Estamos en vísperas de Rosh Hashanah, uno de los momentos más importantes para la comunidad judía. Sin embargo, este nuevo año trae consigo varias emociones encontradas dados los tiempos que se están viviendo globalmente, afectando los rituales y costumbres cargados de valor para la comunidad.
Avi Weiss es un rabino, autor, maestro, profesor y activista y decidió compartir su mirada sobre estas fiestas: “Hay un gran poder en la liturgia, los rituales y las costumbres de Rosh Hashaná (Año Nuevo Judío) y Yom Kipur (Día de la Expiación). Son mágicos en su poesía y en su capacidad innata para relacionarse con los desafíos que hemos enfrentado a lo largo de los milenios, incluido el que estamos enfrentando este mismo año”.
Comparte la opinión de que los judíos, a pesar de que la pandemia limita muchas actividades, en lugar de enfocarse en lo que falta deberían fijar sus mentes en las citas que se recitan de la tefilá (oración judía).
La melodía que comienza en primer lugar, Ve´Notnim Reshut Zeh La’Zeh, suena con un tono un poco fúnebre ya que se canta lentamente para reflejar la seriedad de los Días de Pavor.
Algunos creen que al cantarla de una manera triste, refleja correctamente el estado de la nación de este año. Pero otros no piensan de la misma manera, como en toda comunidad. ¿Por qué no cantarla con un ritmo un poco más feliz y acelerado, para traer un poco más de optimismo en estos tiempos?. El rabino, es uno de los que comparte estos pensamientos, “En medio de todo lo que enfrentamos, en este Rosh Hashaná, nuestra canción debería inspirar optimismo”.
Sostiene que este año deberían cantarse con fervor, ya que ésta habla sobre cómo los ángeles se encuentran ante la presencia de Dios, diciendo una y otra vez entre ellos “tú vas primero, tú vas primero” (refiriéndose a Dios).
Ya que ese cántico comparte el poner a otro en primer lugar, el rabino comparte una opinión anexada a la canción sobre estos tiempos de pandemia: “En el espíritu de hacer espacio para el otro, debemos recordarnos a nosotros mismos que estamos juntos en esto y que debemos usar máscaras, incluso si creemos que es innecesario para nosotros, dar un paso atrás por los demás es fundamental”.
Luego, se cantan Las porciones de la Torá, las lecturas matutinas de Rosh Hashana tratan sobre experiencias cercanas a la muerte. En el último momento, se explica cómo los ángeles intervienen para salvar a Ishmael e Isaac. “Quizás después de leer estas narrativas este año, todos deberíamos levantarnos, golpear nuestras sillas, en saludo a nuestros ángeles contemporáneos (médicos, enfermeras, personal de EMT, conserjes de hospitales) que han salvado a innumerables personas de las fauces de la muerte. Estas personas son la encarnación de esos ángeles hace tanto tiempo”, comparte Avi.
Sigue el Shofar, “Es como devolver el aliento que Dios sopló en el primer Adán humano y, a través de ese aliento, debemos dar esperanza y vida al mundo”.
En estos días donde es difícil respirar debido a las máscaras que debemos usar diariamente, y escuchamos tan seguido la frase “no puedo respirar” es una gran oportunidad para notar que los sonidos del shofar provienen de lo más profundo del interior.
El servicio matutino finaliza con el cántico de Hayom, y hoy en día, con casi un millón de personas luchando con el COVID-19, el rabino comparte que la comunidad judía estará orando por las almas abatidas, sus familias, y para que cada persona pueda recordar lo precioso de cada segundo que nos pueda ofrecer la vida.
El rabino comparte que luego del Kol Nidre, cuando llega el momento de recitar el Shema Koelinu, durante años, miraba a los ojos de las personas mayores mientras recitaban emocionalmente la oración en la víspera de Yom Kipur: "No nos deseches en nuestra vejez".
Este versículo está cargado de valor, ya que los adultos mayores en Israel están pasando por un momento difícil no sólo este año en general, sino especialmente en estas vísperas ya que muchos se encuentran solos en sus hogares, sin poder ver a sus familias.
“A medida que envejezco, yo también derramé una lágrima al recitar este versículo. COVID-19 ha dado un nuevo significado al envejecimiento. La clave es el verbo “arrojarnos” (tashlicheinu) connotando un lanzamiento repentino, una forma casi anormal de mirar el tiempo”.
Durante la Avodah, recordando el servicio del templo de Yom Kippur, hay una antigua tradición de caer al suelo que simboliza la necesidad de ser humilde ante Dios. Este año resuena más que nunca.
“COVID-19 nos recuerda que incluso a medida que la humanidad ha avanzado, hay mucho que no sabemos. Como dijo el profeta Miqueas: Camina humildemente con el Señor”.
Luego se recita el Emet Mah Nehedar, y refiriéndose a eso, el rabino busca dejar al descubierto una visión de esperanza para el futuro, donde todos puedan ser vistos por su belleza única y su valor infinito. Especialmente durante estos tiempos problemáticos de conflictos raciales, necesitamos vernos unos a otros como equivalentes.
Al final, está la Tekiah Gedolah, que es larga, pero con un llamado a la redención en la creencia de que saldremos de nuestros desafíos más fuertes que nunca.
“Este año, deberíamos agregar un poco a su extensión inspirándonos a reconocer que en tiempos de oscuridad podemos ganar fuerza y coraje, con suerte, conduciendo a un mañana mejor”, dice Avi.
Como escribió Leonard Cohen, "a través de las grietas entra la luz".
Por último, se encienden las velas para Rosh Hashaná y Yom Kipur, y el rabino propone que “debemos considerar agregar la oración del salmista: en Tu luz veamos la luz, b’ohrcha nireh ohr".