Para muchos jóvenes israelíes, el período de la pandemia de COVID se convirtió en un momento de crisis personal, que solo empeoró debido a innumerables restricciones.
Si bien las plataformas de educación en línea fueron sin duda un nuevo desafío para niños y adolescentes, el aspecto afectado por las restricciones de COVID más que nada fue la vida social de los jóvenes. Los niños y adultos jóvenes se alimentan de las interacciones sociales y, en su ausencia, un número preocupante de niños recurrió a las drogas, el alcohol y otros medios destructivos para pasar el tiempo.
Sin embargo, para algunos, este período único provocó un cambio positivo, presentando una oportunidad para superar obstáculos y establecer nuevas metas.
Alex Lineikin, un joven de 16 años de Be'er Sheva, es uno de esos adolescentes afortunados. Al comienzo de la pandemia, decidió aprovechar la oportunidad para adquirir un nuevo pasatiempo y dedicarse al parkour.
A través de esto, no solo descubrió su talento personal único, sino que también encontró su camino hacia una comunidad construida en torno al deporte.
"El parkour es un deporte con el objetivo de crear un desafío y completarlo de la manera más eficiente", dice.
"Lo que hacemos es salir a la calle o a un centro comunitario con colchonetas y encontrar formas de desafiarnos a nosotros mismos.
"Nuestro objetivo es llegar de un punto a otro de manera efectiva, superando obstáculos y usando únicamente nuestro cuerpo. Practicamos cómo superar obstáculos urbanos y naturales como paredes, vallas, barandillas y piedras escalando, saltando y caminando a cuatro patas".
Cuando se le preguntó por qué se sentía tan atraído al parkour, un deporte que se considera muy especializado, Alex dijo que el aspecto "de superación personal" es lo que le llamó la atención.
"Siempre me ha gustado desafiarme a mí mismo y encontrar formas de superar problemas u obstáculos que parecen imposibles al principio", dijo. "Esta actitud fue muy bien con el parkour. Después de unos días de práctica, me había encontrado a mi mismo entrenando todos los días durante horas".
Alex cree que parte de la explicación de por qué el parkour no es un deporte olímpico es su naturaleza no competitiva. "Muchas personas que conozco están muy en contra y no les gusta la competitividad", dice.
"Lo hacen para desafiarse a sí mismos y mejorar, para encontrar amigos y viajar por el mundo. Personalmente, me conecto no solo con el deporte en sí, sino también con la comunidad que se ha construido a su alrededor. Casi todos los miembros de la comunidad de parkour en Israel se conocen entre sí, es realmente una comunidad increíble. Amo a cada persona en ella".
Si bien es consciente de que este es un deporte que conlleva muchos riesgos, Alex cree que las lesiones y los riesgos son parte de todos los deportes y de la vida en general.
"El parkour me enseñó a superar mi miedo e incluso a trabajar a través de él", dice. "Si hay algo que me asusta, sé exactamente qué pasos debo tomar para superar esos pensamientos".
El consejo de Alex para principiantes en todos los deportes es "siempre mirar el lado positivo".
Él dice que después de cada entrenamiento trata de identificar lo que aprendió y dónde mejoró, y de esa manera nunca se decepciona de sí mismo después de una sesión de entrenamiento menos productiva.
