Shurouk Jourban, de 23 años y oriunda de la aldea árabe de Jisr az-Zarqa, en el norte de Israel, falleció este martes en la sala de partos del Centro Médico Hillel Yaffe, en Hadera. Estaba embarazada y, a fines del mes pasado, había contraído COVID-19. Con pocos días de diferencia, su hermana de 31 años murió de la misma manera.
A Shurouk, el hospital le había dado el alta después de algunas pruebas iniciales, por lo que continuó recuperándose del virus en su casa. Sin embargo, con el paso de los días sus síntomas se agravaron y fue llevada nuevamente al centro médico, donde le suministraron un ventilador.
Cuatro días después de haber sido internada, se sometió a una cirugía de emergencia para dar a luz a su bebé, a quien no pudo conocer debido a que se encontraba en estado crítico. Sucumbió a la enfermedad tres semanas después de la operación a contratiempo.
El Dr. Boris Itzkowitz, jefe de la unidad de cuidados intensivos del Centro Médico Hillel Yaffe, afirmó que la joven -a pesar de no tener problemas de salud subyacentes- había desarrollado complicaciones graves por el coronavirus. "Luchamos por su vida todos los días", aseguró.
Para desgracia de la familia, la hermana de Shurouk Jourban, que también había contraído el virus durante el embarazo, sufrió un final similar. Tras contraer COVID-19 a principios de mes, la mujer de 31 años fue hospitalizada y, un día después, se sometió a una cesárea de emergencia para dar a luz a su bebé en el Centro Médico Meir, en Kfar Saba. Posteriormente fue dada de alta, pero su condición empeoró, desarrolló fiebre alta y murió en su casa.
Los funcionarios médicos israelíes declararon en febrero que la vacuna de Pfizer, ampliamente utilizada en el país, es segura para las embarazadas. Incluso las instaron a vacunarse, advirtiendo que las nuevas cepas del virus parecían causar una enfermedad más grave en las mujeres en esta condición.
El padre de las dos árabes fallecidas habló con Ynet y contó que la familia todavía estaba tratando de procesar lo sucedido. "Estábamos esperando que ambas se curaran y volvieran a casa para celebrar el nacimiento de sus bebés. Ahora, los niños tendrán que crecer sin una madre. Estamos devastados", acotó.