Madre con celular
Los bebés de la próxima generación se criarán entre pantallas.
Ynet
Cuando nuestra atención se aleja en dirección a la luz intermitente del aparato, nuestro bebé sufre las consecuencias

Se debe dejar el celular a un lado para amamantar

La Organización Panamericana de la Salud estudia la posibilidad de aconsejar a las madres que no se dediquen al celular mientras dan de mamar, ya que la mirada dirigida al aparato le “roba” al bebé la posibilidad de establecer contacto visual, absolutamente esencial para su desarrollo y para generar empatía.

Lior Ojana y Anat Lev-Adler |
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Tú, como madre, lo sostienes con ternura, tus ojos no pueden desprenderse de él y le lanzas miradas cálidas, tus dedos lo acarician, y estás llena de emoción por el hecho de que es tuyo. Llevan mucho tiempo sentados así, en esta posición: él está en tus brazos, que lo rodean, y te devuelve miradas luminosas. Y tú realmente no entiendes cómo es posible estar horas sin él. ¿A quién nos referimos? ¿Al bebé que acaba de nacer y a quien tú lo acurrucas en brazos mientras él sorbe tu leche, o a tu teléfono celular, al que no consigues dejar de lado, y éste devora todo tu tiempo y tu atención? ¿Y qué ocurre cuando te confundes entre ambos, y le diriges a tu celular la atención que deberías darle al suave bebé que acaba de nacer, y para quien tú eres todo su mundo? No en vano la Organización Panamericana de la Salud estudia la posibilidad de anunciar que es deseable que durante la lactancia a bebés de menos de un año, las madres no usen celulares durante el acto de amamantar. Se ha llegado a la conclusión de que se trata del peor enemigo de nuestros bebés, que les “roba” uno de los elementos más importantes para su desarrollo: el contacto visual con la imagen materna. Cuando nuestros ojos son succionados sin querer por la pantalla del teléfono, cuando nuestra atención se aleja en dirección a la luz intermitente del aparato, esto se produce claramente a cuenta de nuestro bebé, que no recibe la cantidad de contacto que necesita para desarrollarse con normalidad.
“El bebé viene al mundo completamente indefenso, y se apoya en tres cosas: alimento, seguridad y calor”, sostuvo Doris Safrar, de 72 años, madre de cuatro hijos y abuela de cinco, y una de las primeras consejeras de lactancia en Israel. “Hoy en día se les compra a los bebés montones de juguetes y objetos que se supone que van a hacerlos más felices, pero en lugar de convertirlos en propietarios de todo eso, basta con un abrazo fuerte y un contacto visual largo a fin de satisfacer sus necesidades. Es importante que el bebé sienta que lo quieren, que le dan seguridad; las cosas básicas. Poner al bebé frente a un televisor es cómodo, pero muy malo”.
¿Cuáles pueden ser las consecuencias de dirigir la mirada al “smartphone”, siempre que el bebé reciba el alimento que necesita? “En la actualidad está demostrado que se produce un retraso en el desarrollo del habla como resultado de una disminución de contacto visual entre padres e hijos”, indicó el profesor Yair Amijai-Hamburger, investigador de Psicología de Internet en la Facultad de Comunicación del Centro Interdisciplinario de Herzliya. “Los bebés de la próxima generación se criarán con el 'smartphone' y las pantallas; los tendrán profundamente internalizados, y no sabrán diferenciar entre una relación humana y una relación digital, y esto puede convertirse en una verdadera calamidad”.
Esta advertencia tenebrosa está demostrada científicamente. En una nueva investigación estadounidense sobre la empatía, se llegó a la conclusión de que el uso del celular mientras se amamanta -o cuando se da la mamadera- produce un daño significativo en el desarrollo neurológico del bebé. Según la investigación, la comunicación continuada es esencial en el desarrollo de las relaciones, y en el desarrollo del cerebro, lo que permitirá establecer más adelante una comunicación basada en la empatía entre un ser humano y el prójimo. La mano extendida hacia al celular, y la mirada dirigida a éste al tiempo que se deja de contemplar el rostro del bebé constituyen el material del que están hechos esos peligrosos vacíos en la comunicación, que le causan un daño enorme en una etapa tan delicada de la vida.
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Cuando nuestra atención se aleja en dirección a la luz intermitente del aparato, nuestro bebé sufre las consecuencias
(Ynet)
“Desde el momento en el que se inventó el ‘smartphone’, el acceso y la disponibilidad a Internet se da en todas partes y todo el tiempo”, agregó el profesor Amijai-Hamburger. “La relación primaria entre el padre, la madre y el bebé es la que nos ayuda a desarrollar la inteligencia y la sensibilidad. El contacto visual mientras se amamanta crea en el bebé la sensación primaria de que es valorado, se crea una suerte de comunicación que constituye el comienzo de nuestra capacidad de comprender los sentimientos y de entendernos mejor tanto a nosotros mismos como al prójimo, así como de establecer un diálogo emocional. Los bebés que no reciben esto y no crean su propio repertorio emocional, tendrán en consecuencia un lenguaje emocional limitado”, señaló el profesional.
¿Qué quiere decir esto?
“Cuando el bebé siente que la madre y el padre reaccionan, ya sea con un abrazo o una mirada, cuando sonríe, él entiende poco a poco que el medio que lo rodea reacciona a lo que hace, le responde, y en consecuencia reacciona al medio que lo rodea. Esto crea en él la capacidad de entenderse a sí mismo. El bebé utiliza al otro o lo otro como espejo de sus sensaciones. El mundo de las expectativas que él crea en este contexto constituye la infraestructura de su mundo de expectativas de ahí en adelante, cuando se interpone el “smartphone”, se produce se reduce el contacto visual”.
De acuerdo con las investigaciones, el problema principal se produce cuando el concepto de multitarea invade nuestra vida privada: el mundo en el que pensamos que es posible dar calor y amor al bebé, y al mismo tiempo ver qué ocurre en Facebook. Pensamos que esto es más eficiente, pero a fin de cuentas se le causará un daño al bebé por el intento de someterlo a ciertos malabarismos, como si él fuera una tarea más a llevar a cabo.
“La atención que se le da mientras se amamanta tiene que ser máxima”, sostuvo el Dr. Gal Meiri, director de la Unidad de Psiquiatría Infantil en el Hospital. “Eso es importante tanto en lo emocional como en lo que respecta al desarrollo porque el contacto visual que acompaña a lo que se le dice al bebé, independientemente de su edad, y es sumamente importante para su desarrollo”.
A nosotros tal vez nos parezca normal, algo que todos hacen, pero Safrar, la veterana consejera en el tema de la lactancia y que actuó como intermediaria entre miles de bebés y sus madres, se escandaliza cada vez que se vuelve a encontrar con esta realidad digital. “Hoy estuve con mis nietos en la piscina, y no podía creer lo que veía”, relató asombrada, “Todos estaban pegados al celular, la gente cruza la calle sin mirar, olvidan a los hijos en el coche. Hoy vi a una madre sentada junto a la piscina que sostenía sobre el pecho a su hijo, mientras éste miraba en otra dirección. No tenía contacto visual con él, y dejaba que sostuviera la mamadera delante de él, sin ningún contacto ni relación de intimidad. La gente no entiende que el acto de amamantar es la base de la salud para toda la vida: el contacto, la cercanía y la relación especial entre la madre y el bebé, que dan una gran seguridad. Muchas veces oímos que no se debe tener al niño en brazos durante demasiado tiempo porque se volvería malcriado, pero es mucho más preferible esto que dejarlo tirado frente a la pantalla. En los bebés prematuros se ve claramente que amamantar les salva la vida, y la cercanía física, piel con piel, mirada a mirada, es una cuestión de vida o muerte. No se puede amamantar sin sostener el bebé en brazos. Y cuando lo sostienen, tiene que ser con toda el alma y el corazón”.
