Amotz Asa-El: "La historia de Ester y Mordejai es la esencia del judaísmo en la diáspora".
Amotz Asa-El: "La historia de Ester y Mordejai es la esencia del judaísmo en la diáspora".
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Amotz Asa-El, escritor y periodista, autor de "La marcha de la locura judía".

Las guerras civiles de las tribus bíblicas de Israel: ¿El origen de la tragedia judía?

Luchas sangrientas, ausencia de liderazgo, gobiernos débiles y dispersión geográfica: Amotz Asa-El vuelve en su libro "La marcha de la locura judía" sobre los errores cometidos por los líderes del pueblo judío desde el período bíblico hasta la víspera del Holocausto. ¿Aprendimos la lección?

Eliezer Hyun - Adaptado por Adrián OIstein |
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¿Es posible que los reyes, líderes, sacerdotes y rabinos del pueblo judío sean en gran medida responsables de las tragedias que acompañaron a la historia judía? En opinión del escritor y periodista Amotz Asa-El, la difícil respuesta a esta pregunta es sí, y en su nuevo libro, bajo el estremecedor título de “La marcha de la locura judía", Asa-El se pregunta: ¿Estamos ante el final de este recorrido necio o sigue vigente en la vida judía del siglo XXI?
Asa-El (60), ex jefe de redacción del Jerusalem Post, abre su libro con dos historias aterradoras de abuso sexual: Kitty Genovese, quien fue violada y asesinada en las afueras de su casa en el distrito de Queens de Nueva York en 1964 y “El levita y su concubina”, la tragedia bíblica en la que una joven es violada y luego muere en una ciudad antigua de la tribu de Benjamín: "Cuando era niño y vivía en Nueva York, estudiabamos sobre la Guerra Civil estadounidense sin adornar la realidad. Pero cuando nos mudamos a Jerusalem, no aprendí nada sobre las guerras civiles del antiguo pueblo de Israel”, dice Asa-El, y sostiene que estas guerras se caracterizaron por el anarquismo y la alienación y llevaron a un desmembramiento geográfico que dio origen al antisemitismo, la humillación y la masacre que acompañaron la existencia del pueblo judío.
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Amotz Asa-El, escritor y periodista, autor de "La marcha de la locura judía".
Amotz Asa-El, escritor y periodista, autor de "La marcha de la locura judía".
Amotz Asa-El, escritor y periodista, autor de "La marcha de la locura judía".
“Los primeros periodistas de la historia”
El libro de Asa-El, que simula un recorrido periodístico por los distintos momentos de la historia judía, nos fuerza al error. Comienza por admirar diversos aspectos del pensamiento político judío. Desde Moisés y Samuel, que prácticamente suplicaron a su pueblo que no los distinguiera con el rol de líderes o reyes, hasta los textos bíblicos que describen el valor de profetas como Natán y Elías, que se paraban ante grandes reyes como David y Ajab y desafiaban sus certezas sin temor, "Los primeros periodistas en la historia de la humanidad", bromea el autor.
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Tapa del libro "La marcha de la locura judía".
Tapa del libro "La marcha de la locura judía".
Tapa del libro "La marcha de la locura judía".
Pero al mismo tiempo, Asa-El pone el énfasis en las guerras civiles que caracterizaron al pueblo, y encuentra no menos de doce de ellas. Comenzando con las que se describen en el Libro de los Jueces (Jefté y Benjamín), hasta la terrible guerra en Jerusalem (Primera guerra judeo-romana), en la que se destacaron dos líderes militares, Shimón Bar Giora y Yohanan de Gush Halav, guerras en las que murieron millones de personas.
"Estas guerras son la encarnación del anarquismo”, afirma Asa-El, "y son las que nos condujeron a nuestras mayores tragedias". El mensaje común a muchos de los relatos bíblicos es de corte antigobierno y opuesto a regímenes “estalinistas”, enfatiza nuevamente el autor, y su consecuencia es la de un gobierno débil, donde reina el desorden y la locura. Por ejemplo, el pasaje en que los miembros de la tribu de Rubén, Gad y la mitad de la tribu de Menashe le piden a Moisés establecerse al este del Jordán. Moises les hace la famosa pregunta: "¿Vuestros hermanos irán a la guerra y ustedes se quedarán aquí sentados?”. En respuesta, ellos prometen (y cumplen) estar en el frente de batalla. ¿Para qué querían las tribus asentarse más allá del Jordán? Asa-El cree que lo hacen por temor a la toma de posesión de tierras por parte de las dos tribus principales de Yehuda y Efraín y, en consecuencia, buscan separarse. “Pero este pedido y esta separación convierte a cada tribu en un actor político en sí mismo, crea el tribalismo y lo convierte en un elemento estructural del pueblo de Israel. Esto desmantela al pueblo judío y conduce a las terribles guerras internas", sostiene el autor.
Asa-El también encuentra características de este tribalismo en la actual conducción del Estado de Israel: "En los últimos cincuenta años nos hemos encontrado en repetidas ocasiones con rabinos que afirman de manera frontal, incluso en cuestiones centrales como 'devolver territorios', que debemos obedecer las palabras de los rabinos, y hacer caso omiso de las decisiones de los gobiernos o lo que las mayorías piensan y expresan a través de un referéndum. ¿Cómo se llama eso sino anarquía? Este es también el caso de la pelea diaria que tiene lugar en el Muro de los Lamentos, ¿De qué se trata eso sino de la continuidad de la marcha de la locura”, evalúa el autor.
