Natan Sharansky es recibido en Israel por el entonces primer ministro Shimon Peres tras su liberación en 1986.
Natan Sharansky es recibido en Israel por el entonces primer ministro Shimon Peres tras su liberación en 1986.
GPO
Natan Sharansky es recibido en Israel por el entonces primer ministro Shimon Peres tras su liberación en 1986.

Prisioneros de Sion: las inspiradores historias de Yuli Edelstein y Natan Sharansky

Los prisioneros de Sion pagaron un alto precio por el derecho a vivir como judíos, aprender hebreo y luchar por emigrar a Israel desde la Unión Soviética. Durante las últimas décadas, Yuli Edelstein y Natan Sharansky se han desempeñado en importantes cargos públicos, pero no han olvidado sus grandes batallas, desde el gulag en Siberia hasta el privilegio de influir en la realidad israelí.

Attila Shomfalvi - Adaptado por Leandro Fleischer |
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Anatoly Sharansky aterrizó en Israel en 1986, y un año después llegó Yuli Edelstein. Sus nombres eran conocidos por los jóvenes israelíes, que se manifestaron por la liberación de dos de los principales prisioneros de Sion en algún momento de la década de 1980. Han pasado décadas, Anatoly es más conocido por su nombre hebreo, Natan, en tanto que Yuli (Yoel) siguió siendo Yuli, y ambos se han desempeñado en una variedad de cargos públicos de alto nivel. Pero nunca olvidarán el tiempo que pasaron en una prisión soviética: Sharansky estuvo nueve años y Edelstein tres.
La lucha por la liberación de Sharansky cruzó continentes. De hecho, el gobierno de Estados Unidos participó en el acuerdo para su liberación. En una entrevista en la conferencia "Inmigrantes de todo corazón" de Yedioth Ahronoth, Ynet y Vesti, en colaboración con el Ministerio de Inmigración y Absorción y la Agencia Judía, que se celebró la semana pasada con motivo del Día de la Aliá (inmigración a Israel), ambos contaron acerca de su disposición a pagar un alto precio con el objetivo de llegar al país. "Como millones de judíos en la Unión Soviética, vivíamos sin identidad y sin libertad", dijo Sharansky. “Cuando descubrí mi identidad a través de mi orgullo por el Estado de Israel, después de 1967, supe que tenía una historia de la que quería formar parte: la del pueblo y la del país. Esto te da fuerzas para luchar por tus derechos y los derechos de los demás, y te conviertes en un hombre libre”, agregó.
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Natan Sharansky es recibido en Israel por el entonces primer ministro Shimon Peres tras su liberación en 1986.
Natan Sharansky es recibido en Israel por el entonces primer ministro Shimon Peres tras su liberación en 1986.
Natan Sharansky es recibido en Israel por el entonces primer ministro Shimon Peres tras su liberación en 1986.
(GPO)
"Incluso en la cárcel supe que mientras continuara mi lucha, era un hombre libre. No acepté volver a ser esclavo. Te das cuenta bastante rápido de que formas parte de una lucha histórica, y cada una de tus palabras y todo lo que haces depende de los resultados de esa lucha. Si no piensas todo el tiempo en recuperar tu libertad, entonces pierdes. Porque no depende de ti que salgas o no, lo que depende de ti es si sigues siendo un hombre libre, un judío orgulloso, incluso en la cárcel”.
“Mi mujer preguntó: '¿pero qué comeremos?'
Sharansky (73) y Edelstein (63) llegaron a Israel como "celebridades de la aliá" y no atravesaron por los procesos habituales de los inmigrantes. "Tal vez no fue bueno que no haya pasado por un proceso", manifestó Sharansky. "Hasta el día de hoy tengo problemas con el hebreo. Aquí me volví a encontrar con mi esposa, Avital, que llegó 12 años antes que yo. Un día después de nuestro casamiento, y en todos los 12 años que estuvimos separados, ella movilizó a todo el mundo para lograr mi liberación. Ella era, como dice Yuli, 'casi Sabra (término que describe a los judíos nativos de Israel)'. La miran y dicen: 'Ni siquiera tiene acento'. Formamos un hogar judío israelí tradicional. Recibí todo lo que quería: libertad e Israel”, agregó.
