Mike Pompeo, secretario de Estado de Estados Unidos, viajó a Israel para una visita de despedida en el que hizo todo lo posible para brindarle “regalos” a Israel dos meses antes de que finalice el mandato de Donald Trump como presidente.
En apenas un día Pompeo prometió que la Casa Blanca declarará como antisemita a las organizaciones de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) contra Israel, visitó por primera vez un asentamiento judío en Cisjordania y garantizó que la exportación desde estos territorios en disputa podrá realizarse bajo etiqueta israelí.
El “regalo” respecto a la lucha contra el BDS lo anunció en una conferencia conjunta con el primer ministro Netanyahu. “La campaña global BDS es antisemita. Sé que suena sencillo, que aparenta ser una simple declaración, pero tomaremos medidas inmediatas para identificar a las organizaciones involucradas en organizaciones de odio y evitaremos que Estados Unidos apoye a estas actividades”, declaró Pompeo. “Estamos decididos a combatirlo, este es el momento correcto”, agregó.
Viaje de Pompeo a Israel a dos meses del cambio de mando en la Casa Blanca.
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La histórica incursión del funcionario estadounidense en un asentamiento judío en Cisjordania se produjo en el viñedo Psagot, que meses atrás lanzó una línea de vinos en honor a Pompeo como agradecimiento al reconocimiento de los derechos israelíes sobre los territorios en disputa con los palestinos.
Allí Pompeo anunció un cambio de política respecto al etiquetado de productos exportados desde los asentamientos. Hasta la fecha, tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea estos bienes deben ser señalados como “hechos en Cisjordania” y el secretario de Estado afirmó que los agricultores locales podrán vender con la leyenda “hecho en Israel”.
Por el momento se trata simplemente de declaraciones y en la práctica hasta la fecha los exportadores del área no tuvieron problemas en enviar productos a Estados Unidos con una etiqueta israelí. Sin embargo, además de la reparación de una injusticia, este cambio de política es una especie de reconocimiento de facto de la soberanía de Israel sobre los asentamientos de Cisjordania.
El helicóptero de Pompeo segundos antes de aterrizar en un asentamiento judío de Cisjordania.
(AFP)
Algunos ven estas conductas como un intento de Pompeo, un evangelista que apoya a Israel con fervor, de iniciar su camino a la presidencia de Estados Unidos en 2024 y presentarse como el mejor amigo posible de Israel.
A corto plazo, aparentemente lo que intenta es condicionar al próximo gobierno estadounidense que comenzará en enero. Se trata de políticas opuestas a las que defiende el presidente electo Joe Biden, pero que si la administración demócrata intenta revertir corre el riesgo de ser señalada como antiisraelí.
Una fuente israelí dijo que la visita de Pompeo fue un “abrazo de oso” que podría obligar a Biden a tomar medidas que den marcha atrás. El presidente electo ya declaró, por ejemplo, que mantendrá la embajada estadounidense en Jerusalem tal como decidió el actual presidente Trump. Sin embargo, medidas como un reconocimiento de facto de los asentamientos en Cisjordania, pueden llevarlo a tomar decisiones correctivas.
Las declaraciones de Pompeo en Israel condicionan al presidente electo Joe Biden.
(AFP)
