Un grupo palestino de derechos humanos y un periódico israelí informaron el martes que una explosión en un cementerio que mató a cinco niños palestinos durante el último estallido en Gaza fue causada por un ataque aéreo israelí y no por un cohete palestino que falló en su trayectoria.
Se trató de una entre las muchas explosiones que tuvieron lugar durante los combates que no muestran los signos reveladores de un F-16 israelí o un ataque con aviones no tripulados, y que el ejército israelí dijo que podría haber sido causado por cohetes fallados por la Yihad Islámica Palestina.
Los cinco niños, de entre 4 y 16 años, se habían reunido en el cementerio local, uno de los pocos espacios abiertos en el abarrotado campo de refugiados de Jabaliya, el 7 de agosto, horas antes de que un alto el fuego negociado por Egipto pusiera fin a tres días de fuertes combate.
Los residentes dijeron que un proyectil cayó del aire y explotó en el cementerio. Al visitar el sitio, ninguno de los signos habituales de un ataque aéreo por parte de un F-16 o un dron israelí estaban presentes, lo que aumentó las sospechas de que la explosión fue causada por un cohete errante. Tanto el ejército israelí como los grupos de derechos palestinos dijeron en ese momento que todavía estaban investigando la explosión.
El martes, el Centro Palestino de Derechos Humanos con sede en Gaza dijo que su investigación de las esquirlas y otras pruebas lo llevaron a concluir que la explosión fue causada por un ataque aéreo israelí. “Este fue un misil disparado desde un avión israelí”, sostuvo Raja Sourani, el director del grupo, mientras mostraba imágenes de lo que dijo que era un fragmento que mostraba el número de serie del misil.
Mientras tanto, el periódico israelí Haaretz citó a funcionarios de defensa israelíes no identificados diciendo que la investigación militar había concluido que los cinco menores murieron en un ataque israelí.
Cuando se le preguntó sobre la historia de Haaretz, el ejército dijo que todavía estaba examinando el episodio. Las FDI señalaron que durante la última ronda de combates habían apuntado a la infraestructura terrorista e "hizo todos los esfuerzos posibles para minimizar el daño a los civiles y a la propiedad civil".
En una protesta realizada por miembros de la familia en el lugar de la explosión el martes, Sahar Nijm dijo que la pérdida de su hijo Mohammed se hizo aún más dolorosa por la sugerencia de que fue asesinado por un cohete palestino.
"Siempre escuchamos sobre otras masacres, pero cuando te sucede a ti, realmente sientes la opresión", dijo. "Especialmente cuando (Israel) niega esto para presentarnos como opresores y terroristas ante la comunidad internacional", agregó.
Diana Nijim dijo que su hijo Hamid estaba desesperado por salir después de haber estado encerrado los primeros dos días de lucha. Contó que él y los otros niños fueron al cementerio porque era el único espacio abierto en el vecindario donde podían jugar. "Este es el crimen más cruel del mundo. Esto es deliberado. Quieren desarraigarnos", expresó.
Los últimos enfrentamientos en Gaza comenzaron con una ola de ataques aéreos israelíes el 5 de agosto que mataron a un alto comandante de la Yihad Islámica y a varios civiles. Israel dijo que estaba respondiendo a una amenaza inminente días después del arresto de un alto líder de la Yihad Islámica en Cisjordania.
Durante los siguientes tres días, Israel llevó a cabo decenas de ataques aéreos a lo largo de la franja costera. La Yihad Islámica disparó unos 1.100 cohetes contra Israel, alrededor de 200 de los cuales fallaron y cayeron dentro de Gaza, según el ejército israelí.
Hamás, un grupo más grande y militarmente más avanzado que gobierna Gaza desde 2007, no participó en esta ronda de combates, aparentemente para mantener los entendimientos con Israel que permitieron un aliviamiento del bloqueo impuesto por Israel y Egipto cuando Hamás llegó al poder. Israel y Hamás han librado cuatro guerras y varios combates menores en los últimos 15 años.
Un total de 49 palestinos murieron en la última ronda de combates, incluidos 17 niños. Los grupos de derechos palestinos dicen que al menos 36 personas murieron en los ataques aéreos israelíes, con investigaciones aún en curso sobre las muertes de otros 13. Ningún israelí resultó muerto o gravemente herido.
El ejército israelí dijo que las primeras estimaciones mostraban que al menos 20 de los muertos eran miembros de la Yihad, y que 14 personas murieron por disparos de cohetes errantes de la propia organización terrorista. Ese recuento no incluyó a los cinco asesinados en el cementerio de Jabaliya.
El día anterior a la explosión en el cementerio, siete personas murieron por una explosión en una calle concurrida en otro lugar de Jabaliya. El ejército israelí lo atribuyó a una falla en el disparo de un cohete por parte de la Yihad Islámica y dijo que el ejército no había llevado a cabo ningún ataque en el área en ese momento. Posteriormente, el ejército publicó un video que parecía mostrar la trayectoria fallida de un cohete.
Las imágenes de video de las secuelas de esa explosión mostraron lo que parecía ser una carcasa de cohete que sobresalía del suelo. Al llegar al sitio, los visitantes vieron que la carcasa ya no estaba y que el agujero se había rellenado. Los palestinos suelen estar dispuestos a mostrar pruebas de los ataques aéreos israelíes a los medios internacionales.
Los palestinos con conocimiento directo de los incidentes se han mostrado reacios a hablar oficialmente. El Ministerio del Interior dirigido por Hamás ordenó a los periodistas no informar sobre las fallas en el lanzamiento de cohetes en un conjunto de pautas que fueron rescindidas después de una protesta de los medios de comunicación extranjeros.
