A los 81 años, Shlomo Shalem no tiene dudas de que la edad es apenas un número: residente de Rishon LeZion, padre de 4 hijos y abuelo de 9 nietos, es un preparador físico que asegura estar en su mejor momento y no tiene pensado dejar de trabajar.
Shalem decidió hacer un cambio en su vida hace unos 30 años, cuando una enfermedad amenazó a su salud y lo llevó a incorporar un estilo de vida saludable. “Quería tener una buena calidad de vida y me puse metas como poder viajar, o jugar con mis nietos”, contó sobre sus inicios en la actividad física.
A los 78 años Shalem decidió que quería compartir con los demás la experiencia que adquirió en el campo del fitness y se inscribió en un curso de preparador físico. “Al lado mío había jóvenes de 23, 24, 25 años que al principio no podían creer que yo fuera su compañero”, relató sobre el curso intensivo que realizó durante 5 meses.
Salvo algunos ajustes en las pruebas prácticas, “porque estoy en buena forma pero tampoco tengo 20 años”, Shalem estuvo obligado a cumplir con todas las exigencias del curso. “Admito que no es fácil tomar un curso tan intensivo a los 78 años, había mucho material que memorizar sobre anatomía y fisiología, pero trabajé duro y lo hice”, recordó.
“Vengo al gimnasio todos los días y la mayor parte de mi actividad física es para mejorar la resistencia cardiopulmonar. Salto, corro y me exijo con ejercicios. Además levanto pesas una vez por semana”, describió Shalem sobre su rutina de entrenamiento. “Busco ayudar a personas de mi edad o incluso más jóvenes, darles el ejemplo y que vean que si a esta edad puedo hacer lo que hago, ellos también pueden”, agregó.
