Tal como había adelantado Ynet días atrás, el Consejo Superior de Planificación se reunió por primera vez en siete meses y aprobó la construcción de alrededor de 4 mil viviendas en asentamientos israelíes de Judea y Samaria.
Se espera que el comité también apruebe planes de construcción de unas mil viviendas para palestinos en el Área C, zonas de Cisjordania que están bajo control civil y militar de Israel según establecen los Acuerdos de Oslo.
Nir Orbach, parlamentario del partido de derecha Yamina que exigió que se promovieran las construcciones israelíes en los asentamientos como condición para continuar en la coalición de gobierno, celebró la medida: “Continuamos fortaleciendo y expandiendo los asentamientos en Judea y Samaria. Los asentamientos amplios hacen que Israel sea más fuerte y segura”, afirmó.
Sin embargo, el liderazgo de los colonos israelíes en Judea y Samaria expresó reparos sobre la decisión: aseguran que alrededor de 1800 viviendas fueron eliminadas de la agenda y temen que Benny Gantz, ministro de Defensa, frene los planes de construcción como hizo luego de la última reunión del Consejo de Planificación. Denuncian que no se comercializaron 1.712 de las viviendas aprobadas en aquel momento.
Hace una semana, cuando se confirmó esta convocatoria a la reunión del comité, Estados Unidos condenó la aprobación de construcciones en los asentamientos. “La administración Biden lo dejó claro desde el principio: nos oponemos a la expansión de los asentamientos ya que exacerba las tensiones y socava la confianza entre las partes. El plan de Israel para expandir los asentamientos perjudica profundamente la perspectiva de una solución de dos Estados”, afirmó Helena Porter, vocera del Departamento de Estado.
Ante la pregunta sobre si la condena podría incluir un cambio de planes en el viaje del presidente Joe Biden a Israel, previsto para fines de junio, Porter respondió que no tenía “nada para comentar sobre el viaje programado del presidente”.
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Marcha de israelíes que denuncian el congelamiento de los planes de construcción en Judea y Samaria.
(Alex Kolomviski)
Fuentes del gobierno aseguran que en vísperas de esa visita hubo presiones estadounidenses para reducir la cantidad de viviendas aprobadas. Ante esto Yossi Dagan, jefe del Consejo Regional de Samaria, encabezó una delegación que viajó a Washington para reunirse con legisladores republicanos y pedirles que intervengan. "La presión del gobierno estadounidense sobre el israelí para evitar las construcciones en Judea y Samaria es inmoral, Estados Unidos cree erróneamente que tiene derecho a interferir en los asuntos internos de Israel”, les dijo Dagan.
Shalom Ajshav, organización israelí pacifista e identificada con la izquierda, condenó la habilitación de más construcciones israelíes en los territorios en disputa entre israelíes y palestinos. “El gobierno se comprometió con un estatus quo político que no es diferente al de sus predecesores, y continúa la sumisión ante una minoría de colonos”
“Promover miles de nuevas viviendas en los asentamientos es perjudicial para los intereses israelíes, los partidarios de una solución de dos estados deben detener estas construcciones. Un gobierno que nos arrastra a un estado apartheid binacional para complacer a Orbach, es un gobierno peligroso para Israel”, afirmó la organización.
