Eilam Naga y su hija.
Eilam Naga y su hija.
Ori Aviram
Marau Bella Bogle.

El largo y sinuoso camino de la comunidad Falash Mura hacia Israel

Después de 30 años, Marau Bella Bogle perdió toda esperanza de reunirse con su familia en Israel, pero cientos de personas que esperan en los campos de Gondar y Adis Abeba siguen creyendo que su sueño se hará realidad.

Sivan Hilaie - Adaptado por Marcos Olivera |
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Aproximadamente 600 personas residen actualmente en los campamentos de Gondar y Addis Abeba, Etiopía, a la espera de su estatus para la Aliá (Emigrar a Israel).
La mayoría de ellos tienen familiares que hicieron Aliá hace años, mientras que ellos se quedaron atrás: son conocidos como los "Falash Mura".
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Marau Bella Bogle.
Marau Bella Bogle.
Marau Bella Bogle.
(Ori Aviram)
"Me siento como un preso que fue encarcelado sin que haya una sentencia judicial en un país en el que no quiere estar. Mi hogar está en Israel"
Marau Bella Bogle, residente judío en Addis Abeba
Marau Bella Bogle, de 80 años, dejó su pueblo y llegó a Addis Abeba con la esperanza de emigrar a Israel durante la Operación Salomón, a mediados de los 90'. Dos de sus hermanas y su hermano lo lograron 30 años antes, y él se esfuerza por entender por qué fue olvidado.
"No pensaba llegar al campo y vivir aquí", contó. "Pero ya no tengo un lugar al que volver. Todavía no puedo entender por qué mis hermanos lograron hacer Aliá a Israel y yo estoy atrapado. Lo peor es que no tenemos respuestas. Sufrimos sin saber por qué. ¿Por qué no nos aceptaron? Me siento como un preso que fue encarcelado sin que haya una sentencia judicial en un país en el que no quiere estar. Mi hogar está en Israel", manifestó
Bogle y sus siete hijos cumplen los criterios gubernamentales y esperan emigrar a Israel lo antes posible.
Hace unos tres meses, la comunidad de Addis Abeba y Gondar recibió una buena noticia: el gobierno consideró que pueden venir a Israel después de años de espera.
Tras la decisión, una delegación del Ministerio del Interior llegó a principios de esta semana a Addis Abeba para entrevistar y evaluar a los residentes para asegurarse de que son elegibles según las condiciones estipuladas por la Decisión gubernamental 713 que se aprobó el pasado noviembre.
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Sinagoga en Abbis Abeba.
Sinagoga en Abbis Abeba.
Sinagoga en Abbis Abeba.
(Ori Aviram)
Esta decisión concede a 3.000 personas que tienen familiares de primer grado en Israel la posibilidad de inmigrar, incluyendo a sus parejas e hijos, en un plazo de dos años como parte de la Operación Zur.
Muchos de los que están pendientes no son considerados judíos por el Gran Rabinato de Israel, sino que son catalogados como "semilla del Estado judío", y pasan por la conversión al llegar al país.
Muchos de los que están pendientes no son considerados judíos por el Gran Rabinato de Israel, sino que son catalogados como "semilla del Estado judío", y pasan por la conversión al llegar al país.
El asunto suscitó una controversia dentro de la sociedad israelí que llegó incluso al Tribunal Supremo, que dictaminó la paralización de la inmigración después de que un grupo presentara una petición contra la medida, alegando que la mayoría de los que esperan en los campos no tienen ninguna conexión con el judaísmo.
Mientras tanto, cientos de personas esperan que un día se haga realidad su sueño de venir a Israel. La periodista Ori Aviram pasó dos semanas entre una de estas comunidades en Addis Abeba para documentar su lucha.
Marau, de 80 años, no es un caso extraño. Tarafa Beimar también superó los 80 años y cuenta con dolor sus esperanzas perdidas de trasladarse a Israel.
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Miembros de la comunidad Falash Mura en un campamento de espera en Etiopía.
Miembros de la comunidad Falash Mura en un campamento de espera en Etiopía.
Miembros de la comunidad Falash Mura en un campamento de espera en Etiopía.
(Ori Aviram)
"Estuve fuera de casa durante meses, y cuando volví me encontré con una casa vacía. Mis hermanos emigraron a Israel, y yo me quedé solo. A lo largo de los años, intenté obtener respuestas, pero el tiempo pasó y me rendí"
Tarafa Beimar, residente judío en Addis Abeba
"A principios de los 90', luché en la guerra civil de Etiopía", aseguró. "Estuve fuera de casa durante meses, y cuando volví me encontré con una casa vacía. Mis hermanos emigraron a Israel, y yo me quedé solo. A lo largo de los años, intenté obtener respuestas, pero el tiempo pasó y me rendí", sumó.
Beimar reza a diario en la sinagoga y vive en una pequeña habitación con su hijo. "Esta situación es frustrante. Hoy entiendo que no voy a llegar a Israel", advirtió.
"La comunidad se centra en la sinagoga", contó Aviram. "Está situada en un pequeño callejón, y sólo alguien que sepa dónde buscar la encontrará. La sinagoga es su lugar de culto, pero también el punto de encuentro de la comunidad. Allí celebran las fiestas y comen juntos", agregó.
En Gondar, sin embargo, hay miles de personas que siguen esperando. Muchos de ellos vieron partir a sus familiares y amigos hacia Israel.
Eilam Naga, de 28 años, dijo que se le rompió el corazón cuando sus padres, abuelos y hermanos se fueron a Israel como parte de la Operación Zur hace seis meses, mientras que ella se quedó atrás sin ninguna explicación.
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Eilam Naga y su hija.
Eilam Naga y su hija.
Eilam Naga y su hija.
(Ori Aviram)
"Me dejaron aquí sola con mi hija, y desde entonces estoy desesperada", manifestó Naga. "Nos quedamos las dos solas... No puedo ir a trabajar, no puedo funcionar. Recurrí a todas partes pidiendo ayuda, pero ahora mismo vivo en la incertidumbre sobre mi futuro y el de mi hija", planteó.
Sin embargo, otros, como los residentes del campamento, como Abeza, siguen albergando un poco de fe.
"Creo que un día sucederá, que nos llegará el turno. Es mi sueño. Es el pensamiento con el que me despierto por la mañana y me acuesto", cerró.
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