El desmembramiento geográfico
No mucho antes de la construcción del Segundo Templo vivía un famoso judío llamado Mordejai, el primer hombre en la historia de la literatura llamado “HaYehudí” (El judío). Asa-El cree que la historia de Mordejai “HaYehudi” y la reina Ester relata la esencia del judaísmo en sus dos mil años de exilio: expansión de su existencia fuera de la patria, residencia y migración en un universo sin límites y ejercicio del poder sobre pueblos y gobiernos extranjeros incluso sin contar con tierra, gobierno y ejército propios. El pueblo judío que no regresó a su tierra se convirtió en un 'pueblo del mundo', un pueblo que se encuentra en todos los rincones del planeta.
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Amotz Asa-El: "La historia de Ester y Mordejai es la esencia del judaísmo en la diáspora".
Amotz Asa-El: "La historia de Ester y Mordejai es la esencia del judaísmo en la diáspora".
Amotz Asa-El: "La historia de Ester y Mordejai es la esencia del judaísmo en la diáspora".
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Esto configura según el autor la gran catástrofe del judaísmo. Esta dispersión geográfica es la que da origen al cristianismo y a la persecución de los judíos, y es también en gran medida responsable del Holocausto de los judíos de Europa. ¿Cuál es la lógica que lleva a estas conclusiones? Pablo de Tarso fue el responsable de difundir el cristianismo por el mundo. Nació en Tarso en Asia Menor, en una comunidad judía rodeada de no judíos. La dispersión de judíos por el mundo sin una patria propia, creó miles de comunidades de este tipo, y Pablo de Tarso era consciente de la tensión constante entre una comunidad que era minoritaria pero se sentía el "pueblo elegido". Él quiso salvar esa tensión y crear un equilibrio entre las dos religiones en competencia. El resultado condujo no solo al rechazo de los judíos y a la exacerbación de la tensión por parte de los cristianos, sino también al deseo evangelizador de estos últimos de difundir sus enseñanzas en todas las comunidades judías remotas del mundo. A los fines prácticos, eso derivó en un costo en vidas humanas de millones de judíos en los últimos dos mil años. "No somos el pueblo elegido, no hay tal cosa como un hijo favorito, no creo en eso", dice Asa-El. "Esta percepción, acompañada por la propia dispersión geográfica de judíos que viven junto a no judíos en todo el mundo, llevó a relaciones distorsionadas y a grandes tragedias", afirma.
El Holocausto, que se cobró la vida de millones de judíos, no es diferente en este sentido. Asa-El señala que, por supuesto, no exime de ninguna manera a los nazis de su responsabilidad, pero en su opinión, la diáspora judía explica algunas cosas: “Herzl y luego Jabotinsky suplicaron a los judíos que abandonaran Europa, pero hubo rabinos que se opusieron a la inmigración a Estados Unidos”, relata.
El autor también critica al movimiento reformista sobre la misma base: "El movimiento de reforma en Alemania, por ejemplo, ensalzó la vida en la diáspora con una afirmación mesiánica: no estaban de acuerdo con los rabinos ortodoxos que decían que el Mesías no había venido, sino que sostenían que el Mesías ya estaba aquí, que tenía la forma de la `Igualdad de Derechos´ en Europa y que todo el continente era ahora la 'Tierra Prometida'”, evalúa.
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Amotz Asa-El: "Las peleas entre la izquierda y la derecha me hacen pensar que el espíritu tribal sigue aquí".
Amotz Asa-El: "Las peleas entre la izquierda y la derecha me hacen pensar que el espíritu tribal sigue aquí".
Amotz Asa-El: "Las peleas entre la izquierda y la derecha me hacen pensar que el espíritu tribal sigue aquí".
(Alex Kolomoisky)
Asa-El concluye el libro con una fascinante conversación con el gran demógrafo contemporaneo israelí, el profesor Sergio Della Pergola, quien predice que para el 2030, y tal vez incluso en el 2025, la mayor parte del pueblo judío vivirá en la Tierra de Israel: "En unos años, Israel se convertirá en el centro de existencia del pueblo judío", afirma.
- ¿Qué significa esto? ¿No habrá diáspora judía?
- El escritor A. B. Yehoshua se esfuerza por erradicar la idea de diáspora judía y en unos cuantos años posiblemente eso suceda. No estoy de acuerdo con él en este punto. La diáspora judía tiene una gran importancia, especialmente en el mundo anglófono, en el cual se puede ver que también es posible desarrollar una relación saludable con las comunidades no judías. Pero es importante que al mismo tiempo seamos los israelíes los responsables del destino judío. No más 'un pueblo esparcido y separado entre los pueblos', sin tierra, ejército, bandera e himno. Eso podría conducir, como ya se dijo, a la anarquía y al desastre nuevamente.
- ¿La “marcha de la locura judía" llegó a su fin con el establecimiento del Estado de Israel?
- Me temo que la respuesta es no. Las peleas entre la izquierda y la derecha me llevan a preguntarme si sigue anidando en nosotros el instinto de la anarquía.
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