Pero casi 35 años después, y con un currículum israelí bastante glorioso, Sharansky todavía se siente como un nuevo inmigrante. "Hasta el día de hoy, estoy muy orgulloso de la aliá. En Israel, siempre me siento como un inmigrante. Cuando recorro la diáspora, soy un israelí muy orgulloso”, manifestó.
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Yuli Edelstein (izquierda) y Natan Sharansky.
Yuli Edelstein (izquierda) y Natan Sharansky.
Yuli Edelstein (izquierda) y Natan Sharansky.
(Yariv Katz)
La aliá de Edelstein se recuerda de un modo algo diferente, y aunque era un nuevo inmigrante muy conocido, se encontró perdido después de un breve periodo de tiempo. "En los primeros días en el país todos nos abrazaron, visitamos la Knesset y todo era fantástico y hermoso, pero recuerdo que mi difunta mujer me dijo después de unos tres o cuatro días: ‘Yuli, es muy lindo ir de aquí para allá, pero ¿qué vamos a comer? No hay un centavo en casa’. Si bien entregaban un ayuda económica a los inmigrantes, a mí no me la otorgaron porque sabía hablar hebreo y no me había anotado en un ulpán (instituto para el aprendizaje de hebreo)”.
A pesar de que Edelstein pagó con su libertad el hecho de haber aprendido hebreo en la Unión Soviética, no recibió ayuda del Estado de Israel. "Empezamos con 270 dólares, porque éramos una familia de tres, y en la Unión Soviética se podía sacar hasta 90 dólares por persona. Era todo lo que teníamos. Y puedo asegurar que los líderes de Israel en ese momento no nos dieron ningún sobre. Nos recibieron con honores y nos dieron una taza de café, pero tuvimos que construirnos a nosotros mismos desde cero”, comentó Edelstein.
“Se puede recibir mejor a los inmigrantes”
Edelstein y Sharansky hicieron realidad el sueño, pero, señaló Edelstein, “queríamos continuar con nuestro activismo. Después de todo, ¿por qué estábamos luchando? Para que las personas pudieran inmigrar libremente.
"Y aquí, si bien el sueño se hizo realidad, sentíamos que la aliá se estaba llevando a cabo de una forma incorrecta”, por lo que crearon el partido “Israel BaAliá” que se presentó en las elecciones de 1996.
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Certificado de liberación de Yuli Edelstein de la cárcel soviética.
Certificado de liberación de Yuli Edelstein de la cárcel soviética.
Certificado de liberación de Yuli Edelstein de la cárcel soviética.
El partido obtuvo siete escaños, y Edelstein cree que ha cambiado los procesos históricos de la aliá. "Hubo, digamos la verdad, una especie de ruptura entre las masas de inmigrantes que llegaron y parte de la población israelí. Algunos me decían: 'Oye, soy médico y trabajo en una gasolinera, y mi vecino me dijo ‘Rusia apesta y cosas por el estilo’. Una vez que esta ola de inmigrantes tuvo representantes, tenían a quién dirigirse para contar acerca del enojo que sentían”, explicó Edelstein.
- ¿Piensan que Israel sabe recibir a los inmigrantes?
- Edelstein: Sí. De hecho, millones de personas han sido recibidas. ¿Es posible hacer las cosas mejor? Es posible. Sabemos cómo hacerlo, probablemente mejor que otros países
- Sharansky: Israel ya no es un país marginal golpeado, pero es muy importante que el Estado continúe con su mensaje de que es un hogar para todos los judíos.
"Debo decir que Israel perdió grandes oportunidades", añadió Sharansky, y ejemplificó su argumento con la gran inmigración de Francia, que comenzó hace seis años, con la que, señaló, el Estado de Israel repitió los errores que cometió con la inmigración de Rusia, como dificultar la vida profesional al no reconocer los títulos académicos.
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