La Autoridad Palestina (AP) organizó en Ramallah un funeral oficial en honor a Shireen Abu Akleh, periodista de Al Jazeera asesinada el miércoles en Jenín durante un tiroteo entre palestinos y combatientes de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
La ceremonia comenzó con una caravana militar con el cajón de Abu Akleh envuelto en una bandera palestina y miles personas que despidieron a la periodista desde los costados de la carretera. Previo a su entierro en Jerusalem Este, programado para el viernes, el cuerpo fue trasladado a un acto en la sede de la Autoridad Palestina en Ramallah.
El acto fue encabezado por Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina, acompañado de importantes funcionarios de la AP y clérigos tanto musulmanes como cristianos. “Shireen es un símbolo de la mujer palestina, pagó con su vida por su pueblo. Hacemos a Israel plenamente responsable de su muerte. Muchos periodistas palestinos fueron asesinados, este no es el primer crimen”, afirmó Abbas en la ceremonia.
El presidente palestino ratificó la postura de rechazar el pedido israelí para trasladar a Israel la bala que mató a Abu Akleh para que las FDI realicen una investigación que permita conocer el origen del disparo. La propuesta de Jerusalem incluía un monitoreo de la pericia a través de representantes de la Autoridad Palestina y Estados Unidos.
Más allá de la postura acusatoria de Ramallah, la única autopsia realizada hasta el momento, a cargo de un instituto palestino, no logró determinar si la bala mortal salió del lado israelì o palestino. “Nos negamos a realizar una investigación conjunta con las autoridades israelíes ya que ellos cometieron el crimen”, expresó Abbas. “Pronto llegaremos a la corte internacional de La Haya para investigar a los criminales”, agregó.
Hussein Al Sheikh, funcionario palestino a cargo de las relaciones con Israel, informó en la mañana del jueves que la Autoridad Palestina no transferirá a Israel la bala extraída del cuerpo de la periodista y afirmó que realizarán una investigación independiente cuyos resultados se comunicarán a todas las partes involucradas. Funcionarios israelíes de alto rango respondieron que la negativa palestina solamente los incrimina: “Quien no tiene nada que ocultar no se niega a cooperar”, indicaron.
Ayer, pocas horas después del asesinato, se realizaron diversas marchas y en las redes sociales se viralizaron mensajes e imágenes que en menos de un día convirtieron a Abu Akleh en un símbolo de la causa palestina. La repercusión incluyó una amplia cobertura del caso en los medios del mundo árabe y homenajes de todo tipo que parten de la premisa de que su muerte se trató de un crimen israelí.
Michael Oren, ex embajador de Israel en Estados Unidos, afirmó que la imagen de Israel ante la opinión pública mundial “no era la mejor” después de la muerte de Abu Akleh y los señalamientos hacia las FDI. “Los palestinos hasta nos hicieron un favor al negarse a cooperar con nosotros”, dijo y explicó: “Los tiempos de las FDI no son los mismos que los de las relaciones exteriores. Está muy bien que el ejército investigue el caso en profundidad, pero eso llevará algunas semanas y para entonces el daño político ya estará hecho”.