Una bolsa de plástico que contenía dos diminutos fragmentos de hueso, uno de ellos de pocos milímetros de tamaño, permitió identificar a uno de los desaparecidos desde el 7 de octubre.
Los restos de los huesos llegaron al Instituto de Medicina Forense, donde se encontró una coincidencia de ADN con la persona desaparecida cuyo cuerpo fue secuestrado en Gaza. Anteriormente, una de las personas desaparecidas el día de la masacre fue identificada de manera sorprendentemente similar.
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El director del Instituto de Medicina Forense, Dr. Chen Kugel; los pequeños huesos que ayudaron a identificar la muerte de israelíes durante el "Sábado Negro".
(Abigail Uzi)
El director del Instituto de Medicina Forense, Chen Kugel, comentó a Ynet: "el procedimiento de identificación de partes óseas se lleva a cabo en el instituto por un antropólogo forense, que identificó que el origen de los huesos están en el cráneo. Yo, el patólogo, detecté una fractura en el mismo hueso".
"Los conocimientos muestran que huesos de órganos vitales esparcidos en la zona del mismo asentamiento donde llegaron los asesinos fueron fracturados por disparos de arma de fuego, ya que allí no se realizó ninguna cirugía en la cabeza, por lo que no queda otra opción que la muerte", explicó.
"En este momento, cuando está claro más allá de toda duda que se trata de una muerte como resultado de un disparo, declaro la muerte del desaparecido", agregó Kugel.
El avance para identificarlo como desaparecido fue posible gracias a la bolsa con los hallazgos recibida el 26 de diciembre.
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Jeringas, balas y sangre durante el "Sábado Negro" en el Hospital Barzilai.
(Portavoz del Hospital Barzilai)
"Una de las bolsas que recibimos contenía los fragmentos que se encontraron esparcidos en la zona. Pudimos determinar que el daño que identificamos en el huesito corresponde a un balazo que impactó a esa persona en el cráneo. El cuerpo no fue encontrado y fue aparentemente secuestrados", afirmó.
Los cientos de bolsas negras para cadáveres que se identificaron en el instituto al principio de la guerra están reemplazando ahora a las bolsas blancas, que normalmente contienen fragmentos de huesos.
En el informe elaborado, el antropólogo forense señaló que se encontró coincidencia anatómica con esa persona.
"Escribí que tal vez en las bolsas de plástico adicionales se encuentren más hallazgos adecuados para esa persona, pero ahora estoy determinando su muerte basándose en lo que he examinado: dos fragmentos de huesos del cráneo". Luego, Kugel pasó el informe a la policía y a las FDI para informar a la familia de la víctima de la amarga noticia.
Antes, identificaron como desaparecida en ausencia de un cuerpo a otra mujer de la misma manera.
"Tomamos radiografías de muchos huesos y encontramos una fotografía del cráneo. De uno de los pequeños huesos de la audición en el oído interno, los huesos más pequeños del cuerpo, encontramos un hueso del tamaño de un centímetro", recuerda el Kugel. Luego, de los miles de fragmentos óseos que se encontraban allí, los expertos del Instituto de Medicina Forense, con ayuda de radiólogos, compararon la radiografía de la mujer desaparecida que encargaron al Ministerio de Salud.
"Y así fue como identificamos a esta persona. Gracias a un pequeño trozo de menos de un centímetro de un hueso. Y te preguntarás ¿Cómo sabes que está muerta? Sin este hueso no es posible vivir. Es decir, si no fue extirpada quirúrgicamente, por supuesto. Y en tal descripción, de un evento en el que hay disparos y fuego, salió este hueso, lo que significa que una persona no puede vivir. Entonces, si este hueso es suyo, entonces falleció", remarcó.
La decodificación es compleja y requiere trabajo, integración de sistemas y tecnologías.
"Gran parte de los cuerpos fueron quemados hasta el punto que no es posible extraer ADN en absoluto, porque los terroristas utilizaron combustibles y tipos de municiones que provocan temperaturas muy, muy altas (hasta 700 grados centígrados) para destruir cualquier hallazgo", sostuvo.
"Con el tiempo, los huesos se queman hasta tal punto que no queda nada de ADN en ellos. Como en un crematorio", resaltó.
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Kibutz Kfar Aza, en ruinas tras el ataque de Hamás el 7 de octubre.
(Amir Levy/Getty Images)
Kugel es miembro del comité que determinó la muerte de varios israelíes desaparecidos en ausencia de cadáver, así como el jefe de la división médica del Ministerio de Salud, Hagar Mizrahi, el director del Hospital Zedek, Ofer Marin junto a militares, policías y rabinos.
"Creo que hemos determinado la muerte de unas 20 personas que están en Gaza. Sus cuerpos no están en Israel, pero determinamos su muerte", confesó.
"Vimos cosas muy, muy difíciles. Mis colegas y yo, no creo que lloráramos tanto en ningún evento. Vimos la crueldad y el mal terrible, y las emociones no pudieron soportarlo. No creo que quede nadie que pueda permanecer indiferente ante estas cosas. Y sobre todo, cuando luego escuchas las historias humanas detrás de estas duras escenas. Así que fue muy difícil mentalmente. Estoy seguro de que todos tendremos efectos secundarios".
