La decisión de Israel de suprimir el uso obligatorio de mascarillas en lugares cerrados fue un error, según declaro un experto sanitario a principios de esta semana, en un momento en el que las infecciones en todo el país repuntaron.
Junto con el aumento de los casos de COVID-19, la cifra nacional de R del virus -que indica cuántas personas infecta de media un solo paciente- se situó en 1,19, lo que apunta a que la pandemia vuelve a extenderse.
"Recomiendo a las personas que llegan a lugares densamente poblados, como un autobús o un tren, que se pongan una mascarilla"
Yehuda Adler, experto en salud
"Recomiendo a las personas que llegan a lugares densamente poblados, como un autobús o un tren, que se pongan una mascarilla; no es tan difícil", comentó a Ynet el profesor Yehuda Adler, experto en cardiología y medicina.
El profesor Adler criticó duramente la decisión del gobierno del mes pasado de suprimir las mascarillas y la calificó de "vergüenza".
"La decisión se tomó en vísperas del Mimouna [una cena de celebración tradicional judía magrebí], fue una medida más populista que médica", sumó.
"Suprimir por completo las pruebas [de virus] en el aeropuerto Ben Gurion también fue una barbaridad. Tardamos un año en construir un sistema tan preciso y completo, y es un error cerrarlo. Sabemos que las nuevas variantes, BA.4 y BA.5, están asomando la cabeza en Sudáfrica, y está claro que lo harán en Estados Unidos, Europa e Israel. Aun así, todas las pruebas fueron desechadas. Así no se gestiona una pandemia", enfatizó.
La Dra. Yasmin Ma'or, miembro del Equipo de Control Epidemiológico (ECT) del Ministerio de Sanidad, se hizo eco del mismo sentimiento.
"Las pruebas a las personas que regresaron del extranjero deberían haber continuado, aunque fuera de forma selectiva. Las pruebas no bloquean la entrada de variantes en el país, pero proporcionan indicaciones tempranas que nos ayudan a prepararnos mejor. La supresión de la obligación de llevar mascarilla en el interior de las viviendas se produjo demasiado pronto. Llevar un barbijo es un precio pequeño comparado con lo que podemos pagar por una infección masiva", manifestó.
"Es cierto que el público está fatigado y no quiere seguir todas las directrices. Es posible que estas normas no puedan cumplirse por completo, pero poner fin a las restricciones envía el mensaje de que el COVID ya no existe", sumó.
La Dra. Ma'or también se declaró partidaria de administrar una quinta dosis de la vacuna a las poblaciones de riesgo, una medida que los expertos del Ministerio de Salud consideraron prematura a principios de esta semana.
"Los datos demuestran que las vacunas son una herramienta eficaz para reducir las tasas de hospitalización y mortalidad, y a fin de cuentas, eso es lo que realmente nos importa", comentó.
"Probablemente habrá que vacunarse de vez en cuando contra el COVID, igual que con la gripe", cerró.