El presidente del Líbano nombró este lunes a un candidato respaldado por el grupo terrorista Hezbollah como próximo primer ministro designado, después de que Saad Hariri renunciara a principios de mes a intentar formar un gabinete en medio de una crisis financiera sin precedentes que asola al país de Medio Oriente.
El nombramiento de Najib Mikati, que fue primer ministro en el pasado, se produjo después de que obtuviera la mayoría de los votos de los legisladores en las consultas vinculantes que el presidente Michel Aoun celebró con los miembros del Parlamento.
Cualquier nuevo gobierno de el Líbano se enfrenta a la monumental tarea de emprender las críticas reformas necesarias, así como de reanudar conversaciones con el Fondo Monetario Internacional para un paquete de rescate.
Mikati, uno de los hombres más ricos del Líbano, se convirtió en el favorito para el puesto tras recibir el apoyo de la mayoría de los partidos políticos libaneses, incluido el poderoso Hezbollah, respaldado por Irán, y el otro gran partido chiíta, Amal, dirigido por el presidente del Parlamento, Nabih Berri.
Mikati también recibió el apoyo de antiguos primeros ministros suníes, como Hariri, que abandonó sus esfuerzos por formar gobierno tras no llegar a un acuerdo con Aoun sobre la composición del gabinete.
El bloqueo político, impulsado por una lucha de poder entre Aoun y Hariri sobre los derechos constitucionales y los poderes del presidente y el primer ministro, agravaron una crisis económica y financiera paralizante.
No está claro si Mikati, "ampliamente considerado como una extensión de la clase política que llevó al país a la bancarrota", será capaz de romper el impasse de un año sobre la formación de un nuevo gobierno. Se enfrenta a la oposición cristiana, incluida la del propio bloque de Aoun, ahora dirigido por su yerno Gebran Bassil, que aún no nombró a nadie como candidato a primer ministro.
La crisis económica y financiera de Líbano comenzó a finales de 2019 y no dejo de empeorar desde entonces. La pobreza se disparó en los últimos meses a medida que la situación se descontrola, con una escasez extrema de medicamentos, combustible y electricidad. La moneda perdió alrededor del 90% de su valor frente al dólar, impulsando la hiperinflación.
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El presidente libanés Michel Aoun se reúne con el ex primer ministro libanés Najib Mikati, en el palacio presidencial, en Baabda, al este de Beirut, Líbano.
(AFP)
Mikati, uno de los hombres más ricos del Líbano, se convirtió en el favorito para el puesto tras recibir el apoyo de la mayoría de los partidos políticos libaneses, incluido el poderoso Hezbollah, respaldado por Irán
La designación de Mikati sería la tercera hasta ahora desde que el actual gobierno provisional presidido por Hassan Diab dimitiera tras la masiva explosión del puerto de Beirut el pasado agosto. Desde entonces, el gabinete de Diab sólo actuó en calidad de interino, agravando aún más la parálisis del Líbano.
El primero en intentar formar gobierno fue el ex embajador de Líbano en Alemania, Mustafa Adib, que dimitió el pasado septiembre, casi un mes después de ser designado primer ministro. El siguiente en ser nombrado fue Hariri, que dimitió al cabo de 10 meses.
Cualquier nuevo gobierno se enfrenta a la monumental tarea de emprender las críticas reformas necesarias, así como de reanudar las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional para un paquete de rescate. También se espera que el nuevo gabinete supervise las elecciones generales previstas para el próximo año.
Los llamamientos internacionales se fueron multiplicando con el fin de que los dirigentes libaneses formen un nuevo gobierno, pero la comunidad internacional se negó a ayudar financieramente al Líbano antes de que se lleven a cabo amplias reformas para luchar contra la corrupción y la mala gestión generalizadas.
La investigación sobre la explosión del puerto del 4 de agosto "provocada por la detonación de cientos de miles de toneladas de nitrato de amonio almacenadas indebidamente" exacerbó las tensiones en la pequeña nación, en medio de acusaciones de intromisión política en la labor del poder judicial.
Más de 200 personas murieron y miles resultaron heridas en la explosión, que dejó en ruinas parte del puerto de la ciudad.
Mikati, multimillonario suní de la ciudad septentrional de Trípoli, fue primer ministro en 2005 y de 2011 a 2013, cuando dimitió en plena guerra siria tras una etapa de dos años en un gobierno dominado por Hezbollah y sus aliados.
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Rescatistas buscan víctimas cerca del lugar de la explosión que afectó al puerto de Beirut en agosto del año pasado.
(AP)
Fundó la empresa de telecomunicaciones Investcom con su hermano Taha en la década de 1980 y la vendió en 2006 al grupo sudafricano MTN por 5.500 millones de dólares.
Mikati cuenta con el apoyo de Francia, antigua potencia colonial en Líbano, y también de Estados Unidos.
