Diversas versiones que informaban la muerte de Saeb Erekat, el dirigente palestino internado en un hospital israelí con un cuadro crítico de COVID-19, fueron desmentidas en las últimas horas. El funcionario de la Autoridad Palestina se encuentra sedado y conectado a un respirador, según reveló el Centro Médico Hadassah, donde está siendo atendido, y de acuerdo con información oficial, difundida por la Agencia AJN, su estado es “crítico, pero estable”.
La propia esposa del funcionario palestino había informado que había mejorías en el estado de salud del secretario general de la OLP, agregó que se encontraba con mejores niveles de oxigenación y desmentía las noticias que anunciaban su muerte.
El funcionario, de 65 años, se sometió a un trasplante de pulmón en 2017, lo que lo pone en mayor riesgo de complicaciones ante la enfermedad, que ataca principalmente los pulmones y las vías respiratorias. El Centro Médico Hadassah, que tiene como particularidad atender a sus pacientes sin distinciones de religión ni nacionalidad, ha subrayado que sus mejores especialistas están manejando el caso, que es “muy complejo”.
“El Sr. Erekat tuvo una noche tranquila pero esta mañana su condición se deterioró y ahora se define como crítica. Debido a la dificultad respiratoria fue sedado e intubado”, informó el prestigioso hospital israelí en un comunicado. El hospital agregó que continuaría “actualizando a los miembros de la familia sobre su condición, así como a la Autoridad Palestina, ya que es un alto funcionario”.
Miembro de alto nivel de Fatah y confidente cercano del presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas, Erekat ha sido un funcionario de alto perfil del liderazgo palestino durante décadas, dando forma a gran parte de la política internacional de la Autoridad Palestina.
En un tweet publicado el viernes pasado, Erekat había dicho que estaba experimentando “síntomas difíciles debido a mi falta de inmunidad como resultado de un transplante de pulmón”. Agradeció los buenos deseos y añadió: “Las cosas están bajo control, gracias a Dios”.
Varios legisladores israelíes condenaron el domingo la decisión de permitir el tratamiento de Erekat en Israel, diciendo que Israel debería haber exigido que Hamas, el grupo terrorista que controla la Franja de Gaza, devolviera primero a los civiles cautivos que tiene, así como los restos de dos soldados de las FDI.
Las protestas por la admisión de Erakat en el hospital Hadassah Ein Kerem de Jerusalem provinieron de todo el espectro político, a pesar de que la medida fue aprobada por el ministro de Defensa, Benny Gantz.
La Autoridad Palestina trató de restar importancia al tratamiento de Erekat en Israel después de que interrumpiera los contactos con Israel sobre su plan de extender la soberanía a grandes partes de Judea y Samaria y al Valle del Jordán, que más tarde se suspendieron a cambio de la firma de un acuerdo de normalización con los Emiratos Árabes Unidos.
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Saeb Erekat, histórico dirigente palestino, internado con respirador artificial.
(AFP)
Según los medios de comunicación israelíes, un portavoz de Fatah comunicó por Twitter que Erekat fue trasladado a Hadassah Ein Kerem “debido a complicaciones del trasplante de pulmón al que se sometió hace tres años, y no por su infección de coronavirus”.
El portavoz señaló que se eligió el hospital “porque es el centro médico más cercano que cuenta con el equipo médico pertinente para tratar el problema específico”, y subrayó que el brote de coronavirus hizo imposible que Erekat buscara tratamiento en el extranjero.
