Estambul
Turistas en Estambul.
AFP
Familia israelí visita una sinagoga en Estambul.

Los recaudos de los israelíes que decidieron quedarse en Estambul

Evitan hablar en hebreo, no publican fotos o se tapan la cabeza como si fueran árabes. A pesar del pedido del gobierno de regresar a Israel por la amenaza terrorista iraní, algunos israelíes continúan paseando en la ciudad turca.

Yoav Zitun - Adaptado por Tom Wichter |
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“No hablo hebreo para que no me reconozcan”, cuenta una mujer israelí que visita la sinagoga Neve Shalom, uno de los edificios judíos más populares de Estambul que este martes lució relativamente vacío. Es lógico: ayer el gobierno israelí pidió a sus ciudadanos que abandonen la ciudad por el temor a un ataque terrorista iraní.
La guía turística del lugar confía en que no le ocurrirá nada ya que “aquí tenemos protección permanente” y la última edición del periódico comunitario Salom no hace mención a las últimas tensiones de seguridad, a pesar de que la comunidad judía turca sufrió graves atentados en el pasado.
El control de documentos, las cámaras de seguridad internas y externas, una pesada puerta doble de hierro y casi ningún símbolo judío en el frente del edificio son recaudos que ya existían antes de la advertencia emitida ayer por el gobierno de Israel. Adentro sí existen señales de una jornada diferente: durante la mañana la cantidad de visitantes se puede contar con los dedos de las manos.
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Israelíes Estambul
Israelíes Estambul
Familia israelí visita una sinagoga en Estambul.
(Yoav Zitun)
El primero en llegar fue un joven belga que trabajó como voluntario en un kibutz israelí, y que no conocía las alertas de seguridad. “Por favor, no publiques la fotografía que me tomaste”, pide una vez que se entera de la situación. Detrás suyo llega la mujer que evita hablar hebreo en público. El silencio de la sinagoga se vuelve sombrío.
La tensión se corta cuando una familia israelí irrumpe en el salón principal. El grupo está encabezado por Yaakov y Mazal, los bisabuelos, quienes lideran un viaje para conocer las raíces de su comunidad y que su descendencia conozca el origen de la familia. La pareja emigró desde Estambul a Israel en la década del 70 y discuten entre ellos sobre el nombre de la sinagoga en la que se casaron hace 63 años.
Mientras se abrazan a la nostalgia y rezan, sus bisnietos corretean entre sus piernas. Por unos minutos se pueden olvidar las luces de alerta que parpadean en la ciudad. Pero ellos también forman parte de esta situación extraordinaria. “Ayer en un centro comercial preferí no arriesgarme y me tapé la cabeza al estilo árabe, por las dudas”, dice una de las nietas que vive en el sur israelí, cerca de la frontera con la Franja de Gaza.
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Israelíes abordan un vuelo a Estambul el lunes a pesar de las advertencias de viaje.
Israelíes abordan un vuelo a Estambul el lunes a pesar de las advertencias de viaje.
Israelíes abordan un vuelo a Estambul el lunes a pesar de las advertencias de viaje.
(Yoav Zitun)
“Tenemos un minibús contratado y un mismo conductor desde la mañana hasta la noche, y les pedimos a los niños que no hablen hebreo en voz alta”, cuentan sobre los recaudos que tomaron, aunque aseguran que no temen por sus vidas: “Es la quinta vez que venimos, ¿por qué tener miedo?”.
Respecto del pedido de las autoridades israelíes, uno de los integrantes de la familia señaló la dificultad económica de cambiar los planes de sus vacaciones. “Ayer conocimos a otra familia israelí que estaba pensando en volver, y debían pagar entre 300 y 400 dólares extras por persona. Si el gobierno israelí está tan seguro de que habrá un ataque en Estambul, entonces que envíen cuatro aviones jumbo y nos pidan que lo abordemos de inmediato”, afirmó.
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Mercado Estambul
Mercado Estambul
Mercado de Estambul.
(Yoav Zitun)
En un hotel del centro de Estambul una recepcionista asegura que cuenta con cientos de reservas de turistas israelíes para los próximos dos meses, y que en las últimas horas no se produjeron cancelaciones. Un israelí que se aloja allí se siente seguro y tranquilo con la situación: “Volveremos a casa el jueves como teníamos programado”.
Aunque para él “todo está bien” en Estambul, Aliza, oriunda de Netanya, cuenta que durante el paseo del martes tomó algunas precauciones, como hablar en inglés con sus compañeros de viaje. “De todas formas parece que los vendedores nos huelen de lejos y saludan en hebreo, nos gritan ´shalom, shalom´”, relata.
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