Niños ejercicio
¿Cómo deben ejercitarse los niños?
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No hay edad mínima para el entrenamiento, pero es importante tener en cuenta la madurez psicológica y mental del niño

¿El gimnasio y las pesas son peligrosas para los niños?

Muchos padres temen enviar a sus hijos al gimnasio por miedo a que ello les cause y lesiones y otros daños, y que detenga su crecimiento. Una serie de investigaciones de los últimos años muestran hasta qué punto esto es peligroso, y a partir de qué edad conviene enviarlos al gimnasio.

Dr. Itai Gal - Adaptado por Beatriz Oberlander |
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La actividad deportiva contribuye a la salud desde una edad temprana, y crea en los niños hábitos de vida apropiados, al tiempo que previene enfermedades y aumenta la esperanza de vida. ¿Pero hasta qué punto es seguro permitirles que hagan ciertos ejercicios en el gimnasio, incluido el levantamiento de pesas? Muchos padres temen permitir que sus hijos hagan ejercicios de ese tipo, por temor a que el levantamiento de pesas les cause lesiones y otros daños, y afecte negativamente su desarrollo e incluso detenga su crecimiento.
El equipo de investigadores israelíes compuesto por Barakat Falk y Rafi Dotán, de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Brook en Ontario (Canadá) analizó los estudios de los últimos años sobre la actividad física de niños, así como sus repercusiones, e hicieron un resumen de lo que descubrieron. El artículo sobre el tema fue publicado en el último número de la revista Harefuá (‘La medicina’, en español) de la Asociación Médica de Israel.
El entrenamiento de fuerza, también llamado entrenamiento de resistencia, tiene por objeto aumentar la fuerza de los músculos al aplicar resistencias de diferentes tipos: pesas libres, aparatos de entrenamiento, resortes, correas elásticas, pelotas e incluso resistencia contra el peso del cuerpo. La fuerza muscular como consecuencia de estos ejercicios aumenta en reacción al alargamiento repentino del músculo.
Falk y Dotán señalan que la fuerza muscular de los niños, sobre todo antes de la adolescencia, es menor que la de los adultos, aunque este hecho no resta valor al entrenamiento de fuerza en niños y jóvenes.
Organizaciones internacionales de salud incluyen actividades para fortalecer los músculos entre las actividades físicas recomendadas para estas edades, bajo la supervisión y orientación adecuadas. Se vio que éstos son seguros tanto para fortalecer los músculos como para obtener las otras ventajas de dicho entrenamiento físico.
El análisis de la literatura médica muestra que los ejercicios de fuerza pueden mejorar en gran medida la fuerza de los músculos de los niños, siempre que se hagan con la técnica apropiada y en forma gradual en lo que respecta a la intensidad de los ejercicios.
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No hay edad mínima para el entrenamiento, pero es importante tener en cuenta la madurez psicológica y mental del niño
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Ya en el año 1998, investigadores demostraron que el entrenamiento de fuerza durante 8 a 20 semanas en el caso de los niños puede mejorar su fuerza al máximo. Otras investigaciones demostraron que más allá de la fuerza del músculo, el entrenamiento de fuerza también puede mejorar otras capacidades motoras como saltar, correr y los lanzamientos, y esta mejora puede ser incluso mayor en los niños en comparación con los adolescentes. También se vio que el entrenamiento de fuerza contribuye asimismo a mejorar a deportistas jóvenes, y no sólo a niños que no entrenan.
La gente también piensa que el entrenamiento de fuerza puede afectar el desarrollo de los huesos y el potencial de crecimiento. Pero Falk y Dotán tienen la sensación de que hoy en día esta idea no tiene fundamento, y que la etapa de crecimiento brinda una oportunidad especial de impulsar la construcción ósea y para fortalecer los huesos.
Se vio que actividades que implican el peso corporal -explican- son especialmente eficaces (como saltar, correr y juegos de pelota) y otro tipo de carga con otras pesas y otras resistencias (por ejemplo, entrenarse jugando al tenis aumenta la densidad de los huesos del brazo que sostiene la raqueta, pero no la de los huesos del otro brazo).
“El temor a que el entrenamiento de fuerza en los niños puedan dañar las placas de crecimiento de los huesos no está respaldada por estudios clínicos”, escribieron los investigadores. Y añadieron: “Numerosas investigaciones apuntan a que los huesos de los deportistas tienen más densidad, de lo que se desprende que los ejercicios de fuerza sí pueden fortalecer los huesos en durante el crecimiento, y no debilitarlos. Es más, una menor actividad tiene consecuencias negativas en la salud de los huesos en la edad adulta”.
Según los investigadores, tampoco existe ninguna información científica que apunte al efecto negativo que puede tener que los niños levanten pesas, y menos en el crecimiento. Por ejemplo, se vio que el grado de crecimiento era similar en los varones que se dedicaron a ejercicios de fuerza durante dos años, en comparación con un grupo similar que se dedicó a otras actividades físicas.
¿Cuándo es recomendable empezar?
Si es así, ¿a qué edad es recomendable enviar a un niño al gimnasio? En opinión de Falk y Dotán, no hay una edad mínima para dedicarse al entrenamiento de fuerza, y lo importante es tener en cuenta la madurez psicológica y mental del niño, así como su capacidad de entender y de interiorizar las instrucciones del entrenador y sus indicaciones, y actuar en consecuencia.
Uno de los elementos más importantes a tener en cuenta es la supervisión, y la proporción recomendada para los jóvenes que se ejercitan es un entrenador por cada 6 a 10 niños. El programa tiene que ser gradual, y de la misma manera se ha de aumentar la carga de los ejercicios, al tiempo que las mejoras demuestran la capacidad de quienes entrenan y que lo hacen con la técnica adecuada. El equipo tiene que adaptarse a las medidas del niño porque el equipo para adultos puede obligar al joven que se entrena a trabajar en un rango de movimientos no apropiados para su edad, o con una resistencia excesiva.
Los investigadores recomiendan a los jóvenes sin experiencia que comiencen por unos pocos ejercicios, es decir una vuelta o dos en cada aparato, así como hasta 6 repeticiones de cada ejercicio y que éstos no sean intensos. Es decir, menos del 60% del peso máximo que quien se entrena puede levantar, haciendo hincapié en la técnica adecuada. Cuando los ejercicios se hacen de esa manera, se puede aumentar la carga en forma gradual hasta alrededor del 80% del rendimiento máximo del niño.
La frecuencia recomendada para entrenarse es de 2 a 3 veces por semana, pero no en días seguidos. El efecto de los ejercicios aumenta con la frecuencia, y se recomienda permitir a quien se entrena que descanse y se recupere adecuadamente entre un ejercicio y otro.
First published: 09:14, 18.09.19
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