Israel está intentando evitar la escasez de máscaras quirúrgicas desechables durante la crisis del coronavirus al producir en serie una versión lavable que pueda adaptarse a todos, desde niños hasta hombres con barba que evitan afeitarse debido a su religión.
Como parte de las precauciones contra el virus, el gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu hizo obligatorio el domingo que los israelíes se cubran la boca y la nariz mientras están en público.
Pero la crisis mundial ha hecho que las máscaras de un solo uso sean escasas o demasiado caras.
Luego de enviar espías del Mossad para buscar suministros médicos en el extranjero, el gobierno recurrió a la experiencia local.
El resultado es una máscara hecha de algodón de alta densidad similar al material de una sábana, que puede desinfectarse con un ciclo de lavado de 60° y reutilizarse, posiblemente durante semanas.
Alrededor de 10 talleres, incluso en cárceles, trabajando durante las 24 horas del día, han realizado el primer millón de máscaras para los servicios de emergencia y grupos de alto riesgo, comunicó Amit Ben-Kish, gerente del proyecto patrocinado por los ministerios de salud y defensa.
Si bien el estado cubrió ese costo inicial, el plan es producir más máscaras para la venta en tiendas.
“Cada una se puede usar decenas de veces. Al comprar cinco máscaras por menos de $ 10 shekels, estás cubierto para unos meses”, agregó Ben-Kish desde una fábrica en Kibbutz Tzuba, entre Jerusalem y Tel Aviv.
Detrás de él, una docena de adolescentes voluntarios que terminaron recientemente la escuela secundaria se posaron detrás de máquinas de coser que estaban separadas para cumplir con distanciamiento social.
La protección de estas máscaras es comparable a la de los barbijos quirúrgicos de papel: más que el producto de tela improvisada y menos que aquellos respiradores con filtro N95.
“Otra ventaja de las máscaras de tela tejida es que pueden fabricarse en tamaños variables. Ya hicimos máscaras para niños, jóvenes y adultos. Un tamaño particular, extra grande, se adapta a las personas con barba”, añadió Ben-Kish.
Muchos de los judíos y musulmanes de Israel, y algunos clérigos cristianos, usan barbas como una marca de fe, y la orden de utilizar máscaras planteó preguntas sobre cómo se acomodaría el vello facial.
Excepto por un diseño especialmente realizado para el personal policial que es azul, las máscaras vienen en blanco, comentó la diseñadora Rinat Peleg Hermoni.
Algunos tipos de pigmentación pueden presentar un riesgo respiratorio, explicó: “Y además, el blanco muestra claramente la suciedad. Es un buen recordatorio de cuándo es necesario un lavado”.
