"Hablé con Nastya unas horas antes de que la mataran, me dijo que vio intercepciones de misiles sobre la casa y estaba asustada", contó Artyom Borik, de 39 años, quien perdió a su hija Nastya, de 7 años, a su esposa Maria Peshkurova, de 30 años, y a otros tres miembros de su familia en un ataque con misiles iraníes en Bat Yam a principios de esta semana. Borik, que ha estado sirviendo en el ejército ucraniano durante los últimos cuatro años, está teniendo dificultades para digerir la trágica noticia. "No puedo asimilar el desastre. La familia huyó de la guerra en Ucrania y fue asesinada en Israel. Qué tragedia, me cuesta hablar", agregó.
La familia de Borik llegó a Israel en diciembre de 2022 desde Odessa para acompañar a su hija Nastya a recibir tratamientos para su cáncer de sangre. Nastya superó el cáncer de sangre y regresó. El trasplante de médula ósea tampoco ayudó contra la leucemia linfoblástica aguda.
"Cuando a mi hija Nastya le diagnosticaron leucemia, la hospitalizaron en Odessa durante unos cinco meses", compartió el padre. "Para hacer un trasplante de médula ósea exigieron 100.000 dólares en el extranjero. Los voluntarios reclutaron 50.000 y en Israel acordaron trabajar con la avanzada. Estoy agradecido a los médicos en Israel. Nastya tuvo complicaciones y mi hija se sometió con éxito a seis cirugías", contó.
Además de Nastya y Maria, otros tres miembros de la familia murieron en el fatal ataque con misiles: la abuela de Nastya, Lena Pashkurova (60), y sus dos primos por parte de madre: Konstantin Tutavich, un estudiante de tercer grado de 9 años, e Ilya Pashkorov, un estudiante de séptimo grado de 13 años.
El padre sirve en la Brigada de Asalto del ejército ucraniano en el frente contra Rusia. Tanto él como el marido de la abuela siguen en Ucrania y no pudieron venir a Israel, porque el país no permite que salgan los hombres menores de 60 años. "Hoy nuestra brigada está en el frente de Sumy, en el noreste de Ucrania", dijo Borik. "La situación aquí no es sencilla, pero las noticias amargas que recibí son las más duras. Espero poder mantener la cordura. No sé cómo voy a superar todo esto", afirmó.