La familia festeja en medio de la naturaleza.
La familia festeja en medio de la naturaleza.
Lau Weintrov
Shabat en la comuna.

La comuna en los bosques de Brasil que descubrió sus raíces judías

Cleau, un cristiano evangélico, estableció su vida en una comuna en la naturaleza infinita de Brasil con su esposa, Anita, donde lee la Biblia, realiza el kidush todos los viernes, observa mitzvot (mandamientos) y está conectado con el judaísmo junto a sus 15 hijos de una manera verdaderamente misteriosa. El descubrimiento sobre sus raíces judías impactó sobre la vida familiar, y todo fue documentado en una película creada por Ofer Freiman. Su hijo, que emigrará a Israel, quiere "que se reconozca a los descendientes de los anusim (judíos obligados a abandonar su fe) como se hizo con los judíos de Etiopía".

Itzchak Tesler - Adaptado por Leandro Fleischer |
Published:
Cleau Berga-Bezera (65), miembro de una familia cristiano-evangélica, descubrió el judaísmo a la edad de 19 años. Después de comenzar a leer la Biblia, se enamoró de Abraham, Itzchak y Yaakov y de la forma en que se formó el pueblo de Israel. Más tarde se casó con Anita, cinco años menor que él, y en 2009 los dos cumplieron un sueño y establecieron una comuna familiar, una especie de kibutz, en una granja en el corazón de la naturaleza, 550 km al norte de San Pablo.
8 צפייה בגלריה
Shabat en la comuna.
Shabat en la comuna.
Shabat en la comuna.
(Ofer Freiman)
Llaman a su paraíso tropical "Vila Baholo" y allí criaron a sus 15 hijos, conservando la tradición de Israel sin siquiera entender cómo y por qué: simplemente porque así lo decidió el corazón. A lo largo de los años, han conseguido sidurim (libro de oraciones diarias del judaísmo), aprendido y adoptado varias costumbres, como hornear jalá para shabat, y celebrar shabat todos los viernes por la noche, acompañados de una guitarra y luego bendecir el vino (kidush).
Ninguno de ellos en ese momento pensó que tenía alguna conexión con el pueblo judío. Nadie se atrevió a tener esperanzas. Pero después de que "Bibi" (Debora), la hija mayor de Cleau, creciera, visitó Israel, se ofreció como voluntaria durante seis meses en el kibutz Baram y comenzó a investigar la historia familiar. Su increíble historia está en el corazón del documental "Abandonar el cielo".
8 צפייה בגלריה
Jalá para el shabat.
Jalá para el shabat.
Jalá para el shabat.
(Ofer Freiman)
La búsqueda generó una bomba que cambiaría su vida y la de sus seres queridos. Bibi descubrió que el cariño de su familia por el judaísmo no era una casualidad, y encontró raíces que llegaron hasta los anusim (judíos obligados a abandonar su fe) portugueses, que luego emigraron a Brasil. Cuando regresó con la noticia, nació un nuevo sueño entre la generación más joven: emigrar a Israel y establecer una granja agrícola allí, para disgusto del padre de la comuna familiar.
Cleau ve a la vida tribal como el camino correcto, e incluso los hijos que se casan deberían seguir viviendo en el lugar. Los miembros de la familia se ganan la vida fabricando y vendiendo vasijas de cerámica, y cada uno de ellos tiene una tarea determinada: para conseguir agua, Shlomo va a la cascada cercana, Esther ordeña las cabras y Cleau recoge mangos y papayas de los árboles y cocina. En su tiempo libre toca la guitarra y canta, arma un cigarrillo de hojas secas de maíz o les cuenta historias bíblicas a sus nietos.
Entre el paraíso y la Tierra Prometida
Pero Bibi no sólo trajo de Israel una noticia revolucionaria, sino también una buena amiga llamada Fanny Gittleman, que nació en Argentina y emigró a Israel a los 20 años.
8 צפייה בגלריה
Fanny y Yezreel durante su casamiento.
Fanny y Yezreel durante su casamiento.
Fanny y Yezreel durante su casamiento.
(Lau Weintrov)
Gittleman se enamoró de la comuna, y especialmente de Galego-Yezreel, el hermano de su amiga. Después de dos breves visitas, decidieron casarse y emigrar a Israel. A Cleau no le gustó la idea de que su hijo abandonara su paraíso brasileño, y esto creó una crisis.
Al mismo tiempo, la nueva novia de la familia conoció al rabino Rubén Saferstein de Argentina. El rabino reformista explicó a la familia que unirse al judaísmo requiere más que canciones de shabat, kidush y jalá. Incluye mitzvot y prohibiciones, e incluso una ceremonia religiosa que requiere que los hombres, sin distinción de edad, realicen el brit milá (circuncisión).
Pero con el agravamiento de la crisis entre la joven pareja y los padres que abogaban por la continuidad de la comuna, creció también el deseo de algunos de convertirse, inspirados por el padre, que prefirió continuar la conexión con el judaísmo a su manera personal.
8 צפייה בגלריה
 Fanny y Yezreel.
 Fanny y Yezreel.
Fanny y Yezreel.
(Lau Weintrov)
