El papa Francisco se movió con rapidez para disipar las preocupaciones judías sobre los comentarios que hizo sobre sus libros de la ley sagrada, tras una demanda de aclaración de los principales rabinos de Israel.
El mes pasado, Reuters informó en exclusiva que el rabino Rasson Arousi, presidente de la Comisión del Gran Rabinato de Israel para el Diálogo con la Santa Sede, había escrito una severa carta al Vaticano, diciendo que los comentarios de Francisco parecían sugerir que la Torá, o la ley judía, era obsoleta.
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El Papa Francisco se reúne con el rabino jasídico israelí Adin Even-Israel Steinsaltz.
(AFP)
En la audiencia general del 11 de agosto, el papa manifestó: "La ley (Torá) sin embargo no da la vida". Y agregó: "No ofrece el cumplimiento de la promesa porque no es capaz de cumplirla... Los que buscan la vida tienen que mirar a la promesa y a su cumplimiento en Cristo".
La Torá, los cinco primeros libros de la Biblia hebrea, contiene cientos de mandamientos que los judíos deben cumplir en su vida cotidiana. La medida de la adhesión a la amplia gama de directrices difiere entre los judíos ortodoxos y los judíos reformistas.
Arousi envió su carta en nombre del Gran Rabinato -la autoridad rabínica suprema para el judaísmo en Israel- al cardenal Kurt Koch, cuyo departamento del Vaticano incluye una comisión para las relaciones religiosas con los judíos.
En la carta, Arousi pide a Koch que "transmita nuestra angustia al papa Francisco" y solicita una aclaración del sumo pontífice para "asegurar que cualquier conclusión despectiva extraída de esta homilía sea claramente repudiada".
Reconciliación
Francisco pidió entonces a Koch que explicara que sus palabras sobre la Torá, que reflejan los escritos de San Pablo en el Nuevo Testamento, no debían tomarse como un juicio sobre la ley judía, según informaron las fuentes.
"Que el nuevo año sea rico en frutos de paz y de bien para los que caminan fielmente en la ley del Señor"
Papa Francisco
La semana pasada Koch envió una carta a Arousi con una cita hecha por el papa Francisco en 2015. "Las confesiones cristianas encuentran su unidad en Cristo; el judaísmo encuentra su unidad en la Torá", sostuvo. Fuentes judías explicaron que veían la carta del Vaticano como una señal de reconciliación.
Por su parte, el papa pareció desvivirse en sus dos últimas apariciones públicas para intentar aclarar lo que el Vaticano considera un malentendido.
En la audiencia general del 1 de septiembre, Francisco dijo que sus palabras sobre los escritos de San Pablo eran "simplemente una catequesis (homilía didáctica)... y nada más". En su bendición semanal del domingo, ofreció los mejores deseos a los judíos para el próximo Año Nuevo Judío, Rosh Hashaná, y para las posteriores fiestas de Yom Kipur y Sukot.
"Que el nuevo año sea rico en frutos de paz y de bien para los que caminan fielmente en la ley del Señor", aseveró.
Tanto fuentes judías como vaticanas comprendieron que la inclusión de la palabra "ley" en lo que normalmente son saludos rutinarios era significativa e intencionada.
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El papa Francisco en la conferencia de Roma sobre la responsabilidad de los países en la lucha contra el antisemitismo.
(EPA)
Las relaciones entre católicos y judíos se revolucionaron en 1965, cuando el Concilio Vaticano II repudió el concepto de culpa colectiva de los judíos por la muerte de Jesús e inició décadas de diálogo interreligioso. Francisco y sus dos predecesores construyeron puentes con sus visitas a sinagogas.
Francisco es uno de los que mejor relación tiene con los judíos. Cuando aún era arzobispo en su Buenos Aires natal, coescribió un libro con uno de los rabinos de la ciudad, Abraham Skorka, y mantiene una amistad duradera con él.