Dvir Taman, nacido en Jerusalem, de 29 años, siempre supo que algún día serviría en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Creció en la estela de la segunda Intifada, con los titulares diarios gritando sobre apuñalamientos y atentados con bombas en autobuses, y se sintió espoleado por el idealismo y el ferviente deseo de proteger a su familia y amigos.
A los 19 años se alistó en las FDI y se incorporó a una unidad especial encubierta de la Policía de Fronteras que trabajaba en Jerusalem.
La Operación "Muro Protector" estalló en 2014 tras el secuestro y asesinato de tres adolescentes israelíes, que se saldó con el linchamiento en represalia de un joven árabe del barrio de Shuafat.
Cuando los servicios de inteligencia israelíes descubrieron que una banda de terroristas planeaba un atentado masivo contra el Metro Ligero de Jerusalem, que pasa por Shuafat, la unidad de Dvir y un equipo SWAT fueron enviados de madrugada para abatir a los atacantes
Al final, los terroristas se enteraron de que venían y, cuando entraron en el barrio, lo encontraron sumido en el caos.
"Era literalmente una zona de guerra, con fuego y piedras por todas partes. Mientras perseguíamos a los terroristas por el pueblo, un árabe dejó caer un bloque de hormigón desde una altura de cuatro pisos sobre mi cabeza. Por suerte, no me dio en el cráneo, sólo en la espalda y los hombros, porque si no, no habría salido vivo", comienza su relato Dvir.
Taman pasó los siguientes ocho meses de su vida en el hospital, seguidos de un agotador periodo de rehabilitación mientras luchaba por recuperar el control sobre su cuerpo.
"Peor que mi cuerpo paralizado era mi alma destrozada. Me sentía tan solo; había días en los que rezaba a Dios para que me llevara lejos y que mis seres queridos no me echaran de menos", agregó.
Un día, recibió una llamada telefónica de un compañero que se presentó como Raz Budany y le invitó a unirse a una misión de 10 días en Nueva York junto con otros soldados y veteranos que habían sido heridos en combate (WIA) y en atentados terroristas.
"Al principio, me negué. Había perdido la fe en la humanidad y en las personas, pero ellos se negaron a rendirse. Llamaron y suplicaron, engatusaron y presionaron hasta que dije: '¿Qué demonios? ¿Qué puedo perder? Fui, y allí conocí a gente increíble que me entendía, chicos y chicas que sentían lo que yo sentía, con los que podía compartir realmente lo que estaba pasando. Me sentí comprendido y, por primera vez en mucho tiempo, sentí que pertenecía a algo", manifestó.
Desde aquella misión original, Belev Echad dirigió docenas de misiones para soldados, veteranos y víctimas del terrorismo. Algunas se centran en el descanso y la rehabilitación, mientras que otras consisten en visitar los campus universitarios de Estados Unidos, que experimentaron un repunte del antisemitismo virulento en los últimos años, y compartir lo que significa ser jóvenes guerreros que luchan por defender a hombres, mujeres y niños inocentes en su propia patria.
Ahora que las tensiones en Israel van en aumento junto con el recrudecimiento de las amenazas a la seguridad, la violencia terrorista y los frecuentes tiroteos y atropellos que dejaron quince muertos desde el comienzo de 2023, Belev Echad trajo al Estado del Sol a nueve soldados y veteranos heridos en batallas recientes y en anteriores incidentes terroristas, donde pueden escapar del miedo y el trauma de un presente plagado de ansiedad y centrarse exclusivamente en el proceso de rehabilitación.
"Belev Echad me invitó a unirme a ellos de nuevo, esta vez a Miami. Hacía años que no me sentía tan bien, tan cómodo y seguro. Es algo más que diversión, es oxígeno para mí. Nos sentimos tan apreciados al recibir el agradecimiento por nuestro servicio y por defender a nuestro pueblo. Este tipo de efusión de amor no es algo que los soldados o los veteranos demos por sentado, y es muy útil para nuestra curación. Espero que más de mis hermanos de Belev Echad tengan esta oportunidad de curarse y pasar un buen rato con esta gente increíble de Miami, de sentir su amor y aprecio, de sentir que pertenecen y que no están solos", expresó.
Belev Echad, una iniciativa internacional dedicada a facilitar la transición de los soldados heridos en combate y las víctimas del terrorismo a la sociedad y al mundo laboral, creo un sistema de apoyo diseñado que aprovecha las habilidades y aficiones de cada soldado para facilitar su vuelta a la vida.
Para muchos soldados, la organización asume los papeles de mentor, defensor y amigo, guiándoles en decisiones médicas, educativas y profesionales críticas y celebrando juntos los hitos de la vida, grandes y pequeños.
Amit Shmuel, de 27 años, también se unió al viaje de diez días a Miami. Antiguo soldado de la prestigiosa Brigada Givati, resultó gravemente herido tras sólo un año de servicio cuando una bala perdida de un terrorista le hizo caer por un alto acantilado hasta un barranco. Su supervivencia fue un milagro, pero le siguieron diez angustiosos meses en el hospital que le sumieron en la depresión.
"Sentía que lo había perdido todo en mi vida, excepto la vida misma. De ser un soldado de combate 100% en forma, pasé a estar completamente discapacitado", relató Amit.
"Durante esta época atroz de mi vida, Belev Echad entró y me mostró de nuevo la luz y la felicidad. Hoy, con el aliento y el apoyo financiero, soy estudiante universitario y tengo mi propio negocio. Me siento muy bendecio, y quiero dar las gracias a la maravillosa gente de Miami por acogernos y abrirnos sus corazones."
"Este grupo que trajimos a Miami no estaba simplemente de vacaciones. Especialmente ahora, con las tensiones que están surgiendo en Israel, con el terrorismo en aumento y la situación de seguridad más inestable de lo que ha sido en mucho tiempo, es una etapa vital en su rehabilitación. Aquí se sintieron respetados, apreciados, les llamaron héroes, y esto fue lo mejor que la gente puede hacer por ellos", expresa el mayor Raz Budany, director del Centro Belev Echad de Kiryat Ono (Israel).
El propio Budany resultó herido en combate en 2009, y fue Belev Echad lo que lo sacó del marasmo de depresión que siguió a sus debilitantes lesiones, lo guió de vuelta a la vida y a inspirar a soldados y veteranos que han sufrido experiencias similares.
