Este miércoles, el Ministerio de Salud de Israel informó que el número de pacientes internados en grave estado tras contraer COVID-19 se redujo a 343, mientras que hace apenas un mes era de 708. Estos indicadores reflejan una reducción del 50% en los pacientes con importantes complicaciones.
Según las autoridades sanitarias, de los enfermos graves, 256 no habían recibido ninguna dosis, 23 habían recibido dos dosis y 54 habían recibido incluso la vacuna de refuerzo. Entre el grupo de los menores de 60 años que padecen complicaciones graves, el 89% no había sido inoculado.
El miércoles, se confirmaron 636 nuevos casos de coronavirus después de 54.500 pruebas realizadas, lo que indica una tasa de positividad del 1,21%. Se trata del número más bajo de confirmaciones diarias desde el 11 de julio. A su vez, luego de que dos personas murieran el miércoles tras contraer el patógeno, la tasa de mortalidad desde el inicio de la pandemia se sitúa en 8.029.
El primer ministro Naftali Bennett consultó el miércoles con funcionarios del Ministerio de Salud sobre la aparición de una nueva variante de COVID-19 que se detectó en un niño de 11 años que regresó recientemente de Moldavia. Les respondieron que el menor estaba aislado y que el riesgo de otras infecciones como resultado de su enfermedad seguía siendo bajo.
La variante AY.4.2 se considera altamente infecciosa y se ha detectado recientemente en varios países europeos: se cree que ha impulsado un resurgimiento del virus en el Reino Unido, donde ahora representa más del 10% de todos los casos.