El dramático descubrimiento de las raíces
Gittleman continuó investigando y descubrió que su propia familia también estaba entre los descendientes de los anusim. "Mi madre siempre estuvo interesada en los judíos", dice. "Desde muy joven amó la Biblia, y luego conoció a mi padre, que era judío, y se enamoró de todo. Ella sintió que el judaísmo era parte de ella y se convirtió al judaísmo incluso antes de que yo naciera", agrega.
En 1492, los judíos de España se enfrentaron a una difícil decisión: convertirse al cristianismo o abandonar su tierra natal. Aproximadamente dos tercios de ellos optaron por mantener el judaísmo y se mudaron al vecino Portugal. Cuatro años después, el rey de Portugal también emitió una orden de deportación para todos los judíos del país, pero luego se arrepintió y ordenó que todos los judíos fueran bautizados en el cristianismo, sin posibilidad de irse. Muchos intentaron continuar manteniendo las mitzvot en secreto, aunque la Inquisición portuguesa continuó cazándolos y matándolos, hasta 1823.
8 צפייה בגלריה
Kidush en la comuna.
Kidush en la comuna.
Kidush en la comuna.
(Lau Weintrov)
A lo largo de los años, algunos de los descendientes de los anusim han optado por emigrar a varios países, incluido Brasil. En las últimas décadas ha surgido un fenómeno fascinante: cristianos que viven en Portugal o nativos, insisten en que son descendientes de judíos que se vieron obligados a convertirse. Intentan conocer el judaísmo, las costumbres, las mitzvot y también Israel.
Vivir en Argentina, soñar con Nahariya
Gittleman, de 33 años, es una ciudadana israelí que llegó a Israel en virtud de la Ley del Retorno, y el matrimonio con Yezreel permite que él también pueda vivir allí. “Pero queríamos que el Estado lo reconociera como judío", dice. Yezreel continuó el proceso, "pero el Ministerio del Interior no reconoció su conversión, por lo que una y otra vez nos enfrentamos a pruebas y explicaciones, y al final cambiaron de opinión, gracias a Dios", añade.
"Quiero que los descendientes de los anusim sean reconocidos como verdaderos judíos en todos los sentidos, como reconocieron a los inmigrantes de Etiopía", dice a Ynet Yezreel-Galego Berga-Bezera (39). Él, su esposa y sus dos hijos pequeños han estado esperando durante cinco años para recibir la tan esperada visa para emigrar a Israel.
8 צפייה בגלריה
Cleau y su esposa Anita.
Cleau y su esposa Anita.
Cleau y su esposa Anita.
(Lau Weintrov)
- ¿Cuáles son los planes para el futuro?
- Estamos pensando en vivir en el centro de absorción de Nahariya, y también será un buen lugar para los niños. Entonces, con la ayuda de Dios, podremos comprar una casa con jardín en un moshav.
Al ser consultado si está enojado por la burocracia que le ha demorado la emigración a Israel durante cinco años, Yezreel responde: "No. Tal vez un poco. Estoy mayormente decepcionado, pero aparentemente para fines de enero todos los documentos estarán listos y podremos ir a Israel”.
- ¿Pero por qué insistes en dejar el paraíso para ir a Israel?
- Porque esta es la manera completa de ser judío. Creemos que Israel es el hogar del pueblo judío. Esto es lo que está escrito en la Torá. Creemos en ello, pero no solo queremos que esté en el aire, sino que queremos vivirlo.
8 צפייה בגלריה
El rezo de Cleau y una de sus hijas.
El rezo de Cleau y una de sus hijas.
El rezo de Cleau y una de sus hijas.
(Familia Berga-Bezera)
La película que conectó a su creador con el judaísmo
Ofer Freiman, creador de "Abandonar el cielo", obra que incluso le valió el Premio al Mejor Documental en el Festival de Haifa 2020, conoció a Gittleman en 2014, después de que ella fuera a su casa para ver jugar a la selección de Brasil en el Mundial.
Sagit, la esposa de Freiman, es hija de padres que llegaron a Israel desde Brasil. “Mi esposa invitó a su amiga a ver el juego, y vino con Fanny. Nos habló de la familia de descendientes de anusim que viven en una comuna en Brasil, y después de dos meses ya estaba allí y comencé a filmar. La filmación del documental se llevó a cabo durante seis años, y cada visita se prolongó por tres o cuatro semanas. También viajé tres veces a Argentina”, cuenta.
8 צפייה בגלריה
Ofer Freiman y Fanny Gittleman.
Ofer Freiman y Fanny Gittleman.
Ofer Freiman y Fanny Gittleman.
(Lau Weintrov)
- ¿Cómo te afectó el interés de los descendientes de los anusim por el judaísmo?
- Aunque en la casa de mis padres realizaban kidush en shabat, yo crecí en un hogar secular. Pero el encuentro con la familia me hizo sentir más judío y más cercano a este judaísmo. Hoy me aseguro de realizar kidush con mi esposa y mi hija de dos años y medio. Pero yo separo la religión del hecho de ser judío y parte de una tradición de miles de años a la que me siento conectado.
Comentarios 0