Yakov Litzman, ministro de salud de Israel, anunció la prohibición de vuelos desde China hasta que surjan respuestas sobre el brote del coronavirus que mantiene en vilo a la población mundial.
"Los numerosos casos que se descubrieron en Europa requieren que hagamos todo lo posible para resguardar a la población en Israel", afirmó Litzman, quien al mismo tiempo aclaró que hasta el momento no se había ningún caso de contagio en Israel.
Horas antes, y por el mismo motivo, la aerolínea israelí El Al había comunicado la suspensión de todos los vuelos a China a partir del jueves y por un período de al menos dos meses.
El número de muertos por el virus hasta el momento es de 170. Las cifras publicadas el jueves por la mañana cubren las últimas 24 horas y representan un aumento de 38 muertes y 1.737 casos para alcanzar un total de 7.711 infectados.
De las nuevas muertes, 37 estaban en el epicentro del brote, en la provincia de Hubei y una en la provincia suroccidental de Sichuan.
"Después de evaluar la situación, El Al decidió suspender sus vuelos a China hasta el 25 de marzo", informó la compañía en un comunicado. "El nivel de gravedad de la enfermedad permanece sin modificaciones", añadió.
La compañía expresó: "Queremos reiterar las pautas para la prevención: mantener la higiene personal, evitar el contacto con animales, no comer alimentos de origen animal sin procesar y evitar lugares con mucha gente cuando se viaja a China".
Además, la compañía china Hainan Airlines también comunicó que suspendió los vuelos de Tel Aviv a Beijing hasta el 28 de marzo, dejando a los israelíes que desean viajar a la capital de China sin opción de un vuelo directo.
"A partir de ahora, la compañía continuará operando desde Tel Aviv hasta Shenzhen dos veces por semana, de acuerdo con los desarrollos e instrucciones de las autoridades", sostuvo la empresa china en un comunicado.
El nuevo virus ha infectado a más personas en China de las que se enfermaron allí durante el brote de SARS (síndrome respiratorio agudo y grave) entre 2002 y 2003.
La tasa de mortalidad del nuevo virus actualmente es del 2%, pero la cifra es muy preliminar. Con un número fluctuante de casos y muertes, los científicos sólo pueden producir una estimación aproximada de la tasa de mortalidad.
En comparación, el virus del SARS acabó con la vida de aproximadamente el 10% de las personas que lo contrajeron. El nuevo virus es de la familia de los coronavirus, que incluye aquellos que pueden causar un resfriado común y enfermedades más graves como el SARS y el MERS (síndrome respiratorio de Oriente Medio).
