Y., un excombatiente de la Brigada Golani que sufrió trastornos mentales por sus experiencias vividas en la la Guerra de Yom Kipur fue reconocido como discapacitado de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) 48 años después de haber luchado en el frente del Sinaí en el conflicto armado de 1973. El exsoldado, un hombre divorciado que perdió contacto con sus hijos hace aproximadamente una década, finalmente recibirá asistencia mensual del Ministerio de Defensa.
La solicitud fue presentada por primera vez por Y. en 2014, 40 años después del estrés postraumático que sufrió por las duras escenas de las que fue testigo durante la Guerra de los Seis Días, la Guerra de Desgaste y la Guerra de Yom Kipur. En la declaración que presentó, comentó el horror que vivió en los Altos del Golán. "Crecí en un hogar sionista y con valores, tuve una infancia y una adolescencia normales. En la Guerra de los Seis Días capturamos con el Batallón 51 Tel Azaziat y Banias, y luego aseguramos el área de Quneitra, pero pronto se nos pidió que ayudáramos al Cuerpo de Blindados", recordó.
"Traté de rehabilitarme después de la guerra; me casé y tuve hijos, pero comencé a tener ataques de ira y gritaba mucho. Tenía dificultades para desenvolverme adecuadamente en el trabajo y sufría de falta de concentración e inestabilidad familiar. Además, tengo pesadillas frecuentemente"
Y., excombatiente de las FDI
"Luego, durante unos dos años, serví en el canal de Suez durante la Guerra de Desgaste, y en la Guerra de Yom Kipur me desempeñé como paramédico reservista en la península del Sinaí. Durante los combates en los que participé se me quedaron grabados en la mente dos incidentes: en los Altos del Golán, vi el cuerpo desmembrado y colgado al revés de un piloto israelí. Más tarde, en el Sinaí, dos combatientes que me reemplazaron fueron heridos gravemente por el impacto de un misil. Les brindé atención médica, pero uno de ellos murió en cuestión de minutos. Mientras tanto, el comandante y otros miembros de mi pelotón murieron”, comentó.
Según Y., la Guerra de Yom Kipur lo llenó de temores y tensiones. "Traté de rehabilitarme después de la guerra; me casé y tuve hijos, pero comencé a tener ataques de ira y gritaba mucho. Tenía dificultades para desenvolverme adecuadamente en el trabajo y sufría de falta de concentración e inestabilidad familiar. Además, tengo pesadillas frecuentemente que me retrotraen al incidente del misil y el rescate”, señaló.
El psiquiatra que atendió a Y. en 2013 manifestó que su angustia era auténtica y que sufría de depresión y de estrés postraumático. Sin embargo, un psiquiatra del Ministerio de Defensa afirmó en los últimos años, en el momento álgido del proceso judicial que tuvo que atravesar Y. ante el ministerio, que "no se ha probado ninguna conexión" entre su angustia mental y su servicio en las guerras, y por lo tanto no debía ser reconocido como un discapacitado de las FDI.
Recientemente, luego de estudiar la opinión de otro profesional, el psiquiatra del Ministerio de Defensa revirtió su decisión y modificó su recomendación a la División de Rehabilitación. Se espera que un comité médico del organismo determine pronto el porcentaje de discapacidad de Y.
El abogado de Y., Uri Tzipori, sostuvo que su defendido “reaccionó con una gran emoción después de conocer la decisión y dijo 'más vale tarde que nunca'. Todos los datos fácticos sobre los eventos traumáticos a los que estuvo expuesto Y. en la Guerra de los Seis Días habían sido presentados ante el oficial de compensaciones, pero su reclamo fue inicialmente rechazado".
