Roni y Gal Tushia caminan cerca del Tamarisco.
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Vista de la península del Sinaí.

40 años después, israelíes recuerdan como era la vida en el Sinaí

Muchos vivían en la península egipcia antes del acuerdo de paz pero el cambio de relaciones de ambos países obligó a Israel a retirarse de la zona, lo que llevó a miles a reubicarse. "Había esperanza de volver", comentó un antiguo residente del Sinaí.

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Cuando Nira y Alon Zadok dejaron el desierto de Egipto hace 40 años, fueron a echar raíces en Israel, en una de las zonas más remotas del país.
Rodeada de crestas rocosas y dunas, la pequeña ciudad israelí de Kadesh Barnea está situada en el desierto occidental del Negev, frontera con Egipto.
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Vista de la península del Sinaí.
Vista de la península del Sinaí.
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"Para alguien que está motivado y tiene la fuerza para hacer cosas, ése es el lugar donde hay que estar. Sentí que era donde me encontraba"
Nira Zadok, residente de Kadesh Barnea
La ciudad lleva el nombre de un importante lugar bíblico, así como de un minúsculo asentamiento en la península del Sinaí en el que vivieron los zadoks de 1977 a 1980. En la Biblia, Cades Barnea fue el lugar donde los israelitas acamparon durante su periplo por el desierto del Sinaí, así como el lugar desde el que enviaron a Josué y Caleb a espiar la tierra de Canaán.
Tras el acuerdo de paz con Egipto, Israel se retiró de allí y miles de israelíes se trasladaron. La retirada se completó el 26 de abril de 1982.
Con vistas a la amplia extensión de la península del Sinaí, Kadesh Barnea es lo más parecido a su hogar original.
"Hay algo primitivo y maravilloso en el Sinaí", comentó Nira Zadok, propietaria de la bodega Ramat Negev. "Para alguien que está motivado y tiene la fuerza para hacer cosas, ése es el lugar donde hay que estar. Sentí que era donde me encontraba", sumó.
Durante su breve estancia en el Sinaí, los Zadok también soñaron con establecerse en un oasis cercano que se cree que es la verdadera ubicación bíblica de Kadesh Barnea.
Sin embargo, cuando se firmó el tratado de paz entre Egipto e Israel, todos esos sueños se esfumaron.
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Los voluntarios ayudan en las tareas agrícolas de la granja ecológica de Tushia.
Los voluntarios ayudan en las tareas agrícolas de la granja ecológica de Tushia.
Los voluntarios ayudan en las tareas agrícolas de la granja ecológica de Tushia.
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"Teníamos la esperanza de poder regresar algún día, y esto influyó en nuestra decisión de vivir cerca de la frontera egipcia", manifestó. "Pensamos que esperaríamos a que se reabriera la frontera y que el acuerdo de paz fracasaría. Pero todavía hay paz", agregó.
"Llevamos 40 años acá y no hay incidentes en la frontera: es un lugar verdaderamente pacífico"
Alon Zadok, residente de Kadesh Barnea
Aunque eran bastante jóvenes en aquella época, la vida en el Sinaí era un reto, cuenta Alon Zadok, copropietario de la bodega.
"Fundamos un asentamiento que está a unos 9 km de acá, en la península del Sinaí", remarcó. "Éramos siete personas en total: mi mujer y yo, y otros cinco solteros".
"Creo que la retirada israelí del Sinaí fue lo correcto, mereció la pena y fue importante", añadió Alon Zadok. "Llevamos 40 años acá y no hay incidentes en la frontera: es un lugar verdaderamente pacífico", expuso.
Los Zadok son una de las familias fundadoras de Kadesh Barnea y los primeros en establecer una bodega en el Negev.
Plantaron sus primeras vides en 1995. Al principio, la bodega Ramat producía 3.000 botellas al año; desde entonces, esa cifra se disparó a más de 250.000 botellas anuales.
Al principio, era difícil convencer a la gente de que se podía producir vino de calidad en un clima desértico tan duro.
"Fuimos los primeros en cultivar uvas en el Negev y comercializar el vino en este lugar de Israel", aseveró Alon Zadok.
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Nira y Alon Zadok, propietarios de la bodega Ramat Negev en la ciudad de Kadesh Barnea, el 11 de abril de 2022.
