A la medianoche israelí se hizo oficial: la 23° Knesset de la historia del Estado de Israel se disolvió y los israelíes deberán elegir nuevamente a sus representantes el 23 de marzo de 2021.
Será la cuarta campaña electoral en menos de dos años, después de dos votaciones en las que no se logró formar gobierno y tras la conformación, en mayo de este año, de un gobierno de unidad encabezado por el primer ministro Benjamín Netanyahu y el viceprimer ministro Benny Gantz.
Estaba estipulado que Gantz, líder de Kajol Labán, asumiría el cargo de primer ministro a mediados de 2021. Pero el mandato se terminó antes de tiempo debido a desacuerdos en la transferencia de un presupuesto estatal, que tras meses de discusiones derivó en la disolución del parlamento tal como estipula la ley israelí.
El acuerdo de coalición que se rompió recientemente estipulaba la propuesta de un presupuesto bienal para los años 2020 y 2021, pero llegada la hora de elevar el proyecto desde el Likud, liderado por Netanyahu, insistieron en elaborar un presupuesto exclusivo para el período 2020. En Kajol Labán entendieron esta postura como una maniobra con el objetivo de forzar elecciones y evitar que Gantz asuma el rol de primer ministro según el sistema de rotación establecido.
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Gantz, Netanyahu y toda la clase política israelí, nuevamente en campaña electoral.
(Ynet)
Tras meses de desacuerdos, un proyecto de ley aprobado por la Knesset dilató la crisis y puso como fecha límite para la sanción de un presupuesto el 23 de diciembre. El lunes el Likud impulsó una nueva prórroga del plazo pero fue rechazada por el parlamento, lo que determinó esta medianoche la disolución automática de la Knesset y la convocatoria a elecciones dentro de tres meses.
Es la primera vez que un gobierno israelí cae por desacuerdos presupuestarios. Sin embargo, será esta misma coalición la que deberá liderar el proceso electoral desde hoy hasta el 23 de marzo, mientras la pandemia del coronavirus todavía acecha al país.