"Las razones de esto pueden ser variadas y numerosas"
Doctora Tzipi Dolev, psiquiatra de la salud de la mujer
Las mujeres sufren de "noches inestables" mucho más que los hombres, y con el aumento de la edad los trastornos del sueño se intensifican. "Las razones de esto pueden ser variadas y numerosas", dice la doctora Tzipi Dolev, psiquiatra de la salud de la mujer, que nos ayudó a mapear la totalidad de las causas, al referirse al ciclo de vida femenino: menstruación, diferentes períodos del mes, embarazos, menopausia, etcétera.
¿Qué sucede durante el ciclo menstrual en términos de sueño? "Dos o tres días antes del inicio del sangrado, los trastornos del sueño pueden aparecer como parte del síndrome premenstrual (SPM). En las mujeres con síndrome menstrual más grave (TDPM), los trastornos del sueño también pueden extenderse durante dos semanas cada mes", explicó.
Incluso cuando estamos embarazadas, no podemos dormir bien. "Durante los primeros meses de embarazo hay mucha fatiga, pero a medida que avanza, se esperan trastornos del sueño asociados con molestias debido a la presión sobre el diafragma y la necesidad de ir al baño con frecuencia. Incluso en casos de depresión y / o ansiedad durante el embarazo, se producirán trastornos del sueño ", dice la doctora Dolev.
"Es importante saber que el signo más prominente de depresión posparto y / o ansiedad son los trastornos del sueño, que se manifiestan en dificultad para conciliar el sueño incluso cuando el bebé está dormido. Esto contrasta con los trastornos normativos relacionados con los cambios en los hábitos de sueño debido a la alimentación del bebé por la noche", añadió.
¿Y qué pasa en la menopausia? "Esta es la edad en que los problemas de sueño de muchas mujeres se intensifican, incluida la dificultad para conciliar el sueño y múltiples despertares durante la noche. Las razones son con mayor frecuencia la aparición de sofocos, ansiedad, depresión, disminución de los niveles de melatonina, la hormona que induce el sueño, mayor necesidad de orinar, apnea y varios tipos de morbilidad física. A veces, el primer síntoma que anuncia el inicio de la menopausia son los trastornos del sueño, y pueden ocurrir incluso cuando la menstruación sigue siendo regular".
La menopausia es la edad en que los problemas de sueño de muchas mujeres se intensifican
Relación bidireccional con los trastornos mentales
Según la doctora Dolev, "también existe un vínculo entre los trastornos mentales y el trastorno del sueño nocturno de las mujeres, y es bidireccional. Es decir, una mujer que sufre de insomnio prolongado puede con el tiempo desarrollar depresión como resultado del trastorno del sueño, y viceversa: una mujer que sufre de depresión también sufrirá trastornos del sueño, lo que también puede aumentar el riesgo de empeoramiento de los trastornos mentales. A menudo, el tratamiento de los trastornos del sueño, sin tratar el problema mental, conduce a una mejora en el estado mental".
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En la menopausia, los problemas de sueño se intensifican, dice la doctora Tzipi Dolev.
(Tal Shahar)
Por ejemplo, en la enfermedad bipolar (trastorno maníaco depresivo), en la que los períodos de euforia y los períodos de depresión han terminado, los trastornos del sueño son una de las características más comunes, y suelen ser el primer síntoma que aparece. "Las mujeres que están en el período maníaco reportan una disminución en la necesidad de dormir, están llenas de energía e incluso hacen diversas actividades durante la noche, como cocinar y limpiar, y esto les parece completamente natural. Pero con la transición a la fase depresiva, tienen una transformación en dormir mucho por la noche, y a veces incluso durante el día", explica.
Un fenómeno conocido como "apnea del sueño" también afecta a las mujeres a medida que aumenta la edad. Las pausas respiratorias hacen que no llegues a la fase de sueño profundo, lo que crea mucha fatiga durante el día. Una de las señales que lo insinúa es que comienzas a roncar por la noche, o que hay un empeoramiento de la cantidad y la intensidad de los ronquidos. "En el pasado, se pensaba que éste era un fenómeno que caracterizaba principalmente a los hombres, por lo que las mujeres generalmente no eran diagnosticadas y, por lo tanto, no eran tratadas".
Síndrome de piernas inquietas
El síndrome se caracteriza por molestias en las puntas de las piernas durante el reposo y un alivio significativo al mover las piernas. Como resultado, las mujeres sienten la necesidad de moverse constantemente de un lugar a otro. El fenómeno empeora principalmente al final de la noche y, por lo tanto, interfiere con el sueño. La doctora Dolev sugiere buscar en este contexto los antecedentes familiares, ya que en el 50 por ciento de las mujeres es un problema genético.
El síndrome se caracteriza por molestias en las puntas de las piernas durante el reposo y un alivio significativo al moverlas
Y, por supuesto, a medida que envejecemos y sufrimos enfermedades físicas que aumentan con la edad, también lo hacen los trastornos del sueño, y es difícil pensar en una enfermedad que no dañe la calidad de nuestro sueño. "A veces esto se acompaña de tomar medicamentos que pueden afectar el sueño nocturno", explica Dolev.
¿Por qué las mujeres no hablan más sobre los trastornos del sueño? "Desafortunadamente, tratan esto como una sentencia que debe ser aceptada, o a lo sumo combatida con pastillas para dormir. Pero esto es precisamente lo que no se recomienda hacer, sino insistir y descubrir la fuente del trastorno, incluso si lleva tiempo. Por supuesto, es posible aliviar las noches difíciles y tomar una pastilla para dormir o un sedante, pero sólo hasta que se encuentre la fuente del trastorno del sueño y las noches se vuelvan más agradables ", recomienda la especialista.
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"Es posible tomar una pastilla para dormir o un sedante, pero sólo hasta que se encuentre la fuente del trastorno del sueño", recomienda la especialista.
(Shutterstock)
No hablar lo suficiente sobre el sistema hormonal
La médica clínica naturópata Pazit Partush-Percy, autora del libro recientemente publicado "Hormonas", ilumina otro punto: "No hablamos lo suficiente sobre el sistema hormonal, que es el sistema operativo del cuerpo, y también tiene un gran impacto en nuestro sueño".
"En la infancia y la adolescencia –agrega–, cuando nuestro sistema hormonal está en su apogeo, no tenemos problemas para dormir. La hormona melatonina que induce el sueño se secreta de manera óptima a edades más tempranas, y gracias a ella los adolescentes y los niños pueden obtener un sueño profundo y largo sin despertarse. Con la edad su secreción disminuye, y a esto hay que añadir el hecho de que a menudo nos quedamos en un ambiente luminoso incluso después de que afuera ya hay oscuridad."
"En lugar de fomentar la secreción de melatonina, estamos completando el trabajo o el tiempo libre frente a las pantallas brillantes, lo que resulta en menos melatonina secretada en nuestro ciclo biológico. El cortisol, la hormona del estrés, se mantiene alta incluso por la noche. Cuando éste es el caso durante meses y años, causa un desequilibrio. La hormona del estrés crónicamente alta por la noche interfiere con la actividad de las hormonas sexuales y la glándula tiroides, daña el sistema inmunológico e interrumpe la creación de curación y equilibrio hormonal que ocurre durante las horas de sueño", completa Partush-Percy.
"En lugar de fomentar la secreción de melatonina, estamos completando el trabajo o el tiempo libre frente a las pantallas brillantes, lo que resulta en menos melatonina secretada en nuestro ciclo biológico"
Según ella, "los trastornos del sueño generalmente comienzan en las mujeres hacia la menopausia, cuando también hay una disminución significativa en la producción de la hormona progesterona en los ovarios. El problema es que no lo reconocemos, no hablamos de ello y, sobre todo, no queremos lidiar con el sistema hormonal, y caemos entre las grietas".
¿Y cómo se relaciona con los problemas de sueño? "Cuando la cantidad de progesterona en el cuerpo disminuye, podemos sentir dificultad para conciliar el sueño, así como experimentar despertares frecuentes durante la noche e incapacidad para conciliar el sueño nuevamente".
Y, por supuesto, está el factor responsable de muchos de nuestros problemas: el estrés. Un estado de estrés, que dura todo el día y se prolonga hasta la noche, provoca, entre otras cosas, que nuestro sistema formador de hormonas se vea afectado. Esto es cierto durante toda la vida, desde el momento en que una mujer es fértil, menstrúa y los ovarios producen las hormonas.
En la menopausia, cuando los ovarios dejan de producir las hormonas, las que se supone que deben asumir este papel son las glándulas suprarrenales. Pero debido a que años tras año estamos bajo estrés constante, las glándulas suprarrenales están desgastadas, cansadas e incapaces de cumplir su función. Es decir, no tienen la energía para producir estrógeno y progesterona en lugar de los ovarios, y luego también experimentamos los síntomas de la menopausia más intensamente, según Partush-Percy.
¿Qué significa? Que llegamos a la menopausia cuando nuestro sistema de producción de hormonas está desgastado, como resultado de lo cual el cuerpo no puede pasar efectivamente de la producción en el sistema ovárico a la producción en el sistema suprarrenal, y luego los síntomas de la menopausia (sofocos, cambios de humor, depresión, trastornos del sueño y más) se expresan de manera más dramática.
¿Y qué debemos hacer para girar la rueda? "Ir a la cama a tiempo. Es decir, acostarse en la cama lo más cerca posible de las diez de la noche, aprovechar la ventana de oportunidad que permite la calma, dormir entre siete y nueve horas, y, como se mencionó, que el sueño comience lo más temprano posible. Necesitamos respetar el ciclo biológico y permitir que los niveles de cortisol disminuyan, en lugar de permanecer en un nivel alto y neutralizar otras hormonas".
Otro punto importante al que prestar atención es la grasa abdominal que acumulamos en la menopausia, y resulta que también está relacionada con nuestras horas de sueño. "Cuando hay un exceso de cortisol, en la menopausia, se manifiesta en grasa abdominal, debilidad del sistema inmunológico, inflamación y fatiga", concluye Partush-Percy.
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La grasa abdominal que acumulamos en la menopausia también está relacionada con nuestras horas de sueño.
(Ynet)
Cómo mejorar el sueño
-Tomar magnesio antes de acostarse: el magnesio es un mineral importante que ayuda a muchas funciones en el cuerpo, incluida la mejora de la calidad del sueño. En el pasado, solíamos consumirlo a través del agua, pero en una era de desalinización y filtros de agua la mayoría de nosotros somos deficientes en magnesio
–Ashwagandha es una planta medicinal de la India conocida por su efecto beneficioso sobre las glándulas suprarrenales. Ayuda a mejorar el equilibrio energético del cuerpo y también es relajante
–Hacia la noche, apagar las luces de la casa que sean innecesarias; esto fomentará la secreción de melatonina.
–Asegurarse de estar expuesta a la luz natural del día para mejorar el reloj interno día y noche, lo que estimulará la producción de melatonina.
–Las respiraciones profundas y lentas antes de acostarse ayudarán a calmar el sistema nervioso central, reducir el cortisol, estimular la secreción de hormonas de relajación y dormir mejor
