Moshe Yair tiene 90 años y es conocido en Israel como “el pequeño Moize”, el protagonista de una popular canción de Yossi Banai. Pero en los últimos años su historia sumó un capítulo inédito, que el propio involucrado describe como “trágica y milagrosa”.
“Mi madre siempre me decía que me quería porque llevaba el nombre de su padre, pero posiblemente fue una manera de recordar a su primer amado, un secreto que guardó toda su vida”, contó Yair, quien en el año 2015 se enteró que su madre había tenido un novio a los 16 años, y entendió que su nombre era un homenaje a él.
2 צפייה בגלריה
Moshe Yair en la Puerta de Jaffa, en donde comenzó una historia que conoció un siglo después.
(Yoav Davidkevich)
La historia comenzó en 1916 cuando dos jóvenes, Moshe Malal y Yosef Amozig, fueron ahorcados por las autoridades turcas en la Puerta de Jaffa, uno de los accesos a la Ciudad Vieja de Jerusalem. El motivo de la ejecución fue que ambos habían desertado del ejército turco. Ese año las autoridades militares habían registrado una fuga masiva de soldados. Para resolver el problema, y a su vez para no ser acusados de discriminación, los turcos capturaron y juzgaron sin distinción de credo: dos judíos, dos cristianos y dos musulmanes.
“El error de Moshe Malal fue que falsificó un documento turco que le permitía irse de vacaciones. Quería encontrarse con su amada, oriunda del barrio Yemin Moshe, para dedicarle una canción con su mandolina. Su amada, una chica de 16 años, era mi madre”, relata Moshe sobre un trabajo de investigación que realizó uno de sus nietos. “Fue un secreto hasta 2015, ella no se lo contó a mi padre Yaakov ni a nosotros”, agrega.
La madre de Moshe Yair no se casó hasta 14 años después de la ejecución de Moshe Malal. Más de un siglo después, el único protagonista vivo de esta historia participó el miércoles de un acto en la Puerta de Jaffa, convocado por la organización Ateret Cohanim.
Allí se rindió homenaje a Yosef Amozig y Moshe Malal como parte de la conmemoración de Yom Hazikaron, el día del recuerdo de los soldados caídos. “No deben olvidarse las tragedias que se vivieron en la Ciudad Vieja, y la presencia de Moshe es un cierre emocionante para un círculo de más de 100 años”, comentó Yosef Bross, uno de los organizadores.