Nira y Alon Zadok, propietarios de la bodega Ramat Negev en la ciudad de Kadesh Barnea, el 11 de abril de 2022.
Nira y Alon Zadok, propietarios de la bodega Ramat Negev en la ciudad de Kadesh Barnea, el 11 de abril de 2022.
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En 2020, la Fundación Merage creó el Club de Bodegas del Negev, que incluye más de 25 bodegas, en un intento de promover la producción de vino en la región y atraer el turismo. Los esfuerzos de la fundación contribuyeron a impulsar una revolución en el cultivo de la uva en el desierto, según Alon.
"Creo que dentro de cuatro o cinco años habrá al menos otros cinco viñedos del mismo tamaño que nosotros", afirmó.
La ciudad de Kadesh Barnea forma parte de la región más amplia de Nitzana: una tierra que conecta pasado, presente y futuro de Israel.
También servía para conectar África con Asia y varias civilizaciones pasaron por la zona a lo largo de milenios, como los nabateos, romanos, bizantinos, otomanos y británicos. El yacimiento arqueológico de Nitzana presenta impresionantes vestigios de muchos de estos pueblos, como una iglesia bizantina de 1.500 años y las ruinas de un hospital germano-turco construido a principios del siglo XX.
Según el guía Chen Biron, Nitzana desempeñó un papel especialmente importante durante la época bizantina, cuando se convirtió en una parada para los peregrinos cristianos que se dirigían al monasterio de Santa Catalina en el Sinaí, situado cerca de lo que algunos creen que es el bíblico Monte Sinaí.
Aunque no hay pruebas arqueológicas que lo demuestren, muchos también plantean la hipótesis de que los antiguos israelitas atravesaron la zona en su camino hacia Egipto.
"La geografía de la Biblia y la que vivimos hoy en día es la misma", comentó Biron. "Las montañas de Judea, Hebrón y Jerusalem son las mismas. Por eso sé que ese es el único camino que tenía Abraham para pasar e ir a Egipto. Si Abraham iba a Egipto, es desde aquí", remarcó.
Basándose en ese pasado bíblico, muchos nuevos pioneros israelíes se trasladaron recientemente a la región de Nitzana, y algunos citan como motivación clave el primitivo sueño sionista de hacer florecer el desierto.
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La ciudad de Kadesh Barnea en el Negev, en sus inicios en 1986.
La ciudad de Kadesh Barnea en el Negev, en sus inicios en 1986.
La ciudad de Kadesh Barnea en el Negev, en sus inicios en 1986.
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Roni y Gal Tushia son propietarios de la Granja Orgánica Tushia, en la cercana ciudad de Be'er Milka, y centraron sus esfuerzos agrícolas en el cultivo de las Siete Especies: siete productos agrícolas enumerados en la Biblia como especiales de Tierra Santa.
"Estamos asentando la zona fronteriza egipcia", relató Roni Tushia. "Necesitamos que la gente venga a vivir a acá. Esta es nuestra tierra, así que la estamos colonizando y haciendo florecer el desierto. Estamos recibiendo más lluvia gracias a la agricultura del lugar", manifestó.
La granja de Tushia incluye un viñedo, una amplia gama de árboles frutales, piñas y olivos.
Sin embargo, cuando la familia llegó por primera vez hace 11 años, sólo había dunas de arena y un solitario tamarisco para recibirlos.
"Al principio hubo muchos problemas", dijo Gal Tushia. "No había ningún lugar donde pudiéramos comprar comida, así que teníamos que viajar a la ciudad de Beersheba, teníamos que almacenar bidones llenos de gasolina para nuestro coche. Pero todo esto nos da una sensación especial de ser pioneros, que no se puede conseguir en el centro de Israel", subrayó.
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Roni y Gal Tushia caminan cerca del Tamarisco.
Roni y Gal Tushia caminan cerca del Tamarisco.
Roni y Gal Tushia caminan cerca del Tamarisco.
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Aprender a cultivar productos en el desierto fue otro reto monumental que la familia tuvo que superar y, según Gal Tushia, tuvieron que aprender a hacerlo todo desde cero.
"Hay un dicho que dice que un día cada grano de arena en la Tierra de Israel valdrá su peso en oro", relató Gal Tushia. "Si miras a tu alrededor hay mucha arena. Somos pacientes; esperaremos hasta que ocurra. Ya vale su peso en oro porque es la Tierra de Israel", cerró.
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