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El niño tiene la sensación de que no lo ven
(Ynet)
“La mayoría de los padres dicen que ‘no hay nada que hacer’, que las pantallas sencillamente están acá, y los niños tendrán que afrontarlo porque es parte de la vida”, señaló Rona Shafrir, socia de la empresa “Focusing Team”, una empresa de desarrollo que trabaja con la Municipalidad de Tel Aviv sobre soluciones para padres e hijos en el tema de las pantallas. “La verdad es que hay algo de cierto en lo que se dice. Los padres solos no pueden hacer nada. La sociedad tecnológica sabe cómo hacer que estemos el mayor tiempo posible frente a una pantalla, y es difícil oponerse a ello. Por tal motivo, quienes participan en el proyecto conjunto con la Dirección de Educación de Tel Aviv sostienen que necesitamos una ciudad entera, una comunidad entera, para criar a todos y cada uno de los niños mentalmente sanos en la era digital”.
El proyecto que elabora la empresa para la Municipalidad de Tel Aviv ya despierta gran interés en otras municipalidades de Israel, y así como en el mundo. Se trata de asumir la responsabilidad, tal vez la primera de este tipo por parte de una Municipalidad que adopta una postura en relación a las pantallas que lo dominan todo.
En el marco de este proyecto se creó un programa educativo de grandes proporciones, desde el jardín de infantes hasta el liceo, que enseña a padres e hijos cuándo dejar a un lado el teléfono para establecer una comunicación profunda, que incluya el contacto visual. “Nosotros entendemos que existe un gran problema: las madres llegan al jardín de infantes mientras con una mano abrazan el niño y con la otra hablan (por teléfono), y el niño tiene la sensación que no lo ven. Incluso en un momento tan sumamente importante como la vuelta del jardín de infantes”, expresó Shafrir. “Esto no se debe a que las madres no son buenas, sino porque es la norma. Por eso se elaboró, por ejemplo, un proyecto que lleva el nombre de ‘abrazo sin teléfono’ a la entrada y a la salida del jardín de infantes, y las maestras de jardinera de la ciudad hacen un gran esfuerzo para transmitir el mensaje”.
Pero incluso en el marco de la guerra contra las pantallas, también nos apoyamos en… una aplicación. Se llamará “Rest Time” (‘Tiempo de descanso’, en español) y ya se encuentra en un estadio avanzado. En ella trabajan psicólogos que elaboran la “start-up” llamada “El lenguaje de la escucha”. La aplicación pregunta, en el momento en la persona llega a una zona de diversión o recreo, por ejemplo un parque, una cafetería o un jardín: “¿Quiere salir por algún tiempo de la pantalla?” Al apretar un botón, los usuarios podrán entrar en “tiempo de descanso”, durante el cual sólo cinco números establecidos de antemano podrán localizarlos en su celular. Todos los demás recibirán el siguiente mensaje: “Estoy en tiempo de descanso. Te llamaré dentro de 20 minutos”. La aplicación establecerá contacto con lugares de Tel Aviv interesados en formar parte del proyecto, con objeto de crear una cultura ciudadana que estimula a desengancharse de la pantalla y a establecer contacto con la realidad.
El proceso de desarrollo de la ciudad incluye asimismo bancos que ya existen, y que invitan a “tomarse un tiempo fuera de la pantalla”, y en el futuro se pondrán en contacto con la aplicación. Además, en la siguiente etapa del proyecto está prevista la colaboración con cafeterías y restaurantes, a fin de que éstos hagan descuentos a las familias que decidan dejar los teléfonos hasta el final de la comida en unos armarios colocados especialmente para ello. “La comida familiar existe necesariamente para escuchar y para el silencio”, señaló Shafrir. “Nosotros pensamos que todo es de vital importancia, pero este es justamente el problema. Parte de la cuestión es crear una cultura diferente, un tiempo en el que la gente elige escuchar en lugar de contestar a los mensajes de “whatsapp”, y decide mirar a los hijos, y reír juntos. Nosotros estamos a favor de la tecnología, pero le tenemos que dar a nuestros hijos la posibilidad de saber estar sin aparatos, en una conversación sencilla, verdadera y sin pantallas”.
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