La reconstrucción de la Franja de Gaza tras los combates entre Israel y Hamás están siendo paralizadas por una disputa sobre el destino de los israelíes retenidos desde hace tiempo por el grupo terrorista palestino y por la falta de claridad sobre cómo impedirle el acceso a los fondos de ayuda.
Las autoridades del enclave palestino informaron que 2.200 viviendas fueron destruidas y 37.000 dañadas por los bombardeos israelíes durante 11 días de enfrentamientos.
La reconstrucción de esas viviendas y de la infraestructura de Gaza en general costará unos 500 millones de dólares, según estimaciones del gobierno.
Egipto y Catar, que ayudaron a negociar la tregua del 21 de mayo, habían prometido 500 millones de dólares cada uno para la reconstrucción de Gaza, utilizando el dato de que dos tercios de los dos millones de residentes dependen de la ayuda estatal.
Israel asegura que solo puede proceder si avanza en los esfuerzos por recuperar los cuerpos de los soldados de las Fuerzas de Defensa israelí, Oron Shaul y Hadar Goldin -cuyos cuerpos fueron secuestrados por Hamás durante los combates en la guerra de Gaza de 2014-, así como de Avera Mangistau y Hisham al-Saeed -dos civiles que se colaron por separado en el enclave-.
"Se trata de la reconstrucción a cambio de un progreso sobre los desaparecidos", dijo un alto funcionario israelí a Reuters.
Hamás, que sigue sin detallar el estado de los cuatro israelíes, afirma que las conversaciones sobre ellos deben basarse en un canje por palestinos encarcelados en Israel y no en ayuda financiera. El primer ministro Naftalí Bennett se opone desde hace tiempo a la liberación de terroristas palestinos encarcelados.
Con el alto el fuego en marcha, Israel comenzó el lunes a permitir la entrada de combustible en Gaza por primera vez en semanas, después de suavizar las restricciones de importación y exportación.
Sin embargo, las perspectivas de ayuda se han complicado por la exigencia de Israel -apoyada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden- de que los fondos no se utilicen para abastecer de armas a Hamás.
El gobierno de Biden también quiere involucrar al presidente palestino en la reconstrucción de Gaza, pero Abbas no tiene influencia en Gaza desde que perdió el control ante Hamás en una breve guerra civil en 2007.
Hamás se comprometió a no tocar el dinero de los donantes. Uno de sus designados, el viceministro de Obras Públicas y Vivienda, Naji Sarhan, aseguró que los mediadores estaban a meses de llegar a un mecanismo de financiación viable.
Sarhan, que participó en las conversaciones celebradas en El Cairo, afirmó que los escombros de los combates se habrán retirado a finales de julio y que "dentro de tres meses, veremos el comienzo de la reconstrucción de Gaza, especialmente de los edificios y de las infraestructuras".
Sam Rose, responsable de los asuntos de Gaza de la agencia de ayuda de la ONU para los palestinos, UNRWA, dijo a Reuters la semana pasada que la agencia había lanzado una campaña de 162 millones de dólares para los planes de recuperación temprana, incluyendo la asistencia humanitaria a las familias desplazadas.
Cuando se le preguntó cuándo podría comenzar la reconstrucción, Rose aclaró: "No puedo dar un plazo ahora mismo. Depende de hechos que escapan a nuestro control".