Un joven le dio una lección de sionismo al Estado de Israel: hace un tiempo casi es deportado del país, pero recientemente juró lealtad a las FDI y se convirtió en combatiente.
La historia comenzó hace 20 años en Ucrania, cuando Oleg nació. Cuatro meses después su padre abandonó a la familia y por eso fue criado por su madre, Tatiana, quien hoy tiene 41 años. En 2007, debido a severas dificultades financieras, Tatiana viajó a Israel para trabajar y la mayor parte de su salario lo enviaba a su hijo, quien había quedado al cuidado de su abuela.
Aproximadamente cuatro años después de llegar a Israel, Tatiana se casó con un israelí y tuvieron una hija, media hermana de Oleg. Con el correr del tiempo madre e hijo se mantuvieron en contacto a través de visitas ocasionales, hasta que la abuela de Oleg se enfermó y Tatiana tomó la decisión de que el joven viajara a Israel.
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Oleg tiene 20 años, nació en Ucrania y servirá en las FDI tras evitar su deportación
(Shaul Golan)
Oleg tenía 15 años cuando empacó sus pertenencias y aterrizó en el aeropuerto Ben Gurión. Comenzó a estudiar en una escuela de Ramat Gan y se adaptó a una nueva vida mientras su madre, que ya había obtenido una residencia permanente, inició gestiones con la Autoridad de Población e Inmigración para darle a su hijo un estatus que le permitiera quedarse en el país.
Para decepción de ambos, la solicitud fue denegada y Oleg recibió la orden de abandonar Israel, pero ambos decidieron librar una batalla legal para que las autoridades revirtieran la decisión. Llevó dos años demostrar que el ministerio actuó en contra de los procedimientos de rechazo, pero finalmente el joven llegado de Ucrania obtuvo su residencia permanente,
Oleg continuó luchando pero para cumplir otro sueño: enrolarse en las FDI y servir en una función importante. Y ese objetivo también lo conquistó ya que hace dos meses inició su camino como combatiente de la unidad Guivati y ya superó todas las pruebas de admisión.
Oleg y su madre no son judíos. Es posible que él se convierta durante su servicio en el ejército, pero en cualquier caso ninguno necesita un sello para demostrar su amor y conexión con Israel.
Anoche, al final de la ceremonia de ingreso, el joven dijo: "Esperé mucho este día. Ya en mis visitas a Israel cuando era niño me conecté con el país. La cultura, la gente y la actitud son completamente diferentes aquí que en Ucrania. Aquí quiero vivir y dar lo mejor de mí. Decidí enrolarme en las FDI y demostrar que si el Estado de Israel me hubiera expulsado, habría perdido ".
Su madre Tatiana expresó que "la lucha por dejar a Oleg en el país valió cada lágrima, somos israelíes en todo sentido". Jaia Mena, la abogada que colaboró para su permanencia en el país, agregó que "fue muy emocionante ver a Oleg jurar lealtad al Estado de Israel, este país ganó un hombre de gloria".
First published: 19:05, 17.10.19
