La vida de los israelíes se despide de un símbolo del coronavirus: según una enmienda firmada por Hezi Levy, director general del Ministerio de Salud, a partir del martes ya no será obligatorio el uso de mascarillas en espacios cerrados.
La medida se decidió en función de una morbilidad casi nula en Israel, que el domingo registró apenas cuatro casos positivos de COVID-19. Se trata de la única restricción que se mantenía vigente para toda la ciudadanía, y es abolida dos meses después de que se derogara la obligación del uso de barbijo en espacios abiertos.
Los únicos casos en los que la mascarilla seguirá siendo obligatoria es en los viajes en avión, en los casos de personas con sospechas de coronavirus que se dirijan a sus sitios de aislamiento, y en los pacientes o personal de salud de hospitales o geriátricos que no hayan sido vacunados.
La obligación de usar barbijos en Israel comenzó el 12 de abril de 2020 y durante el año que estuvo en vigor la policía impuso multas de 200 a 500 shekels (60 a 150 dólares) para los ciudadanos que desobedecieran la pauta. Campaña de vacunación mediante, las infecciones bajaron abruptamente y en los últimos meses se reanudaron las actividades comerciales, educativas y culturales en todo el país.
La dirección ejecutiva del Ministerio de Salud suprimió la obligación de las mascarillas en espacios cerrados un día después de la asunción de un nuevo gobierno israelí. “El año pasado afrontamos una prueba muy difícil, el sistema de salud y su excelente recurso humano son los pilares que tuvimos para mantener el derecho fundamental a la salud”, afirmó Nitzan Horowitz, nuevo ministro de Salud.
Por su parte Yuli Edelstein, ministro de Salud saliente, afirmó que “es emocionante pensar en todo lo que vivimos en estos 13 meses” y destacó que tras la batalla contra el COVID-19 su gestión dejó un sistema de salud fortalecido: “Tenemos más camas en las salas de emergencia y mejores estándares de calidad”.