Las tasas de infección por coronavirus continuaron en aumento en Israel durante el fin de semana, con más de 1.000 nuevos casos registrados el viernes por primera vez en meses y un fuerte aumento en el número de casos graves.
Los datos de ayer (sábado) mostraron un marcado descenso en los casos, atribuible a un menor número de pruebas. Sin embargo, el porcentaje de resultados positivos alcanzó el 1,47%, superior a los últimos registros.
El mes pasado, el virus parecía bajo control cuando el número de casos activos se redujo a varios cientos, pero en las últimas semanas resurgió impulsado por la variante Delta, de mayor contagiosidad.
El mes pasado, el virus parecía bajo control en Israel cuando el número de casos activos se redujo a varios cientos, pero en las últimas semanas resurgió en gran parte impulsado por la variante Delta, de mayor contagiosidad.
El domingo por la mañana se registraban 6.622 casos activos de COVID-19 en todo el país, con cientos de casos en Tel Aviv, Netanya, Petah Tikva y Rishon Lezion.
Según datos del Ministerio de Salud, 124 pacientes con COVID-19 están siendo tratados en hospitales israelíes, un aumento de 20 desde el viernes. Ese número incluye 63 personas en estado grave, el más alto de los últimos dos meses, y un aumento de 23 desde el jueves hasta hoy.
Dieciséis personas murieron por causas relacionadas al COVID-19 en lo que va del mes de julio, lo que eleva la cifra nacional de fallecidos por la pandemia en Israel a 6.448. Durante todo el mes de junio, apenas nueve personas habían muerto por la enfermedad.
El profesor Eran Segal, biólogo informático del Instituto de Ciencias Weizmann, sostuvo que si bien la morbilidad está aumentando, el número de pacientes en estado crítico sigue siendo relativamente bajo.
El viernes, el primer ministro Naftalí Bennett reconoció que la protección que brinda la vacuna Pfizer contra la variante delta es más débil de lo que esperaban los profesionales médicos.
Los funcionarios del Ministerio de Salud instaron al gobierno a reintroducir de inmediato el certificado de vacunación “Pasaporte Verde” para limitar la asistencia a restaurantes, lugares de entretenimiento y gimnasios.