El sargento Yehonatan Yitzchak Samo, de Carmei Tzur, sucumbió a las heridas sufridas en los combates de Gaza hace diez días.
Gracias a su decisión de firmar una tarjeta de donante de órganos, médicos pudieron salvarle la vida de seis personas, entre ellas un bebé de ocho meses que recibió una nueva oportunidad tras el trasplante de un lóbulo hepático.
"Era el primogénito de sus padres, Eilat y Moshe, y hermano de Barry, Lavi, Tamar y Ahinoam. Sus grandes y hermosos ojos y su encantadora sonrisa eran sus señas de identidad. Nunca se quejaba de las dificultades", comentó un familiar.
"Asistió a la yeshiva Neveh Shmuel, en el asentamiento cisjordano de Efrat, antes de alistarse en los paracaidistas, aunque en un principio estaba destinado a un puesto en la unidad de inteligencia. Durante la guerra, desempeñó funciones de mando y control", agregó.
"Por iniciativa propia, Yehonatan se comprometió como donante de órganos. Su madre tropezó un día con la tarjeta de donante y preguntó por ella. Él respondió: 'Sí, lo firmé hace tiempo'. No tuvo ni un momento de duda sobre si donar o no sus órganos. Así era Yehonatan. Se enfrentaba a todo con una sonrisa, un corazón comprensivo, un compromiso inquebrantable y un deseo innato de ayudar a los demás. El hecho de que una parte de él siga viva, ayudando a los demás, es una idea realmente edificante", planteó su familia.