“Me duele mucho que mi madre y mi abuela no hayan llegado a este momento. Para mí siempre fue una herida abierta, no sabíamos qué pasó con Simja en la guerra ni dónde desapareció. Ahora hay una tumba y nosotros sabemos la verdad después de más de 80 años de la desaparición de mi tío en la batalla contra los nazis”.
Mark Chandlov, de 63 años, ingeniero en Informática y residente de Haifa, cuenta la historia con gran emoción. Hace unos días el Ministerio de Relaciones Exteriores recibió las pertenencias de Simja Dekman, cuya historia resultó ser la de un soldado caído a los 18 años durante la Segunda Guerra Mundial, en el asedio alemán a la ciudad de Leningrado.
"En cualquier lugar donde estuviéramos, Alemania, Canadá, EE. UU, abríamos una guía telefónica y buscábamos el nombre de Simja Dekman"
Mark Chandlov, sobrino de Simja
“Emigramos a Israel en 1991", cuenta Chandlov. "Mi abuela, la madre de Simja, murió en Bielorrusia en 1983. Mi madre murió hace una década. Antes de la guerra vivían en el shtetl de Zhlobin, Bielorrusia. A los 17 años mi madre fue a estudiar a la capital, Minsk. Su hermano, mi tío, Simja Simja, estudió en Leningrado (actual San Petersburgo). Cuando comenzó la guerra, se ofreció como voluntario. Mi abuela y mi abuelo huyeron de Zhlobin a Kirguistán, y allí recibieron la noticia de que su hijo había desaparecido”, repasa.
“Mi madre fue de Minsk a Zhlobin, y ya había un gueto controlado por los alemanes. Allí fue que logró huir a Kirguistán. Todos estos años mi madre y mi abuela lo buscaron intensamente. Después de la guerra regresaron a Bielorrusia. En cualquier lugar donde estuviéramos, Alemania, Canadá, EE. UU, abríamos una guía telefónica y buscábamos el nombre de Simja Dekman. Pensamos que tal vez había sucedido un milagro y estaba vivo. Hasta que un día recibí una llamada telefónica de un familiar que vive en Bielorrusia y me dijo: 'Te buscan'", reconstruye Chanlov.
Más de una década de búsquedas
Una organización rusa que se dedica a la localización e identificación de caídos del Ejército Rojo en el área de San Petersburgo, se puso en contacto hace seis meses con el consulado israelí. Informaron que en 2009 se había encontrado el cuerpo de Simja en la región de Karelia, al norte de San Petersburgo, junto con los cuerpos de 14 soldados soviéticos. Aparentemente, todos murieron en la caída de un misil disparado por los nazis y fueron enterrados en un cementerio cercano.
Junto al cuerpo fue encontrado un maletín de cuero del cual pendía una etiqueta plástica con información que permitía identificar a su dueño: “Simja Abramovich Dekman, natural de Leningrado”. Además, Dekman escribió en esa etiqueta de identificación el nombre de su prima, con quien vivía en un apartamento alquilado en Leningrado. Los dos llegaron allí desde Bielorrusia para estudiar en una universidad. Tan pronto como estalló la guerra en el frente oriental, Dekman se ofreció como voluntario para el ejército y fue asesinado apenas unas semanas después.