Hace exactamente un año, Haim Dabush, de 54 años, de la ciudad de Ashdod, se contagió de coronavirus. Hoy, después de meses de hospitalización en los que estuvo anestesiado y conectado a respiración artificial, todavía se encuentra en rehabilitación: "Mi familia ya había sido llamada para despedirse. Los médicos dicen que soy un milagro de la medicina, que nací de nuevo", cuenta.
Dabush fue hospitalizado en primera instancia en el Hospital Assuta de Ashdod y trasladado luego, en estado crítico, a la Unidad de Cuidados Intensivos Respiratorios del Hospital Sheba, donde fue anestesiado y conectado a respiración artificial durante casi cinco meses en los cuales sus posibilidades de recuperación parecían escasas. Fue dado de alta hace un mes y medio: “Me pude duchar por primera vez en nueve meses, fue un día festivo en que pude bañarme y ponerme tefilín”, relata.
- ¿Cuánto tiempo pasaste anestesiado y conectado a respiración artificial?
- Aproximadamente cinco meses. Todo empezó en Purim. Cuando me levanté, le pregunté a mi esposa si había comprado matzá para Pesaj. Pensé que me había quedado dormido unos días.
- Cuando despertaste, ¿entendiste que habías vuelto a la vida después de haber estado virtualmente muerto?
- Me sorprendió lo que pasé durante cinco meses y lo que pasó mi familia. Fui conectado cuatro veces a un dispositivo ECMO (de asistencia cardiorrespiratoria) y perdí 22 kg. En un momento los médicos pensaron que no sobreviviría, le dijeron a la familia que viniera a despedirse. Pero volví a nacer. Estoy en mi cuerpo desde hace 54 años, pero tengo un año. Todavía me cuesta ducharme solo, ir de compras, mi respiración tiene secuelas.
- ¿Qué lección te llevas de este año difícil?
En primer lugar, que hay que cuidarse mucho a uno mismo. No entiendo a los que van sin máscara ni a los que niegan la existencia del coronavirus. Que vengan y hablen conmigo. Que nieguen la existencia del coronavirus mirandome a los ojos. Yo era una persona deportiva y saludable, empleado de una empresa de electricidad casi sin días de licencia por enfermedad, subiendo 80 pisos a pie. Y todo sucedió sin previo aviso.
- Contrajiste el virus en Purim del año pasado. Y ahora la gente se reúne y festeja una vez más en contra de las pautas de salud. ¿Qué mensaje te gustaría darles?
- No jueguen a ser héroes, no pongan en riesgo su vida. Una persona que se infecta, puede perder la vida, o que si se salva nunca más vuelva a ser como antes. También pone en peligro a otros: su esposa, su padre, los vecinos. El coronavirus es mortal. Y si no mata, destruye familias y causa trauma y conmoción. ¿Cómo se puede subestimar algo tan tangible?