En las últimas semanas la vacunación de niños contra el coronavirus despertó debates públicos y preocupación en muchas familias israelíes. Diez días después de que se comenzó a vacunar a los niños de 5 a 11 años, los primeros reportes son alentadores ya que no se registraron efectos secundarios graves.
En una semana y media se vacunaron en el país alrededor de 60 mil niños, aproximadamente un 5% de la población de esa franja etaria. A partir de estos datos preliminares, tanto el Ministerio de Salud como los cuatro fondos de salud que operan en Israel reportaron informes sobre algunos efectos secundarios típicos de la vacuna, como fiebre leve y enrojecimiento en la zona de la inyección; pero ninguna manifestación grave como una miocarditis.
“La mayoría de los niños vacunados con la primera dosis no presentaron ningún efecto secundario”, afirmó el doctor Roni Farber, director del servicio médico Mehujedet. “Los padres en general ni nos informan síntomas como el dolor de brazo, hinchazón en la zona de la inyección, decaimiento o fiebre leve; esos son los únicos informes que recibimos la semana pasada y se trata de casos aislados”, agregó.
Ruth Baruch, directora de la campaña de vacunación contra el COVID-19 del fondo de salud Clalit, se expresó en el mismo sentido: “Por mi experiencia en el tema vacunas, asumo que hay efectos secundarios insignificantes que los padres no nos informan, pero no recibimos ningún reporte inusual de parte de las familias y eso demuestra que las vacunas son seguras”.
La doctora Miri Mizrahi Reuveni, del servicio Maccabi, destacó que los primeros datos sobre la vacunación infantil en Israel “se corresponden con lo que se puede observar en la campaña de vacunación de niños en Estados Unidos, que tampoco reportó efectos secundarios inusuales en más de cuatro millones de niños que ya fueron inmunizados”.