En diciembre de 2009, aproximadamente dos años antes de que el entonces soldado Gilad Shalit fuera devuelto a Israel desde la Franja de Gaza a cambio de 1.027 terroristas, el miembro de la inteligencia alemana y mediador de las negociaciones, Gerhard Conrad, ya había alcanzado otro trato. Por el lado israelí, el exfuncionario del Mossad Hagai Hadas, a cargo de los prisioneros y las personas desaparecidas en ese momento, llegó a un acuerdo sobre los nombres de los mil prisioneros palestinos que serían puestos en libertad. Hamás también aceptó los términos del trato. Pero luego, sorprendentemente, el entonces primer ministro Benjamín Netanyahu se arrepintió.
"Los israelíes cometieron un error estratégico de gran importancia, un cálculo incorrecto en detrimento del Estado. Sin mencionar a Gilad, que permaneció en cautiverio durante otros dos años"
Gerhard Conrad, exintegrante del Servicio Federal de Inteligencia de Alemania
"Me sentía muy decepcionado. Israel y sus líderes interpretaron incorrectamente la situación", dice el mediador alemán Conrad en una entrevista especial con Yedioth Ahronoth. "Los israelíes cometieron un error estratégico de gran importancia, un cálculo incorrecto en detrimento del Estado. Sin mencionar a Gilad, que permaneció en cautiverio durante otros dos años", añade.
Durante muchos años, Conrad fue el mediador secreto entre Israel y las organizaciones terroristas. En el décimo aniversario de la liberación de Shalit, el funcionario del BND, el Servicio Federal de Inteligencia de Alemania, revela cómo se llevaron a cabo las delicadas negociaciones entre el Estado judío y Hamás.
Conrad señala que para obtener el famoso video en el que Shalit aparecía hablando desde su cautiverio con un periódico palestino en sus manos, el funcionario alemán había viajado innumerables veces entre Gaza y Tel Aviv.
Ahmad Yabari, el entonces jefe del ala militar de Hamás, no quería realizar la filmación. "Pensó que el propósito del video era obtener información sobre su paradero, o bien que Shalit diera alguna señal secreta para indicar el lugar donde se encontraba”, recuerda Conrad. Finalmente, el funcionario alemán logró persuadir a Yabari para que permitiera publicar las imágenes a cambio de la liberación de 20 prisioneras palestinas que habían cometido delitos menores.
Inmediatamente después de que Shalit fuera filmado en su lugar de cautiverio, Conrad y Yabari miraron el video juntos. "De pronto, todo el asunto, al que hasta hace un momento se oponía con vehemencia, comenzó a gustarle", señala Conrad sobre la reacción de Yabari. "'Mire, señor Conrad', me dijo, 'mire lo bien que se lo ve [a Shalit], y comprenderá que así es como mantenemos a nuestros prisioneros'", agrega.
Además de Shalit, Conrad también participó en diversos acuerdos, como en el de la liberación del oficial israelí Elhanan Tenenbaum en 2004; en el de la devolución de los cuerpos de los soldados Omar Sawayid, Benny Abraham y Adi Avitan en 2006; y en el de la devolución de los cadáveres de los combatientes Eldad Regev y Ehud Goldwasser en 2008, entre otros.
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Gerhard Conrad fue durante muchos años el mediador entre Israel y las organizaciones terroristas palestinas.
(Yotam Schwartz)
"Israel tiene un enfoque único sobre el tema de los prisioneros y las personas desaparecidas, que es visto por muchos en el mundo como una debilidad"
Gerhard Conrad, exintegrante del Servicio Federal de Inteligencia de Alemania
"Israel tiene un enfoque único sobre el tema de los prisioneros y las personas desaparecidas, que es visto por muchos en el mundo como una debilidad", comenta. “Pero según sus tradiciones, esto les da fuerza moral y cohesión social. No hay duda de que este es un valor que muestra un gran cariño y una gran sensibilidad hacia el otro. Por otra parte, por supuesto, el otro lado entiende esto bien. Hezbollah fue el primero en comprender esto. Lo toma como una debilidad e intenta golpearlos en este aspecto para exigir concesiones cada vez más grandes", añade.
Sin embargo, parece que en los últimos años Israel ha intentado endurecer su política.
"Lo entiendo completamente. El enfoque israelí se basa en valores, es moral y noble, por lo que estoy lleno de admiración, pero también es una actitud que a veces es demasiado buena para este mundo", concluye Conrad.
