Enfundada en su chaleco negro y naranja, Salma al-Najjar espera a que los coches se detengan en la estación de servicio. Esta adolescente de 15 años es la primera mujer empleada de gasolinera de la Franja de Gaza y aspira a cambiar la mentalidad de este enclave tan conservador.
Esta joven palestina deseaba compaginar el trabajo con los estudios, pero no solo por tener un sueldo, sino también por estar activa y demostrar que las mujeres pueden hacer lo mismo que los hombres.
"Apoyo a las mujeres palestinas y, a pesar de todas las críticas que pueda haber, quiero mostrar que pueden hacer los que quieran", dijo a la AFP.
Gobernada desde 2007 por el movimiento terrorista Hamás, la Franja de Gaza tiene unos niveles muy altos de desempleo (el 50%) y de pobreza.
Cuando Mohamed Al-Agha, el jefe de la estación de servicio de Jan Yunis (sur del territorio), aceptó contratar a Salma para echar gasolina, la adolescente estaba muy contenta y sorprendida.
"Después de todo, ¿por qué no ser la primera mujer (en ocupar este puesto) y desafiar así a nuestra sociedad conservadora y tradicional?", manifestó la joven bajo su pañuelo negro. Salma cuenta con el apoyo de sus familiares y de su jefe.
"Soy un hombre de negocios y apoyo a todas las chicas o mujeres que quieran realizar sus sueños y ambiciones", explicó Mohamed Al-Agha.
Un cambio de mentalidad entre las mujeres pero también para los jóvenes. "Es verdad que soy joven, pero no soy una niña, y quiero probar que la edad no es lo importante, sino las competencias que tengas", sostuvo Salma.
Aunque la ley palestina permite trabajar a partir de los 18 años, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) apuntó que, en 2015, 4,5% de los menores palestinos de Cisjordania trabajaban, en tanto que en la Franja de Gaza había una cifra "preocupante", según el informe publicado en 2018.