Al mediodía el hambre empieza a molestar, el estómago ruge, los dolores de cabeza atacan, y cuentas cada segundo hasta el final del ayuno. Cada año se repite el agotador ritual de Yom Kipur. Pero no tiene que ser de esta manera. El ayuno puede pasarse fácilmente si seguimos unos sencillos consejos que toman en cuenta los procesos fisiológicos que atraviesa nuestro organismo.
En un estado de falta de suministro de energía disponible, el cuerpo se ve obligado a utilizar sus reservas de azúcar. Estas reservas son limitadas y, a medida que se agotan, el cuerpo debe usar las grasas almacenadas con fines energéticos. El cerebro logra utilizar la grasa como fuente de energía pero con ella existen efectos secundarios que pueden manifestarse en irritabilidad, debilidad, fatiga, mareos y dolores de cabeza.
Sin suministro de líquidos, también hay una disminución en el volumen de la sangre. El agua constituye aproximadamente el 60% de nuestro peso corporal y, por lo tanto, los cambios en el equilibrio de líquidos en el cuerpo provocan una señal rápida que no se puede ignorar. Esta situación dificulta el funcionamiento de todos los sistemas del cuerpo y también se manifiesta en dolores de cabeza, mareos y fatiga. Entonces, ¿qué hacemos? A continuación, se ofrecen algunos consejos que le ayudarán a superar el ayuno de forma segura:
Para mantener los niveles de azúcar en sangre, se recomienda comer carbohidratos complejos como galletas, arroz y pasta en pequeñas porciones durante todo el día hasta el ayuno. Ingiera estos alimentos en 3 o 4 comidas pequeñas a partir de la mañana. El propósito de los carbohidratos complejos es reponer la reserva de carbohidratos (glucógeno) que se encuentra en el hígado y los músculos, ya que es la primera reserva digerible durante el ayuno.
El mismo día del ayuno se recomienda enriquecer las comidas con verduras para aumentar la cantidad de fibras. La fibra ralentiza la absorción de carbohidratos en la sangre y ayuda a mantener la estabilidad de los niveles de azúcar en sangre. También se pueden consumir carbohidratos complejos enriquecidos con fibra como arroz integral, pasta integral y pan integral.
Es importante beber al menos entre ocho y diez vasos de agua durante el día anterior al ayuno para poder llegar al mismo con un adecuado equilibrio de líquidos y no con deshidratación parcial. Es importante no consumir sopa con mucha sal o bebidas azucaradas porque pueden aumentar la sed. Por lo tanto, es aconsejable asegurarse de beber principalmente agua el mismo día del ayuno.
Evite la cafeína y la teofilina, sustancias que se encuentran en el té, el café, la leche con chocolate y las bebidas de cola. Estos son diuréticos que provocan una mayor excreción de líquidos del cuerpo. Por tanto, se recomienda reducir su consumo el día anterior al ayuno y el día del ayuno en sí.
En lugar de carne, se recomienda consumir pescado. La carne se digiere lentamente y se descompone rápidamente en los intestinos. Un hecho que genera irritación en el sistema digestivo que se traduce en sensación de hambre. Los pescados, en cambio, se digieren rápidamente, por lo que la sensación de hambre disminuirá.
Es muy recomendable utilizar aceite de pomelo. Antes del ayuno se pueden verter dos gotas en un vaso de agua y beber. También se recomienda aplicar una gota de aceite en el abdomen y en la garganta.
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Se aconseja comer carbohidratos complejos y verduras antes del ayuno.
(myjewishlearning.com)
El calor provoca pérdida de líquidos. Por lo tanto, no es recomendable exponerse al sol, sino permanecer en lugares frescos. El ejercicio también aumenta la pérdida de líquidos para enfriar el cuerpo, por lo que también se aconseja reducir el ejercicio el día del ayuno.
El ayuno es peligroso para los diabéticos, especialmente para aquellos que se inyectan insulina con regularidad, ya que no tomar el medicamento durante el ayuno puede alterar el equilibrio del cuerpo. Medicarse sin comer ni beber también conlleva riesgos, ya que hay medicamentos que deben tomarse en combinación con alimentos y líquidos.
El ayuno también puede ser peligroso para quienes padecen hipertensión y están tomando diuréticos, ya que sin líquidos puede ocurrir una peligrosa deshidratación. Los adultos que sufren de presión arterial alta e insisten en ayunar no deben dejar de beber. Dolores de cabeza intensos, mareos, desmayos, debilidad extrema o náuseas son una señal de alerta, en cuyo caso conviene beber una bebida dulce (excepto para los diabéticos) y si la sensación mejora se puede seguir ayunando. Si no es así, se debe consultar a un médico.
El ayuno también puede ser perjudicial para los pacientes con cáncer, tanto a largo como a corto plazo. Puede causar síntomas y sensaciones desagradables y dañar muchos sistemas que son tan importantes para los pacientes oncológicos y esenciales para la función corporal. Las personas con cáncer, incluso si solían ayunar en Yom Kipur hasta el día de hoy, deben consultar a su médico antes de tomar una decisión al respecto.
Se recomienda beber mucho, y es especialmente esencial para los pacientes con cáncer. Beber alivia los efectos secundarios causados por los tratamientos de quimioterapia, como los vómitos, la diarrea o la constipación.
Romper el ayuno también debe hacerse con prudencia. Es recomendable comenzar con uno o dos vasos de bebida azucarada o agua. También puede hacerse con una taza de té endulzado con una cucharadita de azúcar o miel o con una taza de café endulzado con una cucharadita de azúcar. No se debe romper el ayuno con alimentos ricos en grasas. La grasa dificulta el proceso necesario para volver a comer después del ayuno. Solo después de una hora o dos se puede ingerir una comida más completa con todos los componentes de los alimentos, pero incluso en este punto es recomendable reducir las grasas y comenzar con pequeñas cantidades.
¡Gmar jatimá tová!
