El 26 de agosto se cumplen 60 años de la Marcha sobre Washington, en la que el doctor Martin Luther King Jr. pronunció su famoso discurso "Tengo un sueño". Los grupos de defensa de los derechos civiles han organizado una marcha para conmemorar el histórico evento. Esta importante reunión en Washington DC se producirá en un momento en el que están siendo cuestionados muchos de los logros en materia de derechos civiles conseguidos en los años posteriores a la marcha original.
Para la comunidad judía y sus organizaciones, muchas de las cuales participarán en la marcha de 2023, ésta representa una oportunidad para recordar la importancia del acontecimiento de 1963 y el papel desempeñado por los judíos en aquel momento, para reconocer los grandes progresos que se han alcanzado en los años transcurridos y para reconocer que todavía hay mucho trabajo por hacer. También es una oportunidad para estrechar las relaciones entre las comunidades negra y judía, cuya historia ha sido a la vez gloriosa y complicada.
Al mismo tiempo, también es una oportunidad para que la comunidad recuerde a una persona que fue un organizador entre bastidores de la marcha original, que durante muchos años no recibió el reconocimiento que merecía por su trabajo y que fue un gran defensor de un Estado democrático judío en Israel.
Me refiero a Bayard Rustin, un importante líder de los derechos civiles cuya labor en pro de la justicia racial se remonta a la década de 1940, cuando colaboró con A. Phillip Randolph en la organización de una de las primeras manifestaciones en favor de los derechos civiles.
Rustin desempeñó un papel clave en la concepción y coordinación del evento de 1963. Sin embargo, por lo general no se le reconoció el mérito porque, en una época en la que los disturbios de Stonewall aún estaban a seis años vista, su abierta homosexualidad se percibía como demasiado controversial cuando el liderazgo negro luchaba por ganar aceptación en Estados Unidos.
Sólo años más tarde, cuando los movimientos por los derechos civiles y los derechos LGBTQ habían dado grandes pasos en Estados Unidos, se reconoció el papel de Rustin.
Este reconocimiento fue producto de los cambios que se produjeron en Estados Unidos a raíz de la marcha original. Por tanto, era lógico que el organizador cosechara los beneficios, aunque tardíos, de lo que había concebido.
Al mismo tiempo, Bayard Rustin fue uno de los grandes defensores de la comunidad judía, que estuvo muy involucrada en la marcha de 1963 y que también participará plenamente en la marcha de aniversario este sábado. En 1975, año en que se aprobó la infame resolución "El sionismo es racismo" en las Naciones Unidas, Rustin —que fue un firme luchador contra el apartheid en Sudáfrica— creó BASIC, el Comité Negro Estadounidense de Apoyo a Israel. En ese esfuerzo se unieron a él otros importantes líderes afroamericanos, como Randolph y Roy Wilkins, antiguo jefe de la NAACP (Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color en español).
Esta iniciativa fue una importante contribución de un líder en las luchas por los derechos civiles y la libertad en Sudáfrica, que se unió al doctor King en su apoyo al Estado judío democrático como parte integrante de la lucha mundial por la libertad. Es importante recordar que Martin Luther King fue un gran defensor del derecho fundamental de Israel a existir y se opuso abiertamente a quienes atacaban y deslegitimaban al Estado judío.
La organización describió su misión de contrarrestar los esfuerzos en la ONU de las naciones del África negra para expulsar o condenar a Israel. Rustin afirmó que el grupo "fomentaría una mejor comprensión de la naturaleza de la sociedad israelí" y trabajaría para "contrarrestar la propaganda antiisraelí, que caracteriza al pueblo israelí y a su gobierno como racistas, fascistas, imperialistas y similares". Una importante misión que, casi 50 años después, sigue siendo totalmente pertinente.
Rustin se reunió con regularidad con representantes de organizaciones judías para hablar de su trabajo, plantear problemas en Israel y en las relaciones judeo-negras con respecto a Israel. Siempre estaba disponible para la coordinación y fue un destacado portavoz de Israel en la comunidad negra.
En resumen, este aniversario es una oportunidad única para fortalecer las relaciones entre judíos y negros en un momento en que tanto el racismo contra los negros como el antisemitismo van en aumento. Y es una oportunidad para recordar a un gran líder de los derechos civiles que desempeñó un importante papel en la defensa de un Estado democrático judío en Israel, como una de las muchas historias inspiradoras que surgieron de la marcha de 1963.
(*) Kenneth Jacobson es vicedirector nacional de la Liga Antidifamación (ADL)