un conocido militante en movimientos sionistas y un talentoso educador. Noam es la “benjamina” de cuatro hermanos también muy conocidos. Entre ellos, el periodista Uri Elitsur, Tamar ben Arí, el catedrático de Física Shemuel Elitsur, y el catedrático Ioel Elitsur, estudioso de la Biblia.
1 צפייה בגלריה
Vered Noam
Vered Noam
Vered Noam recibió el Premio Israel en talmud.
La joven que amaba la guemará
Su romance con el talmud estaba a tope al final de la década de los años 90, cuando comenzó a dictar un curso en la Universidad de Tel Aviv. En el año 2016 fue miembro de la Junta Directiva de la Biblioteca Nacional en Jerusalem, y en el 2017 ya dirigía la Facultad de Ciencias Judías y de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv.
[La Guemará y la Mishná juntas forman el Talmud. La Mishná es el texto base, y la Guemará es el comentario y análisis que lo completa].
Noam obtuvo numerosos premios a lo largo de los años, participó como investigadora visitante en la Universidad de Yale (Estados Unidos), y actualmente es asimismo miembro de la redacción de revistas sobre temas judíos. El hecho de haber estudiado el talmud en el corazón de Tel Aviv - “el bastión de lo israelí”, como define a la ciudad -, hizo que se diera cuenta que el legado cultural pertenece a todos: hombres, mujeres, laicos, religiosos, y que todos los que quieran, pueden estudiar la torá.
“Este libro maravilloso es el carnet de identidad judío, tanto en el plano intelectual como en la vivencia de estudiar en pequeños grupos (como es tradición), y en lo que se refiere a la halajá (la ley religiosa judía). El libro ofrece un mundo de valores culturales y morales tan diversos como extraordinarios, y debe ser de todos. Hay que estudiarlo mucho más en todas partes, hay que enseñarlo a todos los sectores porque es un bien cultural nuestro, y no tenemos derecho a arrebatárselo a ningún niño o niña judío”, indica Noam.
Noam piensa que “actualmente la sociedad israelí está más madura para hacer caer los muros de todo tipo. Tanto entre los estudiosos como entre hombres y mujeres, y entre los diferentes sectores. Porque estos libros son de todos, y forman parte de nosotros, que tenemos el privilegio y el deber de estudiarlos. También hay que hacer caer los muros respecto a las diferentes formas de estudiarlos. Es decir, entre la forma tradicional de estudiarlo y el estudio que utiliza herramientas que el mundo moderno y postmoderno nos brinda. Yo veo en esas herramientas una continuación directa del estudio tradicional, y hay otras que vienen a arrojar luz sobre nuestros textos. Y pienso que los judíos que obtuvieron conocimientos de los dos mundos, pueden juntarse para estudiar.
“En el lugar en el que trabajo, la Facultad de Ciencias Judías y Arqueología de la Universidad de Tel Aviv, hay una relación muy enriquecedora con colegas maravillosos, importantes investigaciones y excelentes estudiantes. Me parece significativo que eso suceda precisamente en Tel Aviv. En la corazón de lo israelí, lo que enfatiza que este patrimonio cultural es de todos”.
“Las mujeres religiosas no podían estudiar en una yeshivá, por lo que lo hicieron en las universidades”
Como mujer sin miedo a desafiar lo existente, le importa la presencia o ausencia de mujeres en todos los campos de la vida judía, alienta el activismo de las mujeres y el feminismo religioso. Y no ve ningún problema, por ejemplo, en que hombres y mujeres estudien juntos los textos sagrados.
La catedrática es considerada no sólo una pionera por sus investigaciones en ese campo, sino también un símbolo de la entrada de mujeres religiosas en el mundo del estudio de la torá en general, y en la universidad en particular. Ella misma subraya que se dedicó al estudio del talmud en la universidad porque no tuvo la posibilidad de hacerlo en ningún marco religioso. Según Noam, fue esa carencia la que llevó a mujeres religiosas a dedicarse a las ciencias del judaísmo en dichas instituciones de estudios superiores.
“Cuando inicié mi carrera, no había instituciones religiosas en las que mujeres pudieran hacer estudios tradicionales similares a los que se hacen en la yeshivá (seminario de estudios religiosos para hombres). Por eso, si quería estudiar guemará, la única puerta abierta era la de la universidad, donde tampoco había muchas mujeres ya que entrar en el mundo de la investigación, requería una formación que generalmente las mujeres no tenían. Y era necesario adquirirla o completarlo sobre la marcha”, cuenta.
“Por supuesto, entrar en el mundo universitario también me abrió los ojos en lo que respecta al estudio científico y crítico de la literatura de religiosa escrita por sabios del pasado, así como al estudio de textos y manuscritos, al uso de descubrimientos arqueológicos, al análisis literario y a la visión histórica”, señala. Y agrega que “actualmente, en el mundo religioso, las mujeres tienen más lugares y más posibilidades de estudiar de manera tradicional y al mismo tiempo significativa. Todavía está lejos de ser sistema igualitario, pero las cosas mejoran constantemente y a un ritmo sorprendente”.
¿Cómo ve esta evolución frente a lo que parece un aumento de la exclusión y de declaraciones escandalosas sobre las mujeres por parte de rabinos?
“Es cierto que las cosas se dan en dos direcciones contradictorias, y es normal que ello ocurra porque ante cualquier cambio generalmente hay también quienes se oponen y que reaccionan insistiendo en conservar lo existente. Es natural que ello ocurra cuando hay determinada lucha. Pero tenemos que reconocer que, a diferencia de los cambios que tienen lugar en las sinagogas y en la manera de rezar, el hecho de que mujeres estudien la torá es más aceptado aun en círculos conservadores.
“Pienso que en el mundo religioso tendría que haber un tipo de educación que brinde todos los conocimientos en torá a todos los niveles y de manera totalmente igualitaria, ya sea que se trate de mujeres o de hombres. Esto no les interesa a todos ni a todas, pero los interesados y las interesadas deben tener yeshivas a nivel secundario para chicas, en las que se les enseñe al mismo nivel que en ese tipo de instituciones para varones, y en la formación de rabinas y de juezas mujeres para litigios religiosos, al mismo nivel que lo que existe en el caso de los varones”, sostiene Noam.
“La colectividad religiosa da por sentado que haya una grave discriminación hacia las mujeres, en lo que respecta a adquirir conocimiento. Es increíble cuando se piensa en ello. Porque ¿quién de nosotros estaría de acuerdo en que no se estudie inglés o matemáticas o historia al mismo nivel? ¿Entonces cómo puede ser que en algo que está en el corazón y el núcleo de nuestra identidad, aceptemos que se convierta a las mujeres en ignorantes y se les impida pertenecer, estudiar y conocer?”, concluye.
Comentarios 0