Israel informó el jueves menos de 900 pacientes graves por COVID-19, la cifra más baja en unas tres semanas, mientras el país se prepara para suspender su sistema de pase sanitario conocido como Pase Verde.
El Ministerio de Salud señaló que 886 pacientes están en estado grave, de los cuales 263 reciben asistencia respiratoria. En comparación, el domingo de la semana pasada más de 1.250 pacientes fueron hospitalizados en estado grave.
Desde el comienzo de la pandemia, 9.710 personas fallecieron por la enfermedad, 11 de ellas el último miércoles. Desde principios de febrero, 744 personas fallecieron en Israel, mientras que el número de fallecidos desde principios de año asciende a 1.453, un promedio de 31 muertes por día.
El ministerio agregó que el miércoles 21.152 personas dieron positivo por coronavirus, y luego de que se realizaron 111.273 pruebas, la tasa de positividad ahora se ubica en 19.01%. El número de reproducción del virus, R, cae a 0,68, lo que indica una disminución en la propagación del patógeno.
Mientras tanto, el primer ministro Naftalí Bennett dijo el jueves después de reunirse con funcionarios de salud que la ola de Ómicron de Israel "se rompió" y que se avecinan reducciones adicionales en las restricciones de coronavirus.
El Pase Verde, un pasaporte de vacunación digital, permitía el ingreso a lugares cerrados y grandes reuniones a personas que contaran con el esquema completo de vacunación o un alta médica por recuperación tras la enfermedad.
Israel llevó a cabo una rápida carrera el año pasado para vacunar a la mayoría de su población adulta. Alrededor del 48 % de los 9,4 millones de habitantes de Israel ya recibieron tres dosis de la vacuna Pfizer/BioNTech desde que el país comenzó a implementar las inmunizaciones a finales de 2020. Más del 72% del país ha recibido al menos una